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Nuevos negocios con CFE tardan en llegar

La transición con LyFC permitirá comercializar gas y generar electricidad en pequeña escala; sin embargo, expertos señalan que el proceso de asimilación de operaciones será complejo.
mié 13 enero 2010 06:00 AM
La integración entre la extinta LyFC y CFE implica retos muy complejos. (Foto: Especial)
Electricistas (Foto: Especial)

El 11 de octubre, un decreto de extinción puso fin a 15 años de historia de Luz y Fuerza del Centro (LyFC) como empresa descentralizada. Las razones fueron las ineficiencias de la empresa, así como los altos y crecientes niveles de recursos que requería para su operación. Tan sólo entre 2005 y 2008 la compañía recibió transferencias por 134,000 millones de pesos.

La Comisión Federal de Electricidad (CFE) se hizo cargo de los seis millones de usuarios que LyFC atendía en cinco estados del centro del país.

Si se sumaran las ventas de ambas empresas durante 2008, esto no habría sido suficiente para que CFE desplazara a América Móvil del segundo puesto del ranking Las 500 empresas Más Importantes de México 2009 de la revista Expansión.

CFE cuenta con niveles de eficiencia muy superiores a los de la extinta LyFC. La productividad de los trabajadores de CFE es tres veces mayor y sus costos unitarios de operación al momento de la extinción eran casi 50% menores que en LyFC.

Sin embargo, el proceso de asimilación de operaciones será complejo para la CFE, ya que “los esfuerzos de modernización, inversión, mantenimiento y actualización de la red de distribución tan obsoleta de LyFC serán muy grandes”, advierte Alejandro Ibarra, director de la cátedra Economías en Red y Regulaciones de la EGADE Monterrey.

Según declaraciones de Alfredo Elías Ayub, director de la CFE, la primera inversión para la modernización de la red eléctrica de LyFC costaría alrededor de 5,000 millones de pesos. Esta cifra es un “buen inicio”, comenta Eduardo Andrade, presidente de la fundación México Necesita Ingenieros, “pero el rezago percibido indicaría que se necesitará mucho más dinero”.

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Aún no es posible establecer tiempos de la transición “porque el diagnóstico completo de la situación no existe todavía”, señala Andrade. En lo que respecta a la generación de electricidad para la zona, CFE recién presentó un proyecto de ciclo combinado en el Estado de México, a fin de satisfacer la demanda de energía de la región central del país, por un monto de 17,000 millones de pesos.

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Una vez superada la transición, “la operación de un área como la del Distrito Federal podría ofrecer grandes áreas de oportunidad”, dice Andrade, pues las posibilidades de nuevos negocios para CFE podrían abarcar rubros tales como comercialización de gas, generación distribuida (generación de electricidad en pequeña escala cerca de los sitios de consumo), etcétera.

La absorción implica también un reto para los organismos reguladores (Sener y Comisión Reguladora de Energía), explica Víctor Carreón, director de la División de Economía del CIDE, pues al volverse la CFE el único jugador en el mercado, se debe tener especial cuidado en medir su desempeño.

La apreciación del mercado después de la operación es que ésta no presentaría cambios, ya que “el principal factor en la calificación de la CFE es el respaldo del gobierno mexicano”, señala José Luis Villanueva, director de calificaciones corporativas de Fitch Ratings.

Con información de Jesús Hernández

 

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