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La mayor refinería de EU podría pasar a manos saudíes

Port Arthur, con una capacidad diaria de 600,000 barriles, podría ser controlada por Saudi Aramco; la firma es copropietaria de la refinería en Texas, pero una ruptura con Shell le daría el control.
mié 23 marzo 2016 04:01 AM
Trabajadores de Shell (Foto: Shell_tomada de Flickr)
Trabajadores_refineria_Shell Trabajadores de Shell ✓ (Foto: Shell_tomada de Flickr)

La joya de la corona entre las refinerías petroleras estadounidenses pronto podría ser propiedad de Arabia Saudita.

Saudi Aramco, la petrolera estatal del jugador más poderoso de la OPEP , ha anunciado recientemente planes para tomar el control total de la refinería en expansión Port Arthur, en Texas. La instalación en la Costa del Golfo es la refinería más grande de Estados Unidos y puede procesar 600,000 barriles de petróleo al día.

Port Arthur tiene un gran valor estratégico, especialmente considerando el auge petrolero estadounidense que ha disminuido el apetito estadounidense por el petróleo extranjero.

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Dará a los saudíes un control completo sobre la refinería. Entonces, probablemente podrían traer más de su propio petróleo crudo a Estados Unidos para su refinación y venta en el mercado de América del Norte.

“Arabia Saudita tendría un centro de venta para gran parte de su producción de crudo”, dijo Tom Kloza, jefe global de análisis de energía del Oil Price Information Service. “Port Arthur es la joya que los saudíes quisieran”.

El año pasado, Port Arthur llegó a los titulares por unirse a una huelga de trabajadores en todo el país por motivos de seguridad. El descontento de los trabajadores siguió a una extensa renovación de cinco años en Port Arthur que se completó en 2012 y duplicó la capacidad de la instalación.

Costosa separación podría señalar una OPI de Aramco

Saudi Aramco ya es dueño de la mitad de la refinería de Port Arthur, junto con Royal Dutch Shell a través de una empresa conjunta llamada Motiva Enterprises. Pero los dos gigantes del petróleo han tenido una relación conflictiva desde hace muchos años. La semana pasada anunciaron una declaración de intenciones de separar Motiva.

Como parte del acuerdo tentativo, Shell obtendrá el control de dos refinerías de Motiva en Louisiana y nueve terminales de distribución. Saudi Aramco obtendría Port Arthur, así como 26 terminales de distribución y la licencia de la marca Shell para ventas de gasolina y diésel en Texas.

“Es un divorcio muy caro”, dijo Kloza, añadiendo que las dos partes no estaban siempre en la misma página.

Esto tiene sentido considerando el hecho de que Shell y Aramco tienen diferentes fuentes de petróleo . Mientras que los saudíes probablemente preferirían que Port Arthur procesara su propio petróleo enviado desde el Medio Oriente, Shell está bombeando toneladas de petróleo de las aguas profundas del Golfo de México.

La ruptura de Motiva también podría ser un primer paso hacia los planes de  Saudi Aramco para volverse una empresa pública. En enero, Arabia Saudita dijo que está considerando vender acciones del gigante petrolero de propiedad estatal.

Kloza dijo que Motiva podría estar entre los primeros activos escindidos de Aramco, que controla la increíble cantidad de 261,000 millones de barriles de las reservas probadas de Arabia Saudita; o aproximadamente el 15% del total mundial.

Otra capa de complejas relaciones entre EU y Arabia

El acuerdo de Port Arthur se sumaría a la compleja y a veces incómoda relación entre Estados Unidos y Arabia Saudita.

Por un lado,  Arabia Saudita ha sido durante mucho tiempo una fuente de petróleo para Estados Unidos. Estados Unidos importó 1.2 millones de barriles de petróleo saudí por día según cifras de finales de febrero, de acuerdo con la Administración de Información de Energía de Estados Unidos. Eso es casi el doble que el año anterior.

Pero la producción de petróleo estadounidense propio casi se ha duplicado en la última década, creando un exceso de oferta épico. Y la OPEP, dirigida por los saudíes, se ha negado a recortar la producción para evitar que los precios colapsen.

Eso ha perjudicado a la industria petrolera estadounidense, que se encuentra en una grave recesión.

Pero los saudíes han seguido bombeando de forma agresiva en un intento por presionar a los productores de alto costo en Estados Unidos y otros lugares.

El acuerdo de Port Arthur le dará a los saudíes otra vía para su crudo.

“Parece un movimiento relativamente astuto por los saudíes. Es una indicación de cuánto quieren mantener su posición en Estados Unidos”, dijo Matthew Smith, director de investigación de materias primas de ClipperData.

 

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