Los 3 pasos para conseguir un ascenso
Sin importar la actividad desempeñada, la necesidad de escalar a mejores oportunidades aparece en diferentes etapas de la trayectoria profesional. Un ascenso no cae del cielo, hay que ir tras él cambiando la forma de actuar en el trabajo. En particular, entre los 30 y 40 años aumenta el deseo de obtener un cargo relevante, porque ya se cuenta con experiencia y, en muchos casos, la persona conoce bien a la organización.
Por lo general, después de 3 a 5 años de ocupar un mismo puesto hay que buscar escalar, aunque eso no signifique que sea un movimiento ascendente, es posible incorporarse a nuevos proyectos y eso es una forma de promoción, indica la psicóloga y reclutadora laboral, Elsa Noriega.
Los motivos que conducen a una promoción la mayoría de veces se rigen por "normas no escritas", esto implica que no sólo los conocimientos y experiencia importan, también son necesarias otras habilidades, como la persuasión, menciona John Beeson, autor del artículo "Developing Business Leaders" (Desarrollando a líderes de negocios).
Llegar a otro puesto puede tardar meses o más, así que el primer paso es pensar que un ascenso requiere planificación. Lo primero es reunir todas las pruebas y resultados que confirmen el valor que tu trabajo le genera a la empresa, indica Noriega.
"Situaciones como: yo solo llevo estas tareas sin la ayuda de otra persona y doy estos resultados, es un argumento que puede destacarse, pero hay que saberlo vender como una cualidad, no como actitud de victimario", explica la psicóloga laboral.
Noriega recomienda sondear quién es la persona que tiene el poder en la oficina para lograr la promoción, tal vez no sea tu superior inmediato. Si es el caso, hay que buscar la oportunidad de destacar tus destrezas y que tienes las aptitudes deseables para el nuevo puesto, con quien pueda respaldar el cambio laboral. Sólo cuida que tus acciones no generen la imagen: "quiero omitir al jefe", a nadie le gusta sentirse desplazado, esto te pondría en evidencia y puede cerrarte las puertas.
Aunque labores en un gran corporativo, necesitas tener la mentalidad de un emprendedor para planear este movimiento, es decir, debes arriesgar y no esperar a que los nuevos proyectos lleguen a ti, por el sólo hecho de "trabajar bien". Leticia Hernández, psicóloga por la UNAM y orientadora vocacional, menciona estos tres puntos para trabajar un ascenso.
1. Resuelve un problema. Cuando un empresario se propone crear un negocio, su primera necesidad es identificar necesidades no resueltas en un mercado. El empleado debe pensar en cómo puede ayudar a resolver, más rápido o de mejor forma, una situación que tenga que ver con el trabajo diario y, por consiguiente, el producto final que se da al cliente de la empresa.
Andy Freire, autor del libro Pasión por Emprender, señala que para convertir una oportunidad en un proyecto (que te distinga) se puede seguir el método PPD (Precisar, Pensar, Desarrollar). Aplicando estos pasos al trabajo, fíjate en lo siguiente:
1. ¿Qué es lo que tu departamento y jefe realmente necesita? Eso es lo que debes responder, y la manera más eficiente para lograrlo es preguntar y escuchar. Presta atención cuando el superior insiste en querer obtener resultados de cierta forma.
2. Identifica con qué herramientas (conocimientos y habilidades) resolverás aquello que representa un problema o área de mejora para tus superiores y departamento.
3. Hay que cumplir lo prometido, Hernández aconseja no caer en la tentación de querer vender proyectos o soluciones que, realmente, no puedas cumplir. Si sugieres cambios para que tu desempeño sea notorio, asegúrate que tienes lo necesario para cumplir lo propuesto, de lo contrario pierdes puntos en tu imagen y ‘marca' personal.
Error. Las personas con un empleo fijo frecuentemente piensan que son buenos y que las faltas que tengan (como no entregar un proyecto a tiempo) no tienen comparación con otros problemas en su área de trabajo. Sin embargo, quien aspirar a una promoción "no puede quedarse en su área de confort", si se está en desacuerdo con lo sucedido en su departamento, lo mejor es valorar si se quiere buscar el ascenso en ese lugar o hacer un cambio radical a otra empresa, explica Noriega.
Hay que entender que si la persona no garantiza mayor contribución a largo plazo, o su adaptación a nuevas demandas, ningún puesto se tiene seguro, y menos un ascenso.
2. Aprende más, pide más. Una persona con una licenciatura gana, en promedio, casi el doble que un graduado educación media, en Estados Unidos, de acuerdo con un censo de la Oficina de Estadísticas Laborales de ese país. En México, de acuerdo con Noriega, la carrera no es garantía de mejor percepción y, tampoco, de trabajo. Lo que sí es real, dice, es que los puestos estratégicos requieren más preparación. Si te llevas bien con el jefe, cuenta, pero en algún momento del ascenso, éste se deberá respaldar con destrezas y conocimientos, explica Hernández.
Si volver a la escuela no es una opción para ti, hay otras maneras de obtener conocimientos que justifiquen un nuevo puesto o la incorporación a otros proyectos, como conocer y, si es posible, entrenarse en otras áreas en la empresa. Busca, además, cursos acordes a tu presupuesto que guarden relación con el objetivo en mente: escalar. Esto significa que pueden ser talleres relacionados con tus tareas, o con el manejo de equipo, comunicación asertiva, entre otros.
Cuando un empleado puede conversar sobre las tendencias en la industria o cómo generar nuevas propuestas, disminuir problemas en el área o reducir presupuestos, se convierte en un prospecto interesante a los ojos de un director, menciona William Arruda, autor del libro Career Distinction: Stand Out by Building Your Brand (Carrera distintivas: construye tu marca).
Error. "La estabilidad de la industria, la posición de la empresa en el mercado, las nuevas demandas, cambio de jefes, todos esos factores influyen para conservar un empleo, ser ascendido o que no te renueve el contrato a los tres meses", subrayan Noriega y Martínez. Como los trabajos no se tienen asegurados de por vida, el reto es ampliar tus capacidades para negociar permanencia y promociones. Esta tarea no se puede delegar a los jefes.
3. Fomenta las amistades. En dos de cada tres promociones, el factor determinante en esa decisión es la relación que tiene el empleado con el jefe , un mentor dentro de la organización y los compañeros, es decir, el indicador "relaciones sociales" tiene gran influencia, incluso más que los conocimientos o años en la compañía, subraya Noriega.
Muchas veces, puntualiza, la gente se pregunta "por qué fue elegida otra persona y no yo", la respuesta está en las relaciones que supo construir en la empresa, porque es un mecanismo más inmediato para recibir una buena recomendación.
Error. Si no te llevas bien con la gente, o socializar dentro del ámbito de trabajo no es tu fortaleza, hay que hacer cambios. No importa lo bien que hagas las cosas, los ascensos están relacionados con cómo se conecta un empleado con otros.