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&#34Especializarse para sobrevivir&#34 M

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mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

Michael Porter está considerado como uno de los principales gurús mundiales en estrategia competitiva. Para respaldar esta aseveración, bastaría con echar un vistazo a los 14 libros y más de 50 artículos que ha publicado. Su volumen Competitive Strategy: Techniques for Analyzing Industries and Competitors, editado en 1980 y traducido a 17 idiomas, es una de las obras clave en el tema y ya sobrepasó las 50 reediciones en Estados Unidos.

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Si eso no bastara para demostrar la influencia de su pensamiento, habría que referirse a los centenares de directores generales de las principales corporaciones estadounidenses y mundiales que ya han sido aleccionados en el taller que fundó especialmente para altos ejecutivos en la escuela de negocios de la Universidad de Harvard.

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Porter vino a México invitado por IBM para impartir un seminario. ¿Cómo no aprovechar la ocasión para preguntarle acerca de la situación actual del país y sus recomendaciones para el futuro?

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¿Qué piensa del momento actual de México? ¿Está haciendo lo correcto el gobierno?
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Considero que existe más confianza y entusiasmo. Quizá la gente estaba más pesimista después de la crisis, pero eso ha empezado a cambiar. En general, se ve otra vez el futuro con esperanza.

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Existe una estrategia clara a seguir para el país. Quizá todavía no es muy bien comprendida o no existe un consenso nacional acerca de lo que se debe hacer, pero creo que las autoridades se están moviendo en la dirección correcta.

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Sin embargo, tengo un par de preocupaciones: la primera es que no creo que la administración del presidente Ernesto Zedillo sea todavía capaz de crear un plan de mejoras generales. Hay mejoras específicas, pero están lidiando con las partes y no con el problema entero.

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La segunda preocupación es que los cambios en muchas áreas importantes son demasiado lentos. Por ejemplo: no entiendo por qué México no se está moviendo más rápido hacia un esquema de privatizaciones. El ritmo es aún insuficiente.

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Por otro lado, sin una visión clara sobre la estrategia general, donde todos sepan cuál es la visión de Zedillo, el cambio a escala individual será difícil de lograr. Es necesario, como en una empresa donde todos entienden cuál es la estrategia a seguir, ir con cada persona y decirle lo que necesita hacer. Entonces todos sabrán por qué deben hacerlo. Se están llevando a cabo buenas tácticas, pero quizá todavía no hay claridad.

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Su principal recomendación para las empresas mexicanas es focalizar-se en su actividad principal. Sin embargo, varias firmas exitosas –como Grupo Carso o Alfa– se han diversificado en distintas áreas de negocio.
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Hay una transición necesaria entre el México actual y el de los años 70, 80 y principios de los 90. Con un mercado en competencia más abierta y un ambiente cada vez más competitivo, las compañías que quieran sobrevivir deben especializarse.

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Mi trabajo es tratar de ayudar a estas compañías a ver la dirección hacia dónde moverse. No estoy diciendo que deban cambiar de la noche a la mañana, pero estoy convencido de que estos grandes grupos van a dejar de ser rentables en algún rubro.

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En Corea, por ejemplo, los grandes grupos tienen tanto poder y control sobre la economía que la base de proveedores locales no es suficiente. Personalmente, creo que sería bueno para ambos, tanto para el país como para las compañías, enfocarse más en ciertos negocios. Pero no tienen que hacerlo mañana mismo, probablemente tengan entre tres y cinco años para realizar estos cambios. Las compañías que se muevan más rápido hacia esta dirección tendrán la mayor ventaja.

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Muchas empresas mexicanas, pese a haber entrado a la Bolsa de Valores, siguen estando en manos de sus propietarios y no en las de administradores profesionales. ¿Qué tan benéfico o perjudicial puede ser esto?
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La estructura familiar en la propiedad de los negocios tiene ciertas ventajas. Intenta crear mayores horizontes, porque la familia quiere conservar el negocio para el futuro, y eso es bueno. También se llega a muchos acuerdos entre los directivos.

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No obstante, plantea dos problemas mayores: en primer lugar, crea grandes límites para el crecimiento del capital inicial. En segundo lugar, tiende a reducir la efectividad de la gestión corporativa, pues como la familia es la propietaria y maneja la empresa, no existe nadie que guíe, verifique o haga el balance.

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Así pues, hay compañías que toman decisiones no para el bien económico, sino más bien para aumentar su prestigio o tamaño, en vez de volverse más rentables y eficientes. Por esa razón, a largo plazo sería bueno ver un rango más amplio de propietarios y accionistas con mayores derechos.

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Creo que en México los accionistas tienen derechos muy limitados; algunos ni siquiera pueden votar. Esta no es una situación sana para el futuro. Los gerentes necesitan tener algo de presión por parte de los propietarios. El sistema que prevalece en el país estuvo bien en el pasado pero, una vez más, estoy hablando del futuro.

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En su conferencia habló de la necesidad de preparar administradores en universidades y tecnológicos. ¿Estamos a tiempo para cubrir los puestos directivos de las compañías globales mexicanas?
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Es parte de un proceso. Se necesita gente mejor entrenada en cuestiones gerenciales, con mejores salarios y más escalones que subir. Para lograr estrategias más sofisticadas se requieren administradores más sofisticados, mejores habilidades tecnológicas y más ingenieros.

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Es como el caso de ¿qué fue primero, el huevo o la gallina? Las empresas no podrán mejorar hasta que sus empleados sean mejores, pero los trabajadores no podrán hacerlo hasta que las empresas mejoren. Mi visión, en términos del futuro, es que se requiere elevar la calidad de las instituciones educativas mexicanas.

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También es necesario crear lazos más fuertes entre ellas y las empresas. En este momento mi percepción es que las instituciones educativas están muy separadas, no tienen tanto prestigio.

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La gente cree que no es importante tener instituciones educativas de prestigio en su sociedad. Pero conforme nos movamos hacia una economía global, las ideas son las que nos harán verdaderamente competitivos.

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En Japón se llama al profesor sensei –el gran padre–. Este es el cambio sociocultural que debe darse en México. Pero otra vez vuelve el problema del huevo y la gallina: se deben hacer ambas cosas al mismo tiempo.

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En el siglo XIX había monopolios muy importantes. Parecería que a 100 años de distancia la historia se repite con empresas como Microsoft, que dominan casi todo su mercado.
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No, Microsoft es una excepción. La tendencia global se dirige a mercados más segmentados, a que haya más competencia. Las compañías ahora están abiertas a competir con las empresas de cada vez más países.

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En general la economía de escala va hacia abajo. En vez de ser muy grandes y tener todo dentro, ahora hacen outsourcing y cada vez obtienen más insumos a través de proveedores ajenos.

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Microsoft es un caso inusual y su dominio será temporal. No creo que dure un siglo. Mi reflexión es sobre el fenómeno tan peculiar de su negocio: muchos utilizan una herramienta –en este caso Windows–, lo cual la convierte en un estándar y es por ello que todos los demás deben usarla. Microsoft ha construido una posición dominante por un momento, pero no creo que sea un signo de supremacía de cara el futuro.

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En los últimos años se han retomado teorías como el liberalismo económico que un siglo atrás era muy aceptado; ¿es aplicable a nuestra realidad la teoría de Adam Smith?

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Creo que sus principios básicos se están comenzando a apreciar hoy más que antes. Muchas personas discutieron sobre la planeación centralista del sistema socialista y la necesidad de dejarlo ser. Ahora hemos entendido que eso no funciona.

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Hoy en día tenemos un mundo más complejo que el de Smith. Disponemos de un rango más amplio y complejo de tecnología e información. Por eso pienso que estamos en una nueva etapa "post Adam Smith" de economía libre de mercado y mi trabajo ha sido tratar de definir la arquitectura de este nuevo tipo de competencia.

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En esta nueva economía de mercado no sólo tenemos fuerzas individuales, sino grupos y bienes públicos. Smith no tuvo que enfrentarse a eso. No obstante, estaría más cómodo el día de hoy que hace 30 ó 40 años.

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Los ricos cada vez son más ricos y la diferencia entre ellos y los pobres es cada vez más profunda. ¿Es consecuencia de estas teorías económicas?
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Eso está pasando en distintos países por diferentes razones. En las naciones en desarrollo se debe a que son pocos los que tienen los contactos políticos, el poder y el capital, porque ese es el sistema dominante. En México se deben tener contactos, no hay mercado de capitales y -los ricos se vuelven más ricos porque no existe la competencia, ni manera alguna para los demás de entrar a ese sistema.

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La enorme diferencia entre ricos y pobres ocurre en todos los países en desarrollo. Por otro lado, se tienen países como Chile e India, donde existe una gran clase media y una mejor distribución de los bienes. En las naciones que solían ser economías más cerradas que abiertas, la tendencia es de mayor igualdad.

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Estados Unidos es diferente: el sistema es otro y la situación también. Probablemente es la economía más sobresaliente; quizá Hong Kong sea similar. La razón de que haya ricos más ricos tiene que ver con habilidades adquiridas por la educación.

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Ahora quien no tenga habilidades ni conocimientos específicos se encontrará que en una economía global existen millones de trabajadores que sí las tienen. Por eso el valor de las habilidades y el conocimiento se está volviendo gigante, y esa es la gran diferencia entre la gente que sabe y la que no sabe.

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¿Es éste un proceso natural?
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Tiene algo de natural en el sentido de que estamos en un libre mercado. Pero también refleja una gran falla en el sistema educativo, puesto que no se ofrece igualdad de oportunidades para la sociedad. Hay personas que, por su clase social o raza, no pueden asistir a la universidad ni a buenas escuelas, lo que les imposibilita entrenarse. Eso no es natural.

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Probablemente esto sea resultado del libre mercado, pero también de las deficiencias de los gobiernos y de sus políticas. En Japón existe más igualdad porque cada hijo de japonés va a la escuela, se educa y estudia después del colegio. Es un sistema muy rígido, no es motivador: sólo saben que deben hacerlo. Esto nos muestra que la desigualdad no es inevitable.

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¿Es necesaria la democracia para lograr el éxito económico? ¿Qué hay de países como China?
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La democracia es el mejor camino para ser una economía próspera, estar integrados y tener la flexibilidad de competir en este nuevo mundo de información. Creo que los mexicanos ya lo están entendiendo, se está viendo más claro. Una democracia moderna de hecho está definida como la mejor forma de obtener la prosperidad.

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cambian y se vuelven más democráticos. Ahora mismo pueden tener un sistema comunista que permite al mercado trabajar de una manera muy original, pero esto se volverá más complejo en el largo plazo.

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Como en Corea, veremos muchos problemas políticos y sociales. Es un asunto muy complicado que en cualquier momento parece indicarnos que la democracia no es eficiente. Pero ahora estoy mucho más convencido que hace cinco o seis años de que a largo plazo el mejor sistema es una democracia apropiada, es decir, una que funcione bien.

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