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Nubarrones en las finanzas públicas

Un aumento en los precios y tarifas de servicios y bienes públicos se perfila como una salida; el Gobierno tiene otras opciones, como recorte al gasto o una reforma fiscal, ambas poco viables.
lun 18 mayo 2009 10:29 AM
La economía mexicana se contrae más de lo esperado. (Foto: Archivo)
Recesón_grafica_crisis_baja (Foto: Archivo)

México se encuentra en una encrucijada que ha desatado la alerta de las calificadoras y el llamado de atención del Gobierno federal, que reconoce un boquete fiscal que deberá ser tapado, y la opción más viable es un aumento a los precios de tarifas del sector público, señalan analistas. El menor crecimiento, la menor recaudación y los menores precios del petróleo han golpeado los ingresos públicos, que en el primer bimestre del año cayeron 9% los no petroleros y 21% los petroleros.

México tiene tres opciones para cubrir el agujero que se espera en 2010, una reforma fiscal, un aumento en la deuda o un incremento en los precios y tarifas de los servicios públicos

"Nuestra perspectiva es que habrá dificultades para cumplir con el programa fiscal", dijo en un reporte el quipo de análisis de Banamex.

Este año el Gobierno ‘la libra' gracias en parte al las coberturas de precios del petróleo que contrató, aunque el déficit fiscal se prevé crezca a un equivalente del 2% del Producto Interno Bruto (PIB).

El problema es que si quiere mantener por lo menos el mismo nivel de gasto que en este año el Gobierno deberá optar por algunas de las opciones señaladas o recortar el gasto.

"El Gobierno y el Congreso tendrán que acordar una reforma fiscal capaz de incrementar substancialmente el nivel de los ingresos fiscales actualmente en tan sólo 8.1% del PIB", dijo el analista de Scotiabank, Francisco Gutiérrez.

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Sin embargo, la calificadora de riesgo crediticio Standard and Poor`s duda de la capacidad del Ejecutivo y del Congreso para lograr una reforma fiscal, por lo que de entrada redujo la perspectiva de la calidad crediticia soberana a negativa desde estable la semana pasada.

Un aumento en la deuda gubernamental implicaría un deterioro en uno de los elementos que mayores crisis generaron en el pasado.

Se espera que la deuda pública tenga un incremento de 10 puntos porcentuales del PIB al cierre de este año comparado con el de 2007, debido al mayor déficit fiscal y a la depreciación del peso.

Una reforma fiscal se ve más difícil de alcanzar, incluso el propio secretario de Hacienda, Agustín Carstens rechazó la posibilidad de incrementar o crear nuevos impuestos, según publica este lunes el periódico Reforma.

Una reducción en el gasto afectaría los programas sociales básicos del Estado, salud, educación, apoyos sociales e infraestructura.

Aunque se prevé que las finanzas públicas se beneficien en 2010 por un ligero crecimiento económico, para ese año no hay coberturas sobre el precio del petróleo, que en este año se pactaron en 70 dólares por barril, mientras que para el próximo año se pronostica que el precio del crudo se ubique en un promedio de 60 dólares.

Primera opción

Con un proceso electoral en puerta se dificultan las posibilidades de alcanzar acuerdos para una reforma fiscal, que durante más de una década ha sido un tema de discusión, pero no de aprobación, debido a que se tocan temas sensibles como gravar el consumo de alimentos y medicinas.

"La probabilidad de observar incrementos significativos en precios y tarifas públicas que tengan repercusiones importantes sobre los precios se incrementa", dijo Gutiérrez.

Así que la medida más viable, tras los tiempos electorales parece ser un aumento en los precios de energéticos y servicios públicos, varios de los cuales fueron congelados o con descuentos a inicio del año.

"Además del tema político social que involucran tales dilemas fiscales, está también el delicado equilibrio que se debe perseguir entre la credibilidad y confianza que debe inspirar la política fiscal en los mercados de la deuda pública", dijo Banamex.

Efectos inflacionarios

De cualquier forma las decisiones gubernamentales tendrán un efecto que nos lleva al ciclo ya conocido.

"Esto puede ser en alguna medida inflacionario ya que el gobierno puede verse obligado a incrementar impuestos o precios importantes (como el IVA, la gasolina y/o la electricidad), lo que tendría repercusiones en otros precios y produciría una reacción en cadena y una burbuja inflacionaria que necesitaría ser controlada, contenida", dijo Gutiérrez.

Por lo tanto Banco de México deberá prepararse para enfrentar los posibles choques inflacionarios, después de que a la fecha a reducido la tasa de interés de fondeo a un 5.25%, tres puntos porcentuales menos que al cierre de 2008.

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