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Implementar la reforma fiscal de Estados Unidos es más difícil de lo que parece

El cabildeo de intereses particulares en la renovación tributaria de empresas y entidades de transferencia será un reto para los legisladores estadounidenses.
mar 14 febrero 2017 03:25 PM
Reducción de impuestos
Reducción de impuestos Trump busca bajar a 15% el cobro fiscal en EU, donde los contribuyentes de alto perfil pagan hasta 39%. (Foto: iStock/pixomedesign)

Toda esa alegre habladuría en Washington acerca de que la reforma fiscal sea hecha rápidamente ya está demostrando ser poco realista.

Incluso si el Congreso optara por no hacer otra cosa que reescribir el código fiscal en 2017, sería una tarea monumental porque hay muchos intereses de las partes y exigencias contrarias que equilibrar. Y ahora que el gobierno de Donald Trump provoca una tormenta de polvo diariamente, Washington difícilmente está centrado en los impuestos.

Y una de las mayores complejidades es la reforma fiscal corporativa; un tema marcado por un intenso cabildeo de intereses particulares.

Durante años, el enfoque ha estado en los grandes negocios, y todos han exigido tasas más bajas de impuestos corporativos y cambios para facilitar a las empresas estadounidenses competir internacionalmente.

Pero ahora los legisladores y el presidente Trump quieren reformar el modo en que todas las empresas son gravadas.

Tiene sentido: La gran mayoría de las empresas en Estados Unidos no son corporaciones. Son las llamadas entidades de transferencia. Estas abarcan desde tiendas familiares de ciudadanos comunes hasta bufetes de abogados y fondos de cobertura.

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Lee: La reforma fiscal de Estados Unidos podría tardar más de lo esperado

Un negocio de transferencia traspasa sus beneficios a sus accionistas y socios, quienes luego reportan esos beneficios en sus declaraciones de impuestos individuales. Por lo tanto, están pagando tasas de impuestos federales de hasta 39.6% en sus ingresos transferidos.

Los republicanos de la Cámara de Representantes y Trump han propuesto reducir las tasas impositivas tanto para las corporaciones como para las entidades de transferencia. El plan de la Cámara reduciría la tasa máxima de traspaso a 25%; el de Trump, a 15%. La tasa máxima sobre los ingresos salariales regulares, mientras tanto, caería a solo 33%.

La disparidad entre las tasas de las empresas y las de los salarios preocupa a los expertos en políticas. ¿Por qué? Los accionistas y propietarios de entidades de transferencia —que por cierto también trabajan en esas empresas— se verán tentados a volver a describir sus cheques de pago como ingresos “empresariales” para obtener la tasa impositiva más baja.

No es una preocupación vana.

Hace unos años, Kansas redujo sus tasas ordinarias de impuesto sobre la renta y las eliminó por completo en los ingresos por transferencia. Como era de esperarse, el número de declarantes que reclamaron la exención de transferencia fue más del doble de lo estimado por el estado. Ese ha sido un “factor importante que ha contribuido” a la pronunciada caída del estado en ingresos fiscales, señaló Frank Sammartino, investigador senior del Tax Policy Center.

Así que, los legisladores tendrán que encontrar una manera de evitar que la gente juegue con el sistema.

El plan de la Cámara, por ejemplo, indica que simplemente asumiría —quizá por algún tipo de fórmula— cierta cantidad de “compensación razonable” que una entidad de transferencia pague a sus empleados que también resulten ser los propietarios o socios de la empresa.

Los empleados afectados tendrían que declarar sus porciones de esa compensación como ingresos salariales en sus declaraciones personales y pagar impuestos sobre ellos hasta por 33% de tasa individual.

Esa es una manera de abordar el problema, pero podría no funcionar bien o ser percibido como justo en cada tipo de situación.

Por ejemplo, ¿qué pasa si un propietario-empleado quiere reinvertir parte o toda su compensación de vuelta en el negocio, especialmente en las primeras etapas para ayudarlo a crecer? ¿No debería ser considerado como un “ingreso de activo de negocio” sujeto a la tasa más baja de 25%?

Lee: El plan fiscal de Trump puede jugar en su contra

¿O qué pasa si un propietario-empleado de hecho se paga a sí mismo menos de lo que el plan de la Cámara de Representantes define como “razonable”?

Es por eso que debe haber algunas opciones para calcular o justificar la compensación propia ante el Servicio de Impuestos Interno de Estados Unidos (IRS, por sus siglas en inglés), para adaptarse mejor a las circunstancias de las empresas individuales, dijo Mel Schwartz, un socio en la oficina fiscal nacional de Grant Thornton, en un evento del Bipartisan Policy Center.

Por supuesto, la forma de gravar la remuneraciones será solo uno de los debates sobre la tributación a las entidades de transferencia que podría absorber muchos recursos. Es por eso que algunos dicen que sería más fácil y rápido abordar los impuestos corporativos en primer lugar y poner una victoria en el tablero de la reforma fiscal.

Pero eso también sería una manera rápida de hacer enfadar a grandes partes del resto del universo empresarial, dijo Janice Mays, exconsejera en jefe del Comité de Medios y Arbitrios, en el mismo evento.

“Este es el club rotario de los legisladores, su club de donadores, la gente que conocen en sus lugares natales... Así que, volver a casa y entregar un recorte de la tasa fiscal de cualquier magnitud y no haber otorgado algo a este grupo es inaceptable”.

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