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Uber le apuesta a América Latina en 2017 tras fracaso en China

En todo el mundo, la Ciudad de México es la ciudad en la que más se usa Uber, seguida de São Paulo, Brasil.
mié 07 diciembre 2016 10:39 AM
Éxito en México
Éxito en México A través de la geolocalización, un chofer de Uber espera conectar a un cliente en la zona de la colonia Condesa. (Foto: Diego_Simon)

Tras salir de China este año, los planes de Uber para la dominación mundial dependen de su fuerte apuesta en Latinoamérica.

Ahora, la Ciudad de México es la ciudad en la que más se usa Uber, seguida de São Paulo, Brasil. Los viajes se han multiplicado diez veces en la región a lo largo del año pasado y la empresa planea tener presencia en alrededor de 200 ciudades para finales de 2017. Actualmente opera en 92 ciudades.

"Gran parte de nuestra atención y nuestros recursos se están destinando a Latinoamérica", dijo Rodrigo Arévalo, director de Uber en Latinoamérica. "Nos vemos como el centro alimentador y contribuyente para otras regiones, en las que enfrentamos una competencia más feroz".

En tan solo dos años en la Ciudad de México, el gigante de los viajes compartidos se ha vuelto parte integral de la vida urbana: alrededor de 50,000 conductores navegan por la megalópolis. La capital de México era candidata evidente para Uber: hay 23 millones de personas que habitan en viviendas de pocos pisos, esparcidas a lo largo de una amplia zona urbana.

La seguridad es una de las razones por las que a Uber le ha ido tan bien en México. Los taxis callejeros tradicionales de la ciudad son famosos por que suelen usarse para perpetrar "secuestros exprés": los ladrones obligan a los conductores a pagar un rescate pequeño e inmediato, usualmente en un cajero automático.

"Estamos obsesionados con la seguridad", dijo Francisco Sordo, gerente general de Uber México, a CNNMoney. "Para México en particular, [la seguridad] definitivamente ha sido una de las principales razones por las que se ha adoptado de forma tan masiva".

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La empresa lleva a cabo revisiones exhaustivas de los antecedentes de los conductores y su plataforma permite que los pasajeros compartan su viaje con amigos y familiares.

Situadas en un rascacielos nuevo, sobre el icónico Paseo de la Reforma, las oficinas de Uber evocan a Silicon Valley. Están prohibidas las oficinas individuales, así que el espacio más preciado del piso (la esquina) alberga dos mesas de ping-pong con vista panorámica de la ciudad. Hay una estación para preparar huevos y una barra de café para mantener al personal listo para trabajar muy temprano o para salir tarde de la oficina. Los refrigeradores están llenos de cerveza. Parece más una startup que un rascacielos.

"Cuando llegué, Uber era una empresa muy pequeña. Mis padres no entendían mi decisión", dijo Guillermo González, gerente de operaciones de veintitantos años. "Pueden ver cómo ha cambiado respecto a hace dos años. He asistido a eventos especiales como bodas y he tenido que evitar decir que trabajo para Uber porque mi novia se enoja porque la gente trata de hacerme preguntas y de entender cómo funciona".

El éxito de Uber en México y el resto de Latinoamérica contrasta enormemente con su apuesta fallida en China, en donde terminó vendiendo su parte a su rival, Didi Chuxing .

"Creo que la recepción ha sido más fácil en Latinoamérica. Tenemos culturas muy, muy abiertas", dijo Arévalo. "Por otro lado, en China, casi todas las empresas estadounidenses se enfrentan al choque [cultural]".

Uno de los principales desafíos es que muchos latinos no usan tarjeta de crédito. Por eso, Uber implementó los pagos en efectivo, lo que le ayudó a ampliar su mercado para abarcar a todos. También hay un nutrido suministro de conductores, ya que los salarios son bajos y hay pocos empleos amparados por contratos.

Juan Carlos Alejo solía trabajar para una empresa de discos hasta que la música digital los hizo quebrar. Ahora conduce en Uber.

"Nunca pensé que sería taxista, pero esto es diferente", dijo mientras conducía por las calles humedecidas por la lluvia. "Sobre todo está el sistema de calificaciones: los conductores tienen que ser amables y mantener limpios sus autos. Hay respeto entre los conductores y los pasajeros".

La competencia regional, como Cabify, se concentra más en los latinos de clase alta, mientras que Uber X subsidia a los conductores para abrir mercado en todos los niveles de población.

Aunque la competencia es más débil, la presencia perturbadora de Uber ha desatado inevitablemente protestas de las empresas de taxis tradicionales en toda la región.

También está el tema de la regulación: hasta ahora, la Ciudad de México es la única de Latinoamérica en la que se impusieron regulaciones a las aplicaciones para compartir viajes y se destina el 1.5% de los ingresos a un fondo gubernamental. En un informe se indica que los avances han sido lentos y Arévalo señala diplomáticamente que la implementación de la regulación es "una obra en marcha".

Conforme Uber planea duplicar su presencia en Latinoamérica, cada ciudad nueva representa un dolor de cabeza regulatorio potencial. Pero para Arévalo, el trabajo apenas comienza.

"Estamos apenas en la punta del iceberg. En Latinoamérica, menos del 5% de la población usa Uber. El desafío es: ¿cómo hacemos para que absolutamente todos nos usen?".

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