Sortear los vientos

Galia Moss siempre está un paso adelante. "Me imagino en una tormenta en el mar y las circunstancias que podría enfrentar", dice. En los negocios esto equivale a anticipar escenarios que van desde cobrarle a un proveedor hasta una crisis financiera.

Un equipo ‘en tierra' conformado por entrenadora, contador y patrocinadores, le ayuda a Moss a cumplir sus travesías pero sabe que su éxito, al igual que el de un CEO, inicia con un deseo interno y trabajo individual. "Todo jefe un día supo que quería llegar a eso", dice. Su deseo era cruzar el Atlántico, no tenía dinero, buscó patrocinadores y posicionó su proyecto.

La estrategia con la que Moss se prepara y que la hizo la primera latinoamericana en cruzar el Atlántico, es enfocarse en el reto y marcar una rutina para lograrlo. Sus travesías en solitario se asemejan a la dinámica que podría vivir un director: está rodeado de gente, pero él debe plantearse cómo cambiar las cosas.

Una vez definida una meta es clave trabajar sin parar, porque los sueños se transforman con disciplina. "Mi mente nunca se detiene: entrenar, analizar información sobre mis proyectos, llamar a los patrocinadores, tener una agenda estructurada", dice.

Otra acción vital en el barco es asumir las decisiones tomadas cada segundo. Lo mismo sucede en una empresa: el CEO debe responsabilizarse y no culpar a otros por lo que salga mal. Una forma de desarrollar ese valor es "acordarte de por qué se está ahí". A Moss le interesa llegar a un nuevo récord pues su desempeño tiene impacto en otros. "Me ayuda saber que por cada milla avanzada estamos donando casas", cuenta.

Moss tiene otras dos prácticas que aplican a las empresas. La primera es arriesgarse. "Si me cancela un proveedor, veo a otro, cuando una puerta se cierra es porque otra se abre". La segunda es aprender a decir ‘no' y eso se logra cuando reconoces tu valor.