¿Por qué la banca no había atendido a los microemprendedores de México?
Afortunadamente, en México, tenemos grandes ejemplos, de microempresarios: hombres y mujeres que son exitosos emprendedores, que han logrado construir y liderar empresas y que actualmente representan el 97.5 del total de las unidades económicas del país. Todos ellos son un ejemplo, no siempre visible (menos aún comprendido), de cómo el acceso a un crédito dentro del sistema financiero formal es un gran aliado para poner en marcha y consolidar un proyecto productivo. Sin embargo, los emprendedores aún enfrentan obstáculos para acceder a los servicios financieros formales (ahorro, crédito, seguros).
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Hace 25 años, la situación era peor. La banca, sujeta al vaivén de crisis económicas sexenales y administraciones poco eficientes, no contemplaba como clientes potenciales a los microempresarios. Bajo argumentos –que hoy sabemos, no tienen sustento- de que no pagaban, representaban grandes riesgos o no representaban una oportunidad de negocio, quedaron a la sombra del sistema.
Millones de hogares, a lo largo y ancho de nuestro querido país, son liderados principalmente por mujeres que trabajan incansablemente para desarrollar pequeños negocios y actividades productivas que ayuden al sostén del hogar. Coincidentemente, estos mismos rostros también representan la exclusión, de la falta de acceso a oportunidades de participación económica, educativa y social.
Para estas empresarias –llamémosles por su nombre- una idea disruptiva para el sistema financiero les permitió empoderarse, ser más productivas y contribuir a reactivar las microeconomías. Hace 26 años, Compartamos encontró en ese mercado, una oportunidad de expandir la industria financiera con un modelo de negocio diferente, llevando los servicios financieros –en ese momento solo crédito- a la puerta de sus hogares.
La disrupción, empero, no fue para nosotros la metodología, sino el enfoque. Para Gentera y todas sus empresas -de la cual Compartamos Banco es la más importante- la persona es el centro de todas las acciones. ¿Qué significa esto? Que había que entender muy bien las necesidades de nuestras clientas, su entorno, su contexto, montos de financiamiento, usos y costumbres de sus comunidades, etc. Este enfoque demandaba cercanía de parte de la institución, y la resolvimos con un equipo de personas –primero se contaban con los dedos de la mano, hoy somos más de 21,000- que se comprometieron con ese propósito y con esa manera distinta de hacer las cosas.
Nuestro modelo de negocio está basado en creer en la persona y en su capacidad para autorrealizarse y ser mejor, además de estar fundamentado en la confianza. A más de un cuarto de siglo, las cosas no han cambiado mucho: hoy tenemos gran parte de nuestra cartera de 33,000 millones de pesos, prestados a la palabra.
Nuestra intención era demostrar que se podía llevar inclusión financiera y ser rentables, además de contribuir a crear una industria que tantos beneficios podía llevar a millones de personas. Así, hace 10 años declaramos puntualmente en la primera oferta pública de su tipo que las finanzas para los segmentos populares debían regirse bajo los mismos parámetros que el sistema financiero tradicional, sin que ello implicara afectar la creación de valor, tanto para los clientes como para los diferentes stakeholders (valor compartido).
Al lanzar nuestra oferta pública inicial en 2007 teníamos 840,000 clientes; en 2008, llegamos a 1 millón gracias a la consolidación de una empresa rentable, fuerte, confiable que conectó por primera vez los mercados de capitales con el segmento subatendido. Nuestra oferta pública reafirmó nuestro compromiso de trabajar con la más alta calidad, transparencia y gobernabilidad.
Hoy en día, fieles a nuestro origen, continuamos trabajando para llevar oportunidades de desarrollo a las comunidades en donde tenemos presencia con una cartera que atiende a 3.4 millones de personas.
Entendemos que el crédito es el producto de acceso del segmento subatendido al sistema financiero formal, pero sabemos que no es el único producto que necesitan; es por ello que a lo largo del tiempo nos hemos esforzado por ampliar nuestra oferta de productos financieros de crédito a tener también seguros, remesas, ahorro y canales de pago, a través de nuestras siete empresas y apalancados del conocimiento profundo que tenemos de nuestros clientes, de manera que podamos atender sus necesidades financieras. Cada uno de estos nuevos productos fue pensado con el ánimo de servirles mejor y resolverles alguna necesidad.
Buscamos generar un impacto positivo. Así, hemos definido nuestra estrategia hacia el futuro: aspiramos a empoderar a 10 millones de personas del segmento subatendido en los próximos años, para mejorar su vida mediante soluciones financieras personalizadas y digitales, generando valor compartido. Esta visión se fundamenta en nuestro propósito de erradicar la exclusión financiera, y nos exige y reta a desarrollar e implementar nuevos modelos de negocio para lograr lo que nos hemos planteado.
Motivados por nuestros negocios, el desafío para el futuro es mantener y reforzar el liderazgo de Gentera en el sector de los servicios financieros de México, Guatemala y Perú, a través de la implementación de tecnología de punta, ética de negocio, integridad personal y enfoque en la persona. Y sí, lo sabemos, para lograr lo anterior, tendremos que innovar y ser más creativos que nunca, con la persona –nuestro valor principal- al centro de todo lo que hacemos.