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Un policía en cada hijo te dio...

Si tú aspiras a ser uno de esos 25,000 judiciales más, el negocio no suena tan mal...
mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

¿Querías propuestas, gordito?, pues ahí tienes –dijo Clotilde y aventó sobre la mesa un documento de 16 cuartillas titulado “Seguridad pública y combate a la impunidad”, firmado por Francisco Labastida Ochoa.

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No es tema, respondió el “Gordo” Basurto.

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¿Cómo que no es tema?, ¿qué quieres decir?... no, gordito, no puede ser que me estés albureando ¿o sí?, ya decía yo que no deja nada bueno que los políticos asistan a los programas de televisión de los cómicos... Habrase visto, Aníbal Basurto Corcuera...

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De los Corcuera de Guadalajara, anoté yo.

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Sí, Aníbal Basurto Corcuera, de los de Guadalajara, comportándose como un pelafustán alburero...

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Calma, Clo, calma –intervino el “Gordo”–, primero, no estoy albureando a nadie, no sé cómo hacerlo; segundo, pretendía indicar que el tema de fondo de la propuesta de este señor no es la seguridad pública, sino la creación ex nihilo de empleos...

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¿Ex qué?, excuse me, gordito, de qué hablas. Please , explícanos la parábola.

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A eso voy Clo, ex nihilo quiere decir “de la nada” y la propuesta de Labastida en materia de seguridad (si es que mañana no la cambia por otra) significa que por arte de magia tendríamos 25,000 policías judiciales más, 10,000 peritos y abogados más y toda una nueva secretaría de Estado, la Secretaría de Seguridad Pública...

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Oye gordito, pero eso no es “ex nihilo ”, eso cuesta– aventuré.

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Claro que cuesta, los cálculos del señor Labastida o de sus asesores hablan de unos $15,000 millones de pesos.

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¡Guau!

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Lo interesante de tu observación –prosiguió el “Gordo”–, es que como decía Parménides ex nihilo, nihil fit.

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Ahora sí Gordo –atajó Clotilde–, no es tema...

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¿Cómo?

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¿Que no te pongas pedante con tus latinajos.

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Ah, pues la frasecita citada (ex nihilo, nihil fit ) quiere decir que de la nada, nada se hace.

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No, pos sí, dije yo (sin sorna, lo juro).

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Me imagino –continuó el “Gordo”, sin prestar atención a mi azoro–, que el señor Labastida es de los políticos old fashioned que quieren arreglar todo con cañonazos de dinero y creando empleos en el gobierno. No es tan simplista como parece...

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¿Quién?, ¿Labastida o su propuesta?, preguntó Clotilde.

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Ambos: el candidato y su amenaza de endilgarnos 25,000 judiciales más con el pretexto de que nos van a proteger. Miren, se trata de crear puestos en el gobierno, hasta un huesotote nuevecito (la tal Secretaría de Seguridad Pública) para los cuates, lo que además de abatir marginalmente el desempleo, contribuye a crear adeptos presupuestívoros.

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Suena horrible, dijo Clotilde.

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Depende cómo lo mires, Clo. Si tú aspiras a ser uno de esos 25,000 judiciales o uno de esos 10,000 peritos o abogados a los que el señor Labastida les está prometiendo chamba, el negocio no suena tan mal: súbete al carro del candidato del sistema y matas dos pájaros de un tiro: tienes empleo y seguridad.

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Pues sí gordito, el problema es que somos 90 millones de mexicanos y no alcanza para todos.

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Labastida te diría, en el más puro estilo del viejo PRI: “Por algo se  empieza”. Primero tú vota por el PRI y por Labastida y después viene lo bueno: pelea por un huesito, para no vivir en el error...

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O en el horror de tener 25,000 judiciales más amenazando tu seguridad...

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¿Cómo la ves, Clotilde?

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Siniestra, le voy a enviar un e–mail a Labastida con tres palabras.

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¿Cuáles?

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“No es tema”

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¡Qué corriente!

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