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Literatura en hebreo: el 'escaparate' al mundo de la historia judía

Los judíos encuentran en el hebreo una voz plural para narrar sus historias, tras casi siete décadas de fundar Israel
lun 09 diciembre 2013 06:19 AM
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Los escritores judíos han encontrado en la lengua hebrea un escaparte de "libertad" para contarle al mundo los pasajes de su historia, desde los campos de concentración nazi, hasta las migraciones obligadas y los conflictos territoriales.

“Aún en la situación actual y con lo que me ha pasado, en ocasiones pienso que la única libertad real, la verdadera libertad que una persona tiene, es describir su propia tragedia con sus propias palabras”, dijo durante su estancia en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) David Grossman, uno de los escritores contemporáneos más leídos dentro y fuera de Israel.

Israel se conformó en 1948, y en torno a su país, el pueblo judío logró rescatar una lengua milenaria que casi agonizaba: el hebreo, en el que actualmente se escribe un libro cada 80 minutos, según el Instituto de la Traducción de Literatura Hebrea.

Los escritores isarelíes que visitaron la Feria Internacional del Libro (FIL) en Guadalajara narraron que todos tienen una historia personal de dolor. Abuelos, padres, hermanos en campos de concentración nazi durante la Segunda Guerra Mundial y el temor diario por el conflicto bélico que enfrenta a Israel con los territorios palestinos desde hace casi siete décadas.

La FIL no fue libre de esta disputa y presenció este fin de semana una protesta de una veintena de personas que al grito de "Palestina libre" mostraron banderas de los territorios palestinos en el pabellón de Israel.

Durante los primeros días de la feria, el israelí Grossman se refirió a este conflicto histórico y señaló que solo habrá paz hasta que Palestina sea un Estado .

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Los conflictos en la historia de Israel han inspirado a sus escritores, como Etgar Keret, quien empezó a escribir mientras hacía el servicio militar; Grosmman perdió a su hijo en un campo de batalla y Uri Orlev sufrió la muerte de sus padres y de su hermano pequeño en un campo de extermino nazi.

“Criar un hijo en este lugar exige que tú seas una persona optimista y que creas que eso va a ocurrir, de lo contrario lo que debes hacer es empacar y marcharte, la realidad es muy dura, pero es mi deber estar ahí y enseñarle a mi hijo la posibilidad de que la paz es posible y se va alcanzar”, manifestó Keret, el escritor más leído entre la juventud israelí .

Galia Oz, hija del afamado escritor israelí Amos Oz, pasó su infancia en un kibbutz, una comuna agrícola; los niños vivían en “la casa de los niños”, mientras los adultos trabajaban colectiva e igualitariamente en la agricultura.

En los kibbutz no había televisión, pero sí libreros de pared a pared. Galia prefería leer que hacer la siesta obligatoria; hoy, con casi 50 años de edad, ha escrito cuatro libros para niños, algunos de ellos presentados en la FIL.

“Cuando empecé a escribir para niños me aterraba porque los temas eran muy realistas, ¿cómo poder acercarse con temas así? Mi único salvador fue el humor, descubrí que si era chistoso todo funciona, puedes contar cualquier cosa a los niños, ellos viven cosas mucho más violentas en la escuela, en la televisión”, relató.

Su hermano, Daniel Oz es un poeta de 37 años que señala que los muchachos de su generación son “mucho más universales, cosmopolitas, globales”, escriben de todo, con una mirada amplia, “pero no puedes escapar a tu pasado”.

“Todos tenemos una carga histórica en nuestra familia, pero es diferente dependiendo de la región de donde vengas, aunque al final compartimos historias de migraciones, en algunos casos persecución y del conflicto actual”, agrega.

Escribir con libertad o escribir para liberarse

“En Israel no hay censura y todos son libres de escribir lo que quieran”, responde Nilli Cohen, directora del Instituto de Traducción de Literatura Hebrea, también presente en la FIL.

Escritores e intelectuales destacaron la polarización que hay entre la población israelí de izquierda y de derecha y las visiones encontradas sobre el problema con los territorios palestinos y los países árabes. 

“Hay escritores que muchas veces critican al gobierno (que actualmente es de derecha) o no están de acuerdo con decisiones gubernamentales, pero publican sus libros con mucho éxito, esto es la esencia de la literatura hebrea, publican lo que quieren y el público los lee”, asegura Cohen.

Grossman y Keret, dos de los escritores con mayor influencia, se han declarado abiertamente de izquierda e incansables promotores de la paz. Han expresado públicamente su posición política y cuestionado las decisiones del gobierno.

“En la región de donde yo soy, todo mundo tiene una postura y todo el mundo acusa, los de la derecha le echan la culpa a los palestinos, los de la izquierda dice que los de los asentamientos son los culpables del problema. El tema no es señalar, no apuntar a alguien, sino ayudarles a que la expresión de eso sea de menos certeza para que reflexionen”, apunta Keret.

El autor de Extrañando a Kissinger afirma que la política es algo que está fuera de su literatura, pero es ahí donde radica el encanto y la sutileza de su literatura, en lo que deja de decir para que el lector, reflexione, piense.

“Creo que el papel de mi literatura no es de convencer sino de confundir, yo intento poner al lector en una postura en la que se cuestione, se haga preguntas, eso es más importante que ponerlos en una postura que tienes que obedecer ordenes”, señala.

La literatura del hebreo al español 

El hebreo es, junto con el árabe, la lengua oficial de Israel. Se calcula que unos seis millones de personas, dentro y fuera del país, hablan hebreo, en comparación con los casi 500 millones de hispanohablantes.

La producción literaria de este país, sin embargo, ha encontrado en la traducción el mejor embajador para romper la barrera del idioma. Actualmente, el Instituto de Traducción de Literatura Hebrea traduce libros a 76 idiomas, la lista la encabeza el inglés seguido por el alemán, francés y en quinto lugar el español.

Los autores con mayor obra traducida al español son: Amos Oz (66 libros), David Grossman (26 libros), Uri Orlev (21), Efraim Kishón (20 libros) y Etgar Keret (15 libros).

Jearim Sagrero, librero en el pabellón que Israel instaló en la FIL, recomienda cinco títulos para acercarse a la literatura hebrea: Extrañando a Kissinger (Etgar Keret), La vida entera (David Grossman), Una historia de amor y oscuridad (Amos Oz), La novia liberada (Abraham B. Yehoshúa) y El retrato de la señora Moskowicz (Yehoshua Kenaz).

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