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¿Eres una persona ‘Tipo A’? Por esto te cuestan tanto las dietas y bajar de peso

Cuando las personas 'Tipo A' se comprometen con uno de esos planes y los siguen al pie de la letra pero no funciona, el problema es el programa y no ellas.
lun 23 octubre 2017 06:57 PM
'Tipo A'
'Tipo A' Si tienes personalidad 'Tipo A' haz de tus dietas y programas de alimentación un éxito. (Foto: Mariiaa/Shutterstock / Mariiaa)

Las personas ‘Tipo A’ son conocidas por ser puntuales, organizadas, competitivas, jugársela al todo o nada y seguir estrictamente las reglas.

Estas cualidades también significan que pueden frustrarse cuando las dietas convencionales y los programas de entrenamiento no funcionan.

El problema es que los programas de pérdida de peso tienen una estructura única para atraer a las masas. Así que cuando las personas ‘Tipo A’ se comprometen con uno de esos planes y lo siguen diligentemente pero se frustran porque no funciona, el que fracasa es el programa y no ellos.

Lee: Cómo aliviar las molestias después del ejercicio físico .

Te contamos en qué áreas puedes sacarle provecho a la psicología de una personalidad ‘Tipo A’ para convertir en exitosas las dietas y programas que antes eran fracasos.

1. El enfoque del todo o nada

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Esta es una mentalidad clásica de las personas ‘Tipo A’: o estás completamente adentro, o estás completamente afuera. No importa si te estás enfermando o te sientes cansado, igual vas a entrenar porque eso es lo que dice el programa. Si sigues una dieta estricta pero es tu cumpleaños, evitarás como sea comerte ese delicioso pedazo de pastel.

El problema con este enfoque es que te sentirás ultrarestringido y es más probable que la próxima vez lo tires todo por la borda y te excedas. Por lo tanto, necesitas dejar que tus reglas tengan cierta flexibilidad.

Lee: Cómo aliviar las molestias después del ejercicio físico .

¿Unos pocos bocados de pastel realmente van a descarrilar tu dieta? No. Así que en lugar de sentir que un pequeño error va a dañarlo todo, construye la confianza suficiente para que aprendas a saber lo que es mejor para ti y para entender que tu dieta es solo un bosquejo, no una ley inquebrantable.

Si estás comprometido de manera intensa con el ejercicio y cuando te enfermas o estás muy cansado no te das la oportunidad de cambiar la rutina que tienes programada, eso te puede llevar a un agotamiento crónico y vas a fundirte. Si sientes que no estás durmiendo lo suficiente por levantarte de madrugada para entrenar, tal vez sea mejor que duermas un poco más y hagas tu rutina de ejercicios menos días a la semana.

2. Entrenamientos realmente intensos

A veces, un entrenamiento largo o intenso puede ser intimidante. Sin embargo, si tienes una personalidad ‘Tipo A’ y estás en un programa de reducción de peso, los entrenamientos parecen no negociables. Pero a veces estás exhausto o tu cuerpo está demasiado adolorido por el trabajo previo. En esos casos, necesitas un descanso.

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De nuevo, dale espacio a la flexibilidad. En lugar de hacer una clase intensa de spinning porque eso dice tu programa del día, permítete elegir una clase más relajada de yoga, por ejemplo. Si normalmente vas al gimnasio para correr 45 minutos, haz un trato contigo mismo ese día en que te sientes agotado y realiza solo una rutina de 15 minutos de abdominales en la sala de tu casa.

A veces, el compromiso con rutinas tan intensas no nos da pie para conectarnos con lo que sentimos y lo que es mejor para nuestros cuerpos, y tomarse un momento para evaluar nuestros sentimientos es clave para apegarnos a un programa a largo plazo.

3. Evitar reuniones sociales

Si estás siguiendo una programa de pérdida de peso muy estricto, salir a comer con tus amigos puede causarte mucha ansiedad.

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¿Te verás tentado a comer alimentos que no están en tu dieta? ¿Otros comentarán tus hábitos alimenticios? ¿El chef cocinará tu comida correctamente (con salsas light, asando las carnes a la parrilla en lugar de freírlas, etcétera)? Aunque todas estas son preocupaciones válidas, cuando estás en un plan de alimentación saludable no tienes porqué convertirte en un ermitaño. Las dietas siempre se pueden adaptar a tus propias necesidades individuales.

Por ejemplo, si vas a casa de un amigo, come lo que dice tu dieta antes de llegar y, una vez allá, elige comidas que estén en tu régimen. Eso disminuirá tu posibilidad de excederte con alimentos que no están en tu plan de alimentación..

Cuando estás en un restaurante, lo mismo. Elige comidas que están en tu dieta y no te estreses mucho por los detalles, como pensar cómo se cocinan las proteínas y los vegetales o si tienen salsa o no. Puedes pedir que te lo lleven sin salsa o con una salsa light o cambiar el puré de papas por una ensalada, por ejemplo, pero evitar comer enloquece a cualquiera.

Si tienes una personalidad ‘Tipo A’ te beneficiarás porque hallarás seguridad en la estructura y rigidez de tu dieta y tu programa de entrenamiento, pero debes permitirte cierta flexibilidad y ciertos cambios para tener éxito con lo que te has propuesto.

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