Sí que han crecido las ventas de las empresas constructoras... Pero las de sus activos, porque la situación en muchas de ellas está para llorar.
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En los últimos años, las empresas han tenido que echar mano de su maquinaria para generar flujo que les permitiera sobrevivir.
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A decir de Pedro Strassburger Frías, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), a la fecha más de 5,000 equipos de alta y mediana construcción se subastaron.
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Los equipos van a parar, a precios de barata, a manos de las constructoras estadounidenses, quienes las reparan, o les dan una manita de gato, para venderlas en países de Medio Oriente, asegura Pedro Strassburger.
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Y es que la situación no es para menos, cuando la inversión hacia el sector ha sido escasa, la descapitalización mucha, y bajos los márgenes de rentabilidad.
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De acuerdo con un documento de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción en los últimos años las empresas de la construcción han resentido el desplome de 42% en el flujo de la inversión.
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Incluso los grandes corporativos como ICA, Bufete Industrial y Tribasa han sentido sus efectos; las tres están en pleno proceso de reestructuración corporativa y financiera.
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Lo que ha llevado a que de las 10,000 empresas afiliadas a la Cámara, 149 ya hayan desaparecido, 2,373 están paradas y sólo 7,050 estén activas. Y que ahora sólo ofrezcan 295,000 plantas de trabajo, luego de que a principios de 1995 daban empleo a 476,000 personas, según la Cámara de Mexicana de la Industria de la Construcción.
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El valor de la producción ha pasado de $12,434 millones de pesos a principios de 1995 a únicamente $6,492 millones de pesos al tercer trimestre de 1999.