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Carstens, un viejo conocido del FMI

De ser aprobada su nominación, marcaría un viraje en la dirección del Fondo Monetario Internacional; el mexicano ya fue subdirector gerente entre el 2003 y el 2006, cuando ganó prestigio en el mundo.
dom 22 mayo 2011 05:23 PM
Agustín Carstens (centro) tiene amplio reconocimiento en el ámbito internacional (Foto: Notimex)
agustin carstens

Agustín Carstens, un reconocido economista liberal, será propuesto por México para ocupar la jefatura del Fondo Monetario Internacional (FMI) y, de ser aprobada su designación, marcaría un viraje en la dirección del organismo, normalmente reservada para europeos. Carstens, de 51 años y doctor en economía de la Universidad de Chicago, es un viejo conocido del FMI ya que fue subdirector gerente entre el 2003 y el 2006, y donde ganó prestigio internacional.

"Tiene absolutamente todos los méritos, una gran trayectoria internacional, conoce el FMI desde dentro", dijo hace unos días sobre Carstens el actual secretario de Hacienda , Ernesto Cordero.

En caso de tomar las riendas del FMI, Carstens tendrá la difícil misión de lidiar con la ayuda para los estados endeudados de la zona euro, una tarea pendiente del ex director gerente Dominique Strauss-Kahn, quien enfrenta cargos por una supuesta agresión sexual contra una camarera de hotel.

Carstens, de lenguaje afable y pausado, es un hombre de confianza del presidente mexicano Felipe Calderón y tomó las riendas del banco central de México en enero del año pasado, justo cuando la segunda economía de América Latina se recuperaba de una severa recesión.

El revés económico lo alcanzó siendo el secretario de Hacienda de México, una tribuna desde la que defendió la estricta disciplina fiscal que le ha valido a México el reconocimiento de la comunidad financiera internacional.

Al llegar a la jefatura del Banco de México (Central) Carstens, un fanático del béisbol, despertó algunas interrogantes entre algunos analistas sobre la autonomía del banco central, dada su cercanía con Calderón.

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Incluso sorprendió al invitar a las reuniones de política monetaria al secretario de Hacienda, tradicionalmente reservadas para la junta de Gobierno de la entidad monetaria integrada por otros cuatro subgobernadores.

Su paso por el banco central ha transitado por aguas tranquilas, toda vez que la inflación de México ronda la meta oficial del 3% +/- un punto porcentual.

Eso ha derivado en que el banco central no haya movido la tasa referencial de interés desde julio de 2009, que mantiene en 4.5%, para no entorpecer el proceso de recuperación que experimenta la economía.

Camino sinuoso

Como secretario de Hacienda, al funcionario le tocó manejar la economía por un camino sin asfalto al sufrir hace dos años la peor recesión desde 1995, cuando el coletazo de la recesión y la caída en la demanda en Estados Unidos -el mayor socio comercial de México- castigó al país.

Y se convirtió en blanco de críticas cuando entonces dijo que la crisis le provocaría "un catarrito" al país y "no una pulmonía como antes". Poco después lamentó haber usado esa expresión ante el colapso del 6.1% que vio la economía en el 2009 .

Sin embargo, fue elogiado por su manejo de la crisis y en medio del declive en las exportaciones y producción petrolera, fue previsor y al frente de la Secretaría de Hacienda contrató coberturas petroleras que han permitido al país contar con recursos adicionales cuando el precio de la canasta de exportación es menor al esperado.

Otro de sus logros durante su gestión fue una reforma al sistema de pensiones, que fue considerada por los especialistas como uno de los cambios estructurales más importantes de México en la última década.

Entre sus responsabilidades como secretario estuvo diseñar dos reformas fiscales para fortalecer las finanzas del país, que fueron diluidas por el Congreso y luego consideradas insuficientes para sanear la hoja de balance de México. Esto llevó a que dos agencias calificadoras redujeran la nota de la deuda soberana del país .

Pero en casa es menos popular que en el exterior, después de que los mexicanos lo criticaran por intentar convencer de las bondades del aumento de impuestos.

Carstens, quien también se había desempeñado en el pasado como director de Investigación Económica del banco central y jefe de Gabinete de la oficina del gobernador, está casado con la economista y escritora estadounidense Catherine Mansell, que publica libros bajo el seudónimo de C.M. Mayo.

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