Lo bueno, lo malo y lo feo del Buen Fin 2017
El Buen Fin nació con la intención de fomentar el consumo interno: por un lado, beneficia a las empresas al incentivar sus ventas, y por otro, los consumidores obtienen descuentos y promociones en diversos artículos.
Desde entonces, la campaña que inició en 2011 se ha consolidado y las ventas se han incrementado cada año, aunque las empresas aún enfrentan diversos retos.
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En 2016, las ventas durante ese fin de semana sumaron 89,600 millones de pesos (mdp). Según la Secretaría de Economía, del total de compras, alrededor de 60% fueron realizadas con efectivo y el resto con tarjetas. Los productos más vendidos fueron los televisores, seguidos por ropa y calzado, de acuerdo con la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (Antad).
Este año, el objetivo era llegar a los 100,000 mdp. Aunque las cifras definitivas aún no están disponibles, varios analistas coinciden que es una cifra difícil de alcanzar, ante la depreciación del tipo de cambio, la inflación y los sismos de septiembre.
Aquí te presentamos lo bueno, lo malo y lo feo de lo vivido en el Buen Fin 2017.
Lo bueno
Muchos consumidores suelen esperar a las ofertas del Buen Fin para hacer algunas compras.
En octubre, las ventas de las cadenas afiliadas a la Antad aumentaron solo 2.1% en las tiendas con más de un año en operación y 5.3% en las cifras totales. Fue el mes con menor crecimiento desde hace tres años, un reflejo de la posible espera de las familias para aprovechar las rebajas del Buen Fin, explicó Marisol Huerta, analista de Bursamétrica.
Por ello, la campaña de nuevo parece haber sido un éxito. Entre el 17 y el 20 de noviembre, los artículos como pantallas y electrodomésticos fueron los principales impulsores del tráfico desde temprano, tanto en tiendas departamentales como en tiendas de autoservicio y clubes de descuento, destacó Dianna P. Iñiguez, analista de Ve por Más.
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Según la experta, hubo una intensa competencia en precios (sobre todo en pantallas) con distintas alternativas y términos de pago.
Además, el comercio electrónico, que el año pasado multiplicó las ventas del Buen Fin, ofreció buenas noticias. “Hemos visto que ha venido creciendo y seguirá creciendo mucho más que las ventas en las tiendas físicas”, dijo Erick Calvillo, socio líder de la industria de consumo de Deloitte.
Lo malo
Cuando la Secretaría de Economía anunció el Buen Fin 2017, la meta prevista era superar una derrama de 100,000 mdp en los cuatro días que dura la campaña. Esto supondría un crecimiento de más de 10% frente al Buen Fin 2016, lo que para algunos analistas es difícil de alcanzar.
“El Buen Fin pudo haber mostrado una modesta desaceleración durante este año comparado con las ediciones de 2015 y de 2016, como resultado de los mayores niveles de inflación”, señaló en un reporte Reinaldo Santana, analista de Santander.
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De acuerdo con el especialista, el crecimiento de las ventas totales de las cadenas comerciales durante el Buen Fin será de 8.5%.
Lo feo
Algunas compras no han estado exentas de problemas. Por ello, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) se unió al Buen Fin para ayudar a los consumidores en asesorías y atender quejas de abusos por parte de las empresas.
En el Buen Fin 2017, la Profeco informó que otorgó más de 3,600 asesorías a los consumidores y concilió 334 reclamaciones, que representan un monto recuperado de más de 1.44 millones de pesos, una cifra 20% superior al 2016.
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“Entre los principales motivos de queja se encuentra condicionar las ventas y no respetar las promociones y ofertas o los precios exhibidos. Los productos con más reclamos han sido pantallas, colchones, celulares y llantas”, refirió en un comunicado la institución.