La Denominación de Origen (D.O.) Ribera del Duero tiene el reconocimiento mundial como una de las principales regiones productoras de vino en España.
Esta región se ubica dentro de la comarca de Castilla y León, específicamente en las zonas de Soria, Burgos, Segovia y Valladolid.
Con una tradición de más de 2,500 años elaborando vinos, la zona evoca un respeto por el legado de tradiciones y conocimientos que han pasado de generación en generación.
Hoy en día son más de 300 bodegas y 2,225 marcas las que llevan el sello de la D.O. Ribera del Duero
Desde los jóvenes con elevada carga frutal y buen paso en boca, a los elegantes y potentes vinos de guarda como los (Crianzas, Reservas y Grandes Reservas), que destacan por su complejidad aromática y su potencia y equilibrio en boca
Son vinos jóvenes, frescos, afrutados, con buena acidez, que aportan aromas más complejos al envejecer en barrica.
Inviernos largos y veranos secos, así como las temperaturas extremas que oscilan de -20 a 42°C dan como resultado una extraordinaria calidad en la uva, pequeña, de piel gruesa y de maduración perfecta, lenta y tardía.
Las características del terreno complejo, pedregoso, de arcillas y calcáreos aportan estructura, carácter, madurez, elegancia y complejidad a cada uno de sus vinos.
Con 26,123 hectáreas de viñedos donde se trabaja con compromiso y pasión los 365 días del año. En sus viñedos impera la uva Tempranillo, conocida también como Tinto Fino o Tinta del País. Variedad principal que otorga el color, aroma y cuerpo característico a los vinos de la Ribera del Duero.
Son más de 8,000 viticultores los que hacen el intenso trabajo de poda y aclareo para obtener un bajo rendimiento de la viña, en busca de una uva de excelente calidad.
Sin duda alguna, estos pilares hacen que al consumir cualquiera de los vinos amparados por la Denominación de Origen Ribera del Duero se disfrute del resultado de una tradición milenaria.