Disneylandia, 60 años de cambiar el concepto de parque de diversiones

Es el parque que construyó Walt.

A pesar de toda la atención puesta en las nuevas características de Magic Kingdom de Florida, Disneyland de Tokio o el aún en construcción Shanghái Disneyland, solo hay un parque Disney original.

El 17 de Julio de 1955, Walt Disney recibió a miles de invitados y colados al preestreno de la primera Disneylandia en un antiguo huerto de naranjas en Anaheim, California.

Ese día de solo invitados, las masas abrumaron el parque, cuya construcción costó 17 millones de dólares, pero no estaba aún listo para su máxima audiencia. El parque abrió al público al día siguiente.

Disney y su equipo respondieron rápidamente a problemas de pintura húmeda, averías de las atracciones, una fuga de gas, problemas de plomería y escasez de alimentos, y remendando el primer parque que un día sería un imperio mundial.

A unos 20 años de su proceso, Disneylandia fue el único parque en el que Disney trabajó personalmente, frecuentemente pasando la noche en la propiedad en un pequeño departamento sobre Fire House en Main Street, U.S.A.

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Cuando abrió el parque, solo había 18 atracciones de Disneylandia extendidas a lo largo de Main Street, U.S.A., Fantasyland, Frontierland y Adventureland.

Hoy hay 11 parques temáticos de Disney en el mundo, parte de Walt Disney Corp. –que incluye resorts, cruceros, películas, programas de televisión, juguetes y más- que obtuvieron ingresos por 12.5 mil millones de dólares en los últimos seis meses  previos al 28 de marzo de 2015.

Lo que eventualmente sería el imperio Disney no estaba garantizado en un principio.

“Todo comenzó conmigo llevando a mis dos hijos a zoológicos y parques”, dijo Disney después, de acuerdo con un relato oficial de la compañía. “Mientras estaban en el carrusel, dando 40 vueltas o más, me sentaba ahí tratando de descifrar lo que podrías hacer para ser más imaginativo”.

“Después cuando construí el estudio en Burbank, me llegó la idea de una cosa tridimensional que la gente pudiera visitar. Sentí que debería haber algo construido donde los padres e hijos pudieran divertirse juntos”.

Para ese entonces ya era famoso por sus películas, Disney encontró la inspiración desarrollando sus ideas –con frecuencia bajo la nómina de la compañía y otras veces sin el apoyo de su hermano, Roy.

Walt Disney utilizó sus propios fondos para financiar el desarrollo de Disneylandia y eventualmente pidió ayuda para financiar el parque a la American Broadcasting Company. La ABC estuvo de acuerdo, a cambio de un programa de televisión semanal. Santa Fe Railroad y préstamos cubrieron el resto.

El desarrollo del parque de Disney estuvo altamente influenciado por el tenor y valores de las políticas de la Guerra Fría, y su deseo de limpieza, seguridad y orden.

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“Hay un tema estadounidense detrás del parque”, le dijo a Hedda Hopper, de acuerdo con Walt Disney: El Triunfo de la Imaginación Estadounidense de Neal Gabler.

“Se esperaba que Disney recreara no solo el momento de posibilidad de Walt Disney, pero también el de Estados Unidos, cuando el país, como Walt, había sído tanto inocente como ambicioso”, escribió Gabler en el libro. Disneylandia no era solo un parque de diversiones, escribió. “Era también un repositorio de valores”.

Si bien había habido parques de diversiones anteriormente, muchos no habían sido tan limpios e incluyentes o con personal bien entrenado.

Disneylandia era verdaderamente nuevo y original, dice el profesor de sociología de la Universidad de Manchester Robert Pettit, quien enseña un curso de invierno de tres semanas “Disney y la Cultura Estadounidense”, que incluye una visita a Disney World.

“Lo que hizo único y transformador a Disneylandia fue su estructura de la experiencia del parque con las historias y personajes de Disney –el primero y aún más efectivo uso de la temática de lleno”, dijo Pettit a CNN.

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“Los ‘invitados’ del parque –no clientes- entraron a la imaginación de Walt en un espacio 3D y sonido surround, completamente sumergidos en el universo Disney que han amado en las pantallas de cine. No había nada como eso, y la gente tenía que viajar a Anaheim para obtener esa experiencia. Y lo hicieron, en manadas”, dijo Pettit.

“Los intelectuales y académicos inicialmente fueron poco amables con Disneylandia, deleitándose con exponer su comercialismo y narrativas supuestamente inocentes coloreadas con el racismo y sexismo estadounidense”, dijo Pettit. “Para 1980, los diferentes puntos de vista críticos comenzaron a emerger, menos ideológicos y más interesados en los gustos del consumidor y las narrativas que hacen a los parques de Disney tan populares.

“Ciertamente, si quieres entender la cultura estadounidense, no hay un objeto de estudio más revelador que los parques de Disney”, dijo Pettit.

“¿De qué otra forma entendemos su atractivo duradero que dándonos cuenta de que han entrado en el subconsciente estadounidense, sabiendo cómo expresarlo y apelar a él más que cualquier otro?”