Charles Chaplin: Sus 'tiempos modernos' parecen haber vuelto en 2010
Una nueva versión de Tiempos Modernos, una de las películas más grandiosas de Hollywood, llegó a las pantallas recientemente.
La película, estrenada en 1936, capturó a detalle las ansiedades que afligían a los trabajadores industriales durante la época conocida como la Gran depresión, en Estados Unidos. Desafortunadamente, la comedia también es aplicable al día de hoy de la misma forma que lo hizo hace 70 años, otra señal de que no todo marcha bien con nuestra economía.
En la primera escena aparece Little Tramp, protagonizado por Charlie Chaplin, trabajando en la línea de ensamblaje. Varias generaciones han reído viendo a Chaplin intentando mantener el ritmo repetitivo de su trabajo, apretando tornillos en la cinta transportadora.
Cada vez que él o algún compañero se detiene, deben intentar recuperar el ritmo frenéticamente. Chaplin sufre un colapso nervioso y debe ser llevado al hospital, pero incluso después de que Little Tramp sale del hospital, se topa con una manifestación comunista. Lo confunden con uno de los líderes de la protesta y es arrestado y encarcelado, aunque eventualmente logra escapar durante una revuelta en la cárcel.
El resto de la película trata sobre Little Tramp y su novia, Gamine, una mujer ‘fácil’, mientras imaginan su vida con lujos de clase media. Ambos entran a una tienda departamental una noche, e imaginan cómo sería disfrutar de todos los bienes que se ofrecen en el emergente mundo del consumo masivo.
En una escena, Tramp y Gamine descansan fuera de un vecindario lujoso, saludando a la gente. “¿Te imaginas vivir en una casa como ésa?” se lee en la pantalla. La policía les pide que se retiren. Después logran vivir sus sueños, pero en una casa vieja donde las paredes y el techo se están desmoronando. Ésta es su realidad.
Parece que Modern Times es bastante familiar para muchos estadounidenses que atraviesan la pesadilla económica de 2010. Aunque las condiciones laborales de varios estadounidenses han mejorado desde la década de los 30, y los ciudadanos pueden confiar en un retiro básicamente cómodo, las condiciones económicas actuales crean la misma desesperación que Chaplin muestra en la película.
Fuera de los estadounidenses de clase alta que gozan del rebote del mercado accionario, la mayoría lucha por sobrevivir con una tasa de desempleo de alrededor de 9.5 %; y la tasa de sub-empleo, que incluye a los desempleados y a quienes trabajan medio tiempo, mientras encuentran un trabajo de tiempo completo, es de más de 19 por ciento.
Los que tienen empleo no saben si podrán conservarlo, los que no tienen, luchan por conseguir uno, y todos temen por poder pagar las necesidades de su familia, ahorrar para el retiro y enfrentar los recortes de los gobiernos locales y estatales en servicios básicos, como educación.
Pero los políticos no están lidiando con esta crisis y el sector privado no ha ofrecido soluciones.
Pero el problema es mucho más profundo que la recesión. Las estancadas tasas de desempleo fueron generadas por una serie de fuerzas que se estaban cociendo dentro de la economía. Desde hace décadas, los negocios han estado mudando sus plantas al extranjero; han estado fijando sus negocios donde la fuerza de trabajo es poco costosa y donde no existen los sindicatos.
Aunque gran parte de este cambio comenzó con los empleos de las fábricas, varios empleos de cuello blanco también lo están haciendo.
Estados Unidos se ha quedado atrás en varios sectores de la economía, como en energía limpia, y está comenzando a sentir competencia en sectores que alguna vez fueron dominantes, como la ciencia.
Las políticas públicas, como han mostrado varios estudiosos, se han combinado con la globalización para reducir la seguridad de la que varios estadounidenses gozaban en la era posterior a la Segunda Guerra Mundial, al mismo tiempo que la desigualdad en los ingresos aumentó. El aumento de los precios de medicamentos y de la educación afectó los recursos financieros de las familias, que deben hacer frente a estos retos.
Seguirá habiendo un debate sobre cuáles son los factores más importantes detrás de la crisis actual, pero el resultado es indiscutible: los trabajadores estadounidenses seguirán batallando.
Velma Hart es un claro ejemplo. Hart es la mujer que confrontó al presidente Obama cuando le dijo que ella creyó haber votado por un hombre que había prometido cambiar las cosas de forma significativa para la clase media. "¿Ésta es mi nueva realidad?".
Infortunadamente, Hart descubrió la respuesta cuando fue despedida de una organización no lucrativa en Maryland. Según el director nacional de dicha organización, no tuvo nada que ver con algo que haya hecho. "A ella la picó la misma víbora que ha picado a mucha gente. Fue una medida para recortar los resultados finales. La mayoría de las organizaciones sin fines de lucro están enfrentando daños económicos".
Demasiados empleados en el país se encuentran justo donde estaba el personaje de Chaplin en 1936. Varios estadounidenses tuvieron una mejor vida cuando el ‘New Deal’ estabilizó las condiciones y mejoró el gasto gubernamental en la Segunda Guerra Mundial, lo que ayudó a estimular a la economía.
La innovación y las sociedades públicas y privadas generaron un periodo vivo para la economía estadounidense durante los 50 y 60, una época que el historiador James Patterson considera la era de ‘Grandes Expectativas’.
Hoy en día, el sistema político luce paralizado en sus esfuerzos por encontrar nuevas formas de regenerar la economía. Mientras una nueva generación de estadounidenses está expuesta a la película por primera vez, quizás se den cuenta de que ríen demasiado alto y, podrán ponerse en los zapatos de Chaplin aunque sea un poco.
Nota del editor: Julian E. Zelizer es profesor de historia y asuntos públicos en la Universidad Princeton. Es autor de Jimmy Carter y editor de un libro que evalúa al gobierno del presidente George W. Bush, publicado por Princeton University Press.
Las opiniones expresadas en esta nota son sólo las de Julian E. Zelizer.