México 2030, nuevo siglo, nuevo país
Una vez celebradas las elecciones, nuestra gran pregunta es sin lugar a dudas cuál es el horizonte de México a largo plazo, esto es el año 2030. ¿Por qué 2030? Porque es el periodo en que cambia básicamente una generación. Será en el siglo XXI el arranque de los ajustes más dramáticos que ofrecerá la humanidad, con gran velocidad, a un paradigma de convivencia humana completamente diferente.
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La presente era de la información, que fue posible por la comunicación y la tecnología de las computadoras, está todavía alcanzando la cúspide pero le quedan relativamente pocos años de dominio, posiblemente no más de 20. Dos décadas no es un tiempo demasiado corto para empezar a pensar seriamente en lo que vendrá.
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¿Qué viene después? Se vislumbran cambios impuestos por esta embestida de nuevas empresas que al igual que promoverá, también destruirá empleos, remodelará las economías y afectará al mundo entero. Los sectores que declinen serán reemplazados por nuevas tecnologías y tendrán que enfrentar duros golpes.
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Para minimizar los trastornos del cambio masivo, se hace fundamental establecer un planteamiento de lo que puede ser nuestro país en los próximos 30 años y por esto considero tan valioso un esfuerzo reciente realizado por un grupo de expertos (20) que sumando su experiencia y conocimiento escribieron con diferentes temas un proyecto denominado México 2030, nuevo siglo, nuevo país, el cual tuve la oportunidad y el gusto de coordinar, junto con un buen amigo como es Antonio Alonso, y el cual me ha permitido ver la viabilidad y el gran potencial que tiene nuestro país al futuro.
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Por ello las megatendencias mundiales en las que estamos inmersos nos obligan a reflexionar sobre qué debemos hacer para neutralizar las que nos son negativas y para aprovechar las que nos son positivas.
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Para mencionar algunas de ellas, vemos cómo una de las megatendencias más difíciles será la gran plaga del desempleo. Así lo señala J. Coates, de la World Future Society y reafirma: “La carrera más popular del siglo XXI será el desempleo”.
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También debemos cuidar la tendencia de las fracturas territoriales de los países, las cuales señalan ya la necesidad de replantear los aspectos no solamente geográficos, sino de soberanía, así como el recrudecimiento de la violencia y el terrorismo.
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Por otra parte, ¿cómo aprovechar las megatendencias, que van a permitir que el hombre pueda alcanzar una esperanza de vida de más de 100 años, descubrir la vacuna contra el SIDA, evitar la catástrofe ecológica, crear nuevas fuentes de energía ante el agotamiento de los hidrocarburos, los avances en la biotecnología, la formación de las megaciudades y la investigación del genoma humano? Aspectos que revolucionarán sin lugar a dudas a toda la humanidad a partir de este siglo XXI.
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A su vez, cómo fortalecer nuestra capacidad para incorporarnos a los cambios del siglo XXI, considerado como la “era del conocimiento humano”, y detrás de ésta, la era del tiempo libre, la era científica, la de megamateriales y la espacial, afrontando los reajustes de la globalización.
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“En este momento el país vive transiciones de gran envergadura y los mexicanos no podemos ni debemos perder el rumbo y el precioso tiempo que nos es indispensable para superar nuestras carencias y sobre todo para alcanzar el desarrollo tecnoeconómico socio cultural y político al que tenemos todos derecho, asumiendo a su vez la responsabilidad de participar con inteligencia, con madurez y con gran sentido patriótico en la consolidación de nuestras instituciones”.