El asedio sobre Aleppo, una nueva era de la guerra en Siria
Las imágenes de Aleppo, Idlib y de la frontera de Siria con Turquía se pueden describir en una sola palabra: desesperación.
Decenas de miles de personas huyeron de los bombardeos implacables del régimen del presidente Bashar al Assad y sus aliados. Cientos de miles más permanecen atrapados.
En unas pocas semanas, el campo de batalla de Siria se ha transformado, el equilibrio de fuerzas se ha pulverizado y las perspectivas de las conversaciones de paz están prácticamente extinguidas.
Mientras, otra ola de civiles desplazados convergen en la frontera con Turquía, atrapados por el avance de las fuerzas del régimen.
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La semana pasada, el régimen de Bashar al Assad, con el apoyo de la milicia chiita de Irán y Líbano, cortó la carretera principal que une Aleppo con la frontera turca, un paso a través del cual tanto rebeldes como organizaciones de la sociedad civil trasladaban suministros.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos informó que varios pueblos de la zona se vieron afectados por ataques aéreos este domingo.
Una batalla por Aleppo, la ciudad más grande de Siria antes de la guerra, parece inminente.
Las fuerzas del régimen y sus aliados sobre el terreno, apoyados por bombarderos rusos en el aire, se enfocan ahora en la mitad oriental de la ciudad, todavía en manos de una coalición de grupos rebeldes. Se estima que unas 320,000 personas siguen viviendo —o subsistiendo— allí, bajo el bombardeo continuo.
Hay reportes sobre escasez de diésel y alimentos, pero muchos residentes no se atreven a salir.