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Con temple de acero

Mientras Alemania sigue creciendo, la zona euro pasa por la crisis económica más importante desde su gestación y el futuro de la región depende del poderío germano.
lun 01 octubre 2012 02:02 PM
La Bolsa de Valores en Frankfurt es la más grande e importante del país, desde su fundación en 1993. (Foto: Reuters)
bolsa de valores frankfurt alemania expansion1100

En medio de la crisis y con el paso de los años, Alemania ha demostrado tener los atributos y la fórmula necesaria para crecer de forma sostenible en el largo plazo, a pesar de estar en el corazón de una recesión en la zona euro. Con una mano de obra altamente capacitada, buena infraestructura, instituciones estables, una estrategia orientada a la exportación y a la inversión, que después de la recesión de 2009 reveló tener una impresionante capacidad de adaptación, el ajuste económico encabezado por su canciller Angela Merkel puede provocar que el PIB germano crezca un promedio de 1.7% anual per cápita hasta el año 2030.

Entre sus aciertos, el país teutón se enfocó en la exportación fuera de la eurozona, aprovechó los beneficios del comercio mundial y sufre menos que otras naciones desarrolladas (por ejemplo, Italia o España) por la competencia de los mercados emergentes, como China e India, debido a su especialización en bienes de capital de alta tecnología. Esta especialización le permite beneficiarse de la fuerte demanda de estos países para incrementar su capital social.

Finanzas sólidas. Como punta del mercado de la zona euro, Alemania tiene siete Bolsas de Valores: en Hamburgo-Hannover, Berlín, Dusseldorf, Múnich, Stuttgart, Bremen y Frankfurt, ésta es la más grande e importante del país, desde su fundación en 1993 maneja la mayor cantidad de títulos en Alemania. Más de 765 compañías están listadas y se combinan para un capital del mercado valuado en 1.4 billones de Euros.

Poder de compra. El consumo interno es determinante para el crecimiento alemán. En los últimos cuatro años, la demanda doméstica es un pilar de la economía germana y crecieron, en promedio, 2.1%, una cifra mayor al PIB real, de 1.9%. Esto la refrenda como la economía más fuerte de Europa.

Gran extractor. El carbón es uno de los baluartes teutones. Alemania produce más de 20 millones de toneladas para nutrir sus plantas eléctricas y seis millones más para la industria del acero, que en 2011 exportó más de 20 millones de toneladas a Asia y Norteamérica. Es el productor de acero crudo número uno en la Unión Europea y séptimo a nivel mundial.

Rugen. La manufactura es la base de la economía de Alemania. La mayor parte del acero se utiliza para la construcción de automóviles y maquinaria. En 2011 armó 6,311,318 vehículos, un incremento de 6.9% comparado con 2010, colocándose en el tercer lugar mundial. El país también destaca en la fabricación de equipo eléctrico y químicos.

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Al este. La demanda de los productos alemanes crece en varios países emergentes, particularmente en China, que en 2011 le compró por un valor de 64,800 millones de euros, el doble que en 2007. Es un número mayor a lo que Alemania le mandó a Italia o Austria y prácticamente lo mismo que a Reino Unido y los Países Bajos. Para finales de 2012, la nación asiática podría convertirse en el tercer destino de las exportaciones germanas.

Jugadores. El camino a la recuperación económica europea está en manos de Alemania. Angela Merkel, su canciller, lo tiene claro, y será fundamental para la recuperación el apoyo de François Hollande (junto a Merkel), de Francia; Giorgio Napolitano, de Italia; Mariano Rajoy, de España; Karolos Papoulias, de Grecia, y el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi,

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