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Grupo IMSA <br>Por fin en las grandes li

Detenido por el problema financiero de diciembre de 1994, este consorcio regiomontano finalmente log
mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

Tuvieron que pasar 10 años, pero finalmente Grupo IMSA entró a las ligas mayores con la colocación de 13.41% de su capital en los mercados de valores de México y Nueva York. La empresa, que se mantuvo como negocio familiar de los clanes Clariond Reyes y Canales Clariond durante 61 años, cambió su estatus el 11 de diciembre de 1996. A partir de entonces empezó una nueva etapa para la firma, que tiene operaciones de manufactura y distribución en México, Estados Unidos, Puerto Rico, Costa Rica, Venezuela, Colombia, Argentina, Chile y Brasil.

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La oferta significó un ingreso de $156.9 millones de dólares, recursos que serán aplicados directamente a la reducción de deuda y a la generación de una plataforma financiera que garantice la continuación de los proyectos de crecimiento que ya están en marcha. Marcelo Canales Clariond, director de Planeación y Finanzas del consorcio que dirige su primo Eugenio Clariond Reyes-Retana, explica que desde 1993 y hasta el 30 de junio de 1996 habían invertido alrededor de $3,146 millones de pesos en activos fijos, asociaciones y adquisiciones estratégicas. Durante ese periodo lograron crecer con bajos niveles de deuda, pero se dieron cuenta que para seguir adelante, sin llegar a una situación de -sobre apalancamiento, tenían que recurrir a la capitalización. “Es mejor invitar a otros socios, compartir los éxitos de la empresa con alguien más, creando así una base financiera sólida que soporte el crecimiento.”

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La intención de transformarse en una empresa pública ya estaba sobre el papel desde hace más de una década. “Habíamos llegado a una etapa de madurez en la que se antojaba que era oportuno realizarlo, pero la razón principal del retraso del proyecto fue que en el mercado mexicano no existían las condiciones óptimas debido a las crisis económicas, particularmente la de finales de 1994, que era cuando estábamos muy avanzados”, dice el directivo. Cuando por fin llegó el día esperado, decidieron lanzarse a lo grande, mediante la colocación simultánea en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y en el New York Stock Exchange (NYSE), con lo que aseguraron la liquidez de las acciones. La idea, puntualiza, es que toda empresa o persona que quiera entrar o salir, tenga instrumentos rentables.

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En el mercado internacional, la emisión de ADS (American Depositary Shares) arrancó en $19 dólares, mientras que las UVs (Unidades Vinculadas) del mercado mexicano salieron a $16.63 pesos. Desde entonces, el precio ha mantenido un comportamiento positivo y esto abre interesantes perspectivas para esta compañía que forma parte del selecto grupo de los nueve consorcios más grandes de Monterrey.

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Aunque el ánimo fue optimista, el directivo admite que les causó cierta sorpresa la respuesta del mercado, pues la acción se suscribió varias veces en Europa y Estados Unidos a pesar de la volatilidad que se dejó sentir a finales de 1996. Si la tendencia se mantiene, no será difícil cumplir el compromiso establecido con las autoridades mexicanas para completar este mismo año la colocación de 15% del capital.

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¿Cómo se dieron cuenta que había llegado el momento de actuar? Canales explica que el año pasado concluyeron programas de inversión en los tres segmentos que manejan: acero (IMSA Acero), baterías automotrices (Enermex) y productos para la construcción (IMSA Tec). Los proyectos ya estaban maduros y generando recursos, pero al mismo tiempo propiciaron el apalancamiento de la compañía. Fue entonces cuando sintieron que podían tener una valuación justa que equilibrara el capital que recibirían por la dilución de acciones, y al mismo tiempo estaban en condiciones de asegurar que los nuevos socios obtendrían beneficios sobre su inversión. “Afortunadamente ese supuesto se ha dado en la práctica. La capitalización fue positiva para la empresa y creo que los -inversionistas nuevos han obtenido hasta la fecha un rendimiento atractivo.”

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Desde su punto de vista, Grupo IMSA se está enfocando al crecimiento ordenado y sostenible. “No pretendemos embarcarnos en proyectos aventurados o cuyo riesgo ponga en peligro el buen desarrollo de la empresa”, enfatiza. Los inversionistas también se han acercado porque IMSA es una compañía que ha incursionado en el comercio internacional desde hace más de 15 años y actualmente exporta a alrededor de 30 países. Los últimos reportes señalan que en 1996 las ventas en el extranjero fueron de $467 millones de dólares y representaron 40.8% de los ingresos totales. Canales señala que estas cifras muestran un descenso de 6.9% con respecto a 1995, debido al incremento de las ventas domésticas y a la tendencia de la paridad, ya que la devaluación del peso frente al dólar fue de 2.2% mientras que la inflación se ubicó en 27.7%.

- -ESTRATEGIA HACIA AFUERA
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En los últimos 10 años Grupo IMSA ha concretado 16 adquisiciones estratégicas y celebrado siete contratos de asociación. Actualmente tiene 38 plantas localizadas en siete países. Hace poco compró 26% de las acciones de Comesi, que es la planta de galvanizado y pintado más importante de Argentina. En su momento, la transacción fue difundida ampliamente. Sin embargo, el 15 de abril Eugenio Clariond anunció la venta de su participación a Siderar, otra empresa argentina dedicada al procesamiento de acero. El director general del grupo explica que esta decisión representa el mejor interés para los accionistas, porque vendieron a $16.9 millones de dólares lo que en enero les había costado $12.4 millones. Esto significa que, en poco más de dos meses, la firma obtuvo una ganancia de $4.5 millones de dólares.
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En cuanto a inversiones, Canales señala que en 1996 la derrama fue de $497 millones de pesos. Los proyectos de expansión más importantes correspondieron al segmento de acero, que el año pasado aportó 51% de la facturación total. Con la nueva línea de galvanizado continuo Zintro IV, la producción aumentó 70%, al pasar de 375,000 a 635,000 toneladas anuales de lámina galvanizada. En el ramo de acero pintado, el incremento fue de 190,000 a 265,000 toneladas por año.

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Además, entre 1992 y 1995, el consorcio regiomontano destinó $945 millones de pesos a la modernización de dos molinos y, para este año, está prevista la renovación de uno más que actualmente está inactivo. De acuerdo con lo proyectado, la inversión será de $114 millones de pesos.

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También está en proceso la instalación de una línea de lavado y de un tensonivelado para lámina de acero rolado en caliente y en frío, proyectos que requerirán una inyección de $243 millones de pesos. El propósito de estas inversiones, dice Canales, es desarrollar productos de alto valor agregado, como acero rolado en frío ultradelgado de alta especificación y acero rolado en caliente producido mediante un moderno sistema de decapado. Están muy activos en este ramo porque sus competidores más importantes son Hylsamex y AHMSA, dos de las empresas más grandes del país en el ramo acerero.

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Con 10 años de trayectoria en el segmento de baterías automotrices, la empresa actualmente tiene presencia en México, Estados Unidos, Venezuela, Colombia, Brasil y Argentina. En 1996, las ventas fueron de $2,111 millones de pesos, lo que significa un incremento de 6.5% con respecto al año anterior. Las exportaciones y las ventas de subsidiarias extranjeras representaron 42.1% de las ventas totales. Canales explica que entre 1991 y 1995, la compañía registró un crecimiento anual compuesto de 61.5% en el mercado estadounidense, situación que planean capitalizar mediante la apertura de siete sucursales, que se sumarán a los 20 establecimientos que operan hoy en día. También tienen proyectado incrementar las ventas a clientes que cuentan con marcas propias e incursionar en el mercado de bodegas de distribución.

- -LOS CAMINOS DEL SUR
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Por lo que respecta al Mercosur, ya existen planes concretos para incrementar la capacidad de producción de las plantas de Argentina y Venezuela, además de modernizar las líneas de producción. La meta es alcanzar un volumen conjunto de tres millones de unidades anuales.
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El directivo afirma que Grupo IMSA es el productor de baterías automotrices de más bajo costo en el mercado nacional como resultado del reciclaje de plomo y polipropileno. En 1996, este proceso les permitió satisfacer 96% de sus necesidades de plomo y 86% de los requerimientos de polipropileno en México. Agrega que este interés por aprovechar las baterías usadas confirma su “filosofía de ser una empresa que se desarrolla, pero en una forma sostenible con el medio ambiente”. De hecho, tienen planes para exportar este modelo mediante la construcción de una planta de reciclaje en algún país de Sudamérica, la cual abastecería a la planta de Argentina. Asimismo, en el periodo 1993-1995 Grupo IMSA invirtió $96.2 millones de pesos en activos fijos para operaciones de control ambiental en todas las plantas.

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El consorcio regiomontano también está en el ramo de materiales para la construcción a través de la fabricación de diversos productos de aluminio, acero, madera y plástico. Canales expresa que 1996 fue un año muy activo en este renglón: aumentaron su participación para tener 100% de Metal Span Co., uno de los más importantes productores de paneles aislados en Estados Unidos; en febrero constituyeron Premdor Imsa en sociedad con Premdor Canadá, para operar “la mayor planta productora de puertas de acero y madera en México”; Cuprum adquirió la cadena de tiendas Alutodo, y en junio celebraron un contrato de asociación técnica y comercial con Asea Brown Boveri (ABB) para producir y vender torres de transmisión eléctrica.

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Tal parece que esta tendencia se mantendrá, pues para este año y el siguiente hay planes para invertir $84 millones de pesos en activos fijos que ayudarán a aumentar la capacidad de producción y modernizarán las plantas de México y Estados Unidos. Canales aclara que estos proyectos serán financiados con recursos generados por la operación, además de la contratación de deudas garantizadas a largo plazo.

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Romper el cascarón de la empresa familiar ha implicado instrumentar una serie de cambios que hace algunos años eran impensables, como la inclusión de consejeros externos, totalmente ajenos a la administración, para enriquecer ésta con una visión fresca y diferente. “Para todos nosotros ha significado un nuevo reto el hecho de compartir nuestra información con el público inversionista –expresa Canales–. El entrenamiento y capacitación desde el nivel directivo hasta el nivel obrero es un compromiso que ha cambiado en forma radical nuestra forma de operar, de tal manera que nuestro consejo de administración es más agresivo y le exige más a la dirección.”

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Canales no duda al calificar este efecto como el cambio más importante que ha experimentado la administración, pues está ayudando a mejorar la capacidad de trabajo de todos, incluso de los ejecutivos. Menos familia, pero más eficiencia, podría concluirse.

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