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El enigmático líder del Tesoro de EU

El secretario Jack Lew ha sabido aplicar las políticas económicas de Obama, dice Adam Lashinsky; pero su experiencia en el Gobierno le permiten diseñar subterfugios en temas de política económica.
mar 27 agosto 2013 05:04 PM
Actualmente Jack Lew se desempeña como jefe de personal de Obama. (Foto: Cortesía Fortune)
jack lew (Foto: Cortesía Fortune)

Entrevisté el jueves a Jacob Lew, segundo secretario del Tesoro del presidente Obama. Unas noches antes había inquirido en un salón lleno de hombres de negocios si alguien conocía al hombre que dirige la política fiscal de la única superpotencia mundial. Nadie pudo decirme nada. Así que me embarqué en una semana para estudiar un poco al hombre y más especialmente los desafíos que enfrenta.

Lew es un abogado que ha pasado la mayor parte de su carrera en el Gobierno, con periodos en las administraciones de Clinton y Obama. Al principio fue director de la Oficina de Administración y Presupuesto, luego jefe de gabinete de la administración de Obama y a principios de año fue elegido para sustituir a Timothy Geithner.

Actualmente está al frente de tres iniciativas cardinales: la reforma regulatoria (esto es, l a implementación de la legislación Dodd-Frank promulgada hace tres años ); la financiación del Gobierno (enfrentando incluso a los republicanos de la Cámara baja por su negativa a autorizar el aumento del límite del endeudamiento); y las iniciativas de política económica del presidente (una miscelánea de propuestas de pequeño calibre que suenan bien, pero probablemente no tengan un gran impacto).

Es un trabajo difícil, y lo primero que aprendí de él es que para estar en ese trabajo debes ser un experto en el arte de no responder a las preguntas. Es prácticamente un requisito previo.

Le pregunté cómo el Gobierno pudo haber incumplido más del 60% de los plazos que fijó para implementar la ley Dodd-Frank, según un estudio muy publicitado por el bufete jurídico Davis Polk & Wardwell. Desestimó dicho estudio por su falta de exactitud en temas que no especificó.

La ley es compleja, dijo, y hay que hacerla correctamente. No dudo de su complejidad, pero es desconcertante la forma en que los funcionarios se muestran indiferentes con respecto a no cumplir sus plazos, y estoy molesto conmigo mismo por no haberlo presionado más en este tema.

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Advirtiendo que en su trabajo anterior fue decisivo en el diseño del polémico "secuestro" de los fondos públicos que actualmente está tratando de deshacer, le pregunté si sus viajes se habían restringido a causa del recorte presupuestario.

Un reciente artículo del New York Times mencionaba que el secretario de Defensa, Chuck Hagel, había reducido sus viajes previstos a Afganistán a solo dos veces por año. El funcionario se rió, diciendo que Hagel no necesita viajar más a Afganistán, pero no respondió a mi pregunta.

(Me permito este paréntesis para señalar aquí los tres puntos que marcaron el itinerario de Lew durante su viaje a Silicon Valley. Me dijo que en Facebook se reunió con un grupo convocado por Sheryl Sandberg, que incluyó a la junta directiva de Facebook -entre ellos el destacado demócrata Erskine Bowles y el editor del Washington Post, Donald Graham-, y a un puñado de líderes empresariales del área como el CEO de LinkedIn, Jeff Weiner.

También recorrió las instalaciones del AT&T Foundry en Palo Alto, un "centro de innovación" al que debo ir porque no he hablado con ningún "líder tecnológico" que colabore en ese centro. Su última parada fue su aparición ante el Commonwealth Club de California, que yo moderé. El club me informa que un video sobre este encuentro estará disponible más adelante en la semana).

Cuando Lew no respondía a las preguntas, practicaba con maestría el juego de la elusión (más vulgarmente conocido como "escurrir el bulto" o "pasar la pelota"). La suspensión en la cotización del Nasdaq acababa de terminar cuando este personaje subió al escenario en el Museo de la Historia de la Computadora en Mountain View, California.

Me pareció oportuno preguntarle si el Gobierno estaba regulando adecuadamente el trading electrónico, pues esta no era la primera falla reciente en el sistema. Él señaló correctamente que la Comisión de Bolsa y Valores regula el Nasdaq, la bolsa de Nueva York y otras plataformas de negociación, y luego se puso a hablar sobre los pros y los contras de la tecnología, una conversación pertinente dado el entorno donde nos encontrábamos. ¿Solucionará EU este problema? No me lo dijo.

Intenté hacer que hablara sobre lo que él y el presidente quieren decir con eso de "ayudar a la clase media". Es un tema espinoso porque ayudar a la clase media es uno de esos tropos populistas que tanto aman los políticos: nadie se opone a ello, pero eso no quiere decir absolutamente nada.

Le pedí que diera un ejemplo, y Lew mencionó lo que ese día era tema de conversación. Dijo que el presidente estaba hablando en esos mismos momentos de su plan de vincular la ayuda federal para los estudiantes con el desempeño de la universidad a la que asisten. Mientras volvía a casa esa tarde escuché un programa radiofónico en la NPR que destripaba el plan del presidente por inviable.

El Gobierno también está impulsando una red de "centros de innovación manufacturera", el primero de los cuales se inauguró recientemente en Youngstown, Ohio. Le pregunté si hay alguna evidencia de que estos centros conduzcan a algún éxito tangible. Me respondió que el centro de Youngstown ya es un éxito; en su discurso señaló que el "laboratorio de avanzada" era antes una bodega en desuso y ahora aloja a trabajadores "expertos en tecnologías de impresión 3-D ". Centros como este, dijo en su discurso, "tienen un enorme potencial". Pero no ofreció ejemplos de su eficacia.

He elegido los fragmentos de mi entrevista que ilustran su arte para esquivar y desestimar. Por el momento dejé afuera las impresiones de una persona inteligente, agradable y totalmente competente para estar al timón de la economía de la nación.

Es un perfecto representante de una Casa Blanca altamente disciplinada, dirigida por un presidente muy recto. Su trabajo no consiste en entusiasmar o entretener, consiste en lidiar con problemas difíciles y aplicar las políticas económicas del presidente. Lew parece estar haciendo un buen trabajo en todos esos frentes.

 

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