Los 5 riesgos y oportunidades de la Red Compartida
El mega proyecto de la Red Compartida para desplegar una red de telecomunicaciones capaz de cubrir al 92% de la población mexicana, con servicios de telefonía y de internet de banda ancha móvil, por fin tiene un grupo inversionista. El consorcio Altán, del que son parte Axtel y Megacable, deberá construir una infraestructura capaz de dar una cobertura similar o mayor que la ofrecida en la actualidad por Telcel, aunque en tan sólo siete años, mientras que la firma de Carlos Slim lleva 25 años en estos esfuerzos.
Estos son algunos de los riesgos y oportunidades que enfrentará este proyecto, que promete ser uno de los más novedosos a nivel mundial si al final logra sus objetivos de llevar internet y telefonía móvil a zonas donde los operadores privados aún no llegan:
Oportunidades
1. El ‘regalo’ del espectro
La Red Compartida usará la banda de 700 MHz. Este espacio del espectro permite ofrecer servicios de telecomunicaciones con tecnologías de banda ancha móvil como la LTE, que ahora ofrecen Telcel, Movistar y AT&T, aunque con menores costos de instalación.
“El monto del descuento por esta banda estimado alcanza los 1,577 millones de dólares (mdd)”, explica el especialista del sector Jesús Romo.
El espectro es el bien más preciado para cualquier empresa en el mundo que dé servicios en este sector, pues sin el acceso a este espacio no existen las telecomunicaciones inalámbricas.
2. Llevar la “banda ancha para todos”
El consorcio Altán deberá preocuparse por conseguir clientes (empresas) que quieran a su vez ofrecer servicios de telefonía móvil a los consumidores finales. Esto puede permitir que los pequeños cableros contraten paquetes de minutos o datos de gran magnitud, para luego venderlos bajo su propia marca a sus suscriptores.
Los Operadores Móviles Virtuales (MVNO por sus siglas en inglés), como Virgin y QboCel, son otros de los clientes potenciales de la Red Compartida.
Estos dos grupos de compañías tienen la ventaja de llegar a poblaciones donde los grandes operadores aún no tienen cobertura, así que podrán dar servicios de internet móvil de alta velocidad.
3. Más allá de la telefonía móvil tradicional
Pero las posibilidades para esta nueva red van mucho más allá de los cableros pequeños y de los MVNO. Existen otros mercados, como el de la seguridad o el gubernamental, que requieren de conexiones de alta capacidad, dice el director de 5G Americas para América Latina y El Caribe, José Otero.
“Ahí vamos a ver cuál es la creatividad de las empresas. Una de las falencias del diálogo sobre la Red Compartida es que se centre en servicios móviles tradicionales”, afirma el directivo.
La Red Compartida, por ejemplo, puede servir para conectar flotillas de camiones, cámaras de seguridad y comunicaciones entre dependencias de gobierno.
4. Cobertura, pero con rentabilidad
Las bases del proyecto final dieron más flexibilidad para que el consorcio ganador tuviera menos carga en cuanto a su obligación de llegar a poblaciones rurales, al pasar de 0.3% por cada 1% avanzado en el proyecto a una relación de 0.15% por cada 1%.
Si bien el proyecto parece dejar fuera del mapa a 8% de la población mexicana, todo depende de cómo se complemente con las redes de los operadores actuales, pues algunas áreas donde no llegue la Red Compartida quizá ya estén cubiertas por los privados, y viceversa, explica José Otero.
5. Colgarse de la infraestructura
La Red Compartida, que requerirá de la construcción de una serie de torres de telecomunicaciones para colocar las antenas para transmitir las señales móviles, tiene la opción de rentar los fierros de otros operadores o la red de fibra óptica del gobierno para realizar su despliegue. Esto le permitirá reducir costos, apunta Jesús Romo.
Riesgos
1. Rivada, el tercero en discordia
El consorcio internacional Rivada, que se quedó en la penúltima fase de la licitación, intenta revertir el fallo para que se tome en cuenta su propuesta. Esto puede significar que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) deba dar marcha atrás a la adjudicación del proyecto.
La compañía aún no logra que un juzgado admita su queja, pero el riesgo latente es muy alto, dice Jesús Romo. Sin embargo, esto no implica que también tenga una alta probabilidad de fructificar. De hecho, hasta ahora el recurso legal ni siquiera ha encontrado una causa, añade el analista.
“Definitivamente existen riesgos legales respecto de los juicios contra el proyecto, pero creemos que será un bache que deberá superarse, por el bien de la industria y el desarrollo de las Tecnologías de la Información y el Conocimiento en México”, opina el ex regulador en telecomunicaciones y fundador de la consultora Entuizer, José Luis Peralta.
Pero la mayor parte del proyecto se financiará con deuda para su construcción, y este recurso legal puede ser una barrera para conseguir recursos de los fondos de inversión privado, añade Jesús Romo.
2. Ningún caso de éxito
La red es tan novedosa que aún no existe en el mundo una red similar con la que compararla, a pesar de que existen proyectos similares, como en Australia o Ruanda. Por ello, el modelo de negocio de una infraestructura de este estilo no está claro. Además, sólo puede tener clientes mayoristas, por lo que no compite de manera directa con los operadores tradicionales.
"Ellos nacen no como competencias sino como apoyo para los demás operadores. Su oferta no está dirigida para el usuario final", explica Fabiola Peña, analista de la consultora Entuizer.
Así que la nueva red deberá innovar para hacer rentable este proyecto.
3. Requiere de grandes clientes...
Aunque los MVNO, los cableros pequeños y el gobierno son los clientes más lógicos para esta nueva red, en algún momento requerirán del interés de los operadores tradicionales para buscar ingresos, considera Jesús Romo.
“Lo central es que los operadores con redes móviles sean clientes con estas redes, pues se requieren compras de gran magnitud”, explica.
4. ...pero necesita muchos tipos de clientes
Pero la Red Compartida tampoco vivirá de uno o dos grandes clientes que le compren capacidad, por lo que debe ingeniárselas para ofrecer multiplicidad de servicios que le atraigan diferentes consumidores, considera José Otero.
5. Siete años para funcionar al 100%
Aunque cuentan con la exclusividad de usar la preciada banda de los 700 MHz, hacia 2025 puede que existan licitaciones en nuevos espacios del espectro radioeléctrico con mejor tecnología, como la de 600 MHz, abriendo una ventana a los privados para no depender de los servicios de la Red Compartida, advierte José Otero.
Así que aún queda la incógnita de ver la evolución de este proyecto, y ver el margen que tiene para ser competitivo como una opción en el mercado de las telecomunicaciones en los próximos años.