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Crystal le contesta a Alan Greenspan

El experto en remuneraciones reaviva una vieja polémica con el ex presidente de la Reserva Fede en los 80 Greenspan se opuso al consultor en asuntos referentes con la petrolera Mobile Corpora
vie 16 noviembre 2007 06:14 PM
Graef Crystal responde al ex presidente de la Reserva Federa

A principios de los años, 80 Alan Greenspan era uno de los directores y miembro del consejo de la petrolera estadounidense Mobile Corporation. Por ese entonces un consultor experto en remuneraciones de ejecutivos, Graef ‘Bud’ Crystal, hizo la sugerencia de subir los sueldos a los ejecutivos de la compañía. Greenspan se opuso y eso le causó un grave conflicto con el cuerpo directivo de la petrolera.

A más de 20 años, el ex presidente de la Reserva Federal (que aún mueve mercados con sus comentarios) cuenta el episodio en su nuevo libro, La edad de la turbulencia.

Aquí reproducimos la respuesta que Graef ‘Bud’ Crystal (quien se adjudica algunos de los logros del ex banquero central) da a Alan Greenspan.

La versión de ‘Bud’

En su libro, el ex presidente de la Reserva Federal cuenta (en las páginas 427-428) que yo persuadí a los directores para que le pagaran más de lo justo a la alta gerencia de una compañía, en los tiempos en que él fue miembro de la comisión de retribución de la junta de Mobil Corp, entonces una empresa independiente y la segunda petrolera del mundo. Yo sólo era un consultor de nóminas de la compañía.

Greenspan escribe que se percató “de la tendencia a pagar retribuciones ‘excesivas”’ por culpa mía.

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Relata cómo en una reunión de la comisión de retribución yo presenté “una serie de gráficos que mostraban que los sueldos de los altos directivos de Mobil sólo eran de nivel promedio si se los comparaba con los de sus homólogos corporativos”.

“Obviamente, dijo Crystal, Mobil debe aspirar a que los sueldos de sus ejecutivos sean superiores”, escribe.

Greenspan concluye con estas palabras: “Los ejecutivos de Mobil consiguieron una gran parte (de incremento salarial) pero probablemente no todo lo que habían pensado cuando le echaron a ‘Bud’ encima al comité”.

Bueno, al menos se me debe reconocer una cosa: le dije a la comisión de retribución cuál era el promedio. ¿O no? Greenspan escribe que él sugirió que “había errores en el análisis de regresión de ‘Bud’ sobre la paga ejecutiva”.

Lo que parece escapársele a Greenspan es que, como director independiente, él podría haber votado en contra de cualquier recomendación mía e intentado persuadir a los otros directores para que hicieran lo mismo.

Yo no le apunté una pistola a la cabeza a Greenspan para obligarlo a aprobar esa paga superior al promedio para los altos ejecutivos de Mobil. Pienso que, a la postre, él tomó una decisión informada. Y si mis análisis de regresión tenían tantos errores, ¿por qué los creyó?

Mi verdad

El suceso que Greenspan describe ocurrió, según él, a principios de los años 80. La información en mi terminal de Bloomberg llega hasta julio de 1980; entre esa fecha y el 31 de julio de 1982 (lo que yo considero principios de los 80), el precio de la acción de Mobil bajó 44%. En el mismo periodo, el índice Standard & Poor’s 500 bajó 12%.

Greenspan formó parte de la junta de Mobil hasta 1987. Entre el 31 de julio de 1980 y el 31 de diciembre de 1987, en esencia, no hubo un periodo en que el desempeño de Mobil siquiera se acercara al del índice S&P 500.

En lo que tocaba a si la empresa debía pagar más, menos o el promedio, mi política fue presentar los hechos a la comisión y dejar que los miembros tomaran su propia decisión.

Pero estoy sorprendido de que Greenspan no lo entendiera. En un sentido macro, para usar una de sus palabras favoritas, no todo el mundo podría pagar más que el promedio. Sin embargo, en un sentido micro, un buen número de compañías sí podrían. Y eso fue justamente lo que la alta gerencia de Mobil intentó hacer.

El otro pendiente

Una última cosa. En su libro, Alan Greenspan escribe sobre cargar el costo de las opciones accionarias a las ganancias: “En 2002, me uní a la batalla sobre este arcano, pero crítico, aspecto del auge de las empresas punto.com de los años 90. Mi buen amigo Warren Buffett, que no era ningún neófito en la evaluación corporativa, había entrado en la refriega más temprano”.

En mi libro de 1991, In Search of Excess, presenté los mejores argumentos que pude a favor de que se contabilizaran las opciones accionarias como un gasto. Abogué por esa postura hasta que, en 2004, la Junta de Estándares Contables Financieros, que establece las reglas sobre la contabilidad en EU, decretó que era necesario contabilizarlas contra las ganancias, desde 2005.

Yo fui un consultor informal de esa junta durante la mayor parte de los años 90. Contaba con pocos aliados, uno de ellos era Buffett, hasta que Greenspan se sumó tardíamente a mi cruzada. En un momento, Buffett me escribió una nota diciéndome: “Mantén la pelea. Quizá seamos la minoría, pero no por eso dejamos de tener la razón”.

La ironía en todo esto es que cuando Greenspan aceptó el análisis de un consultor que él consideraba errado, él mismo trabaja como consultor.

Pese a todo, hay que reconocerle algo a Greenspan. Hay contados directores externos que saben mucho sobre análisis de regresión.

Crystal es consultor, columnista de Bloomberg y autor de libros como In Search of Excess: The Overcompensation of American Executives (1991).

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