Wall Street odia la Regla Volcker y, al parecer, no está en vía de ser eliminada
Wall Street odia la Regla Volcker y se han estado creando expectativas de que el gobierno de Trump la eliminaría.
Pero Steven Mnuchin, elegido por Donald Trump para secretario del Tesoro , señaló durante su comparecencia en el Senado el jueves pasado que la Regla Volcker no está en vías de ser terminada, al menos no completamente.
“Apoyo la Regla Volcker”, dijo Mnuchin durante su audiencia de confirmación en el Senado de Estados Unidos.
La norma poscrisis prohíbe a grandes bancos como JPMorgan Chase, Citigroup y Goldman Sachs hacer apuestas arriesgadas con su propio dinero; acciones que algunos dicen que exacerbaron la crisis financiera. Mnuchin dijo que no creía que el trading riesgoso deba realizarse en bancos que requieran de un seguro de la FDIC (Federal Deposit Insurance Corporation).
Sin embargo, Mnuchin parecía preocupado por las consecuencias imprevistas de la regla, que lleva el nombre del expresidente de la Reserva Federal, Paul Volcker.
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Mnuchin, un exbanquero de Goldman Sachs, señaló un reciente documento de la Fed que encontró que la implementación de la Regla Volcker en 2015 tuvo un efecto perjudicial sobre la capacidad de comprar y vender bonos fácilmente durante tiempos de tensión. Sin esa liquidez, los mercados pueden paralizarse.
“Eso es algo que absolutamente revisaría”, dijo Mnuchin.
nullEl elegido de Trump para el Tesoro atribuyó a una interpretación excesivamente compleja de la Regla Volcker que ha dejado a Wall Street confundida y maniatada acerca de sus capacidades para proporcionar liquidez. Hacer apuestas o comerciar con su propio dinero se conoce en Wall Street como negociación por cuenta propia.
“Tenemos que poder explicar a los bancos lo que es la negociación por cuenta propia, y lo que no es negociación por cuenta propia”, dijo Mnuchin.
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Los poderosos líderes republicanos habían estado presionando por eliminar la Regla Volcker. La Financial Choice Act, un proyecto de ley defendido por Jeb Hensarling, presidente de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes, pide que se derogue la regla por completo.
El testimonio de Mnuchin ante el Congreso sugiere que el gobierno de Trump relajará —pero no eliminará completamente— cierta regulación.
Por ejemplo, Mnuchin dijo que cree que vale la pena mantener la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB, por sus siglas en inglés), el comité de vigilancia defendido por Elizabeth Warren.
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En comparación, el proyecto de ley de Hensarling se desharía de la CFPB, para decepción de sus partidarios que acreditan al regulador haber aplicado mano dura sobre los turbios prestamistas sobre nómina y sobre grandes bancos como Wells Fargo.
Sin embargo, Mnuchin dijo que cree que el CFPB debería ser financiado por el Congreso, no por la Reserva Federal, como lo es actualmente.
Los partidarios de la CFPB rechazan ese cambio. Su argumento es que perjudicaría la independencia de la agencia y podría permitir que los republicanos lo priven de financiamiento.
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Sin embargo, Mnuchin no dio muchas consideraciones a los grandes bancos, especialmente no en comparación con los bancos ordinarios.
“Mi mayor preocupación es que esta regulación esté matando a los bancos comunitarios”, dijo Mnuchin, al agregar que los pequeños prestamistas proporcionan créditos muy necesarios a las pequeñas empresas.
Mnuchin también dijo que quiere asegurarse de que “no terminemos en un mundo donde solo tengamos cuatro grandes bancos”.
nullAl elegido de Trump para el Tesoro se le preguntó acerca de traer de vuelta la Ley Glass-Steagall. El verano pasado, la plataforma oficial republicana pidió el regreso de esta ley de la Gran Depresión que restringía los bancos que servían tanto a Wall Street como a los clientes ordinarios. La ley fue derogada en 1999 bajo la presidencia de Clinton.
“No apoyo volver a la (Ley) Glass-Steagall como estaba”, dijo Mnuchin.
Explicó que la Glass-Steagall es una “ley muy antigua” y que la implementación ahora “tendría implicaciones muy grandes para la liquidez y los mercados de capitales”.
Sin embargo, Mnuchin dijo que hay una necesidad de una “Glass-Steagall del siglo XXI”.
No detalló exactamente cómo sería esta.