Socios de golpe

Recién egresado de la carrera de arquitectura, una tarde de viernes, Agustín Pizá salía de la constructora en la que trabajaba en Tijuana para ir a jugar los nueve hoyos de cada semana. Su entonces jefe, Eddie Martínez, lo sorprendió mientras acomodaba los bastones de golf en la cajuela. La plática en el estacionamiento terminó en una carta de recomendación para que Pizá diseñara los campos de Jack Nicklaus, el mejor jugador estadounidense de la historia y actual creador de campos. A la fecha, Pizá ha diseñado cuatro campos para Nicklaus.

A 14 años de una historia real sobre cómo la afición por el golf abre oportunidades de negocio, Pizá es uno de los profesionales más influyentes en el diseño de campos para este deporte. Es el primer latino que ingresa al Instituto Europeo de Arquitectos de Campos de Golf y en su afán por popularizar el deporte en América Latina, donde es considerado de élite con acceso restringido a clubes privados, Pizá participa en la construcción de un campo público en Perú llamado ‘Golf para Todos'.

"El golf es más que un deporte de caballeros", dice el director y fundador de Pizá-Arquitectura de Golf. "Es un deporte que permite ver las virtudes y defectos de una persona, porque en cuatro horas, dentro del campo, se presentan todas las situaciones que pueden aparecer en la vida".

"Verás si después de dos o tres tiros malos, tu rival saca su coraje contra la señorita de los palos de golf y dirás: ‘Yo no quiero a esta persona como mi socio', pero si después de tres tiros malos sale sonriente y dice: ‘A lo que sigue. Estoy jugando mal, pero no importa. Me estoy divirtiendo'. ¡Adelante! Hazlo tu socio", recomienda Pizá.

Hans Backhoff, director general de la empresa vinícola mexicana Monte Xanic, coincide en que el golf es el deporte por excelencia para cerrar negocios. "Es por el tiempo que convives con la otra persona, sin distracciones y porque sacas lo mejor y lo peor del otro", dice.

El potencial del golf para encontrar socios de negocios es un análisis que debe hacerse desde la perspectiva deportiva, social e, incluso, psicológica. Cuatro horas son insuficientes para conocer a otra persona, advierte Paula Man Reich, psicóloga del deporte y colaboradora de la Federación Mexicana de Golf, quien explica que sólo frecuentar a alguien permite identificar su personalidad.

"Conoces a una persona luego de varias veces de ir a jugar", comenta. "La norma dice que el tramposo y enojón dentro del campo lo será en su vida cotidiana, pero no funciona para todo el mundo. El perder la cabeza en el campo no significa que seas así en la empresa".

La especialista explica que la actitud positiva frente al fracaso implica que los jugadores controlan los problemas y buscan superar las dificultades. "Tirar las pelotas, agredir a compañeros, romper bastones, indica un problema importante con el control del enojo y la frustración", agrega Man Reich. "Aunque enojarse de vez en cuando no significa que haya un problema de control con las frustraciones".

En el golf, si el tiro del rival es bueno o malo, el oponente aplaude. Si su disparo cae en una trampa de arena o entre el zacate, no maldice, sino que busca que el próximo tiro sea mejor. No importa qué tan mala haya sido su jornada, apunta en su libreta los golpes tal y como fueron. Ni uno más, ni uno menos, sin que nadie lo controle.

El ambiente favorable para los negocios de este deporte radica en su carácter amateur, explica Claudia Becerril Rivera, psicóloga del deporte en la Dirección General de Actividades Deportivas y Recreativas de la UNAM. "Son empresarios que están jugando al golf. No son golfistas profesionales practicando un deporte. Los empresarios golfistas no dejan su rol de empresarios. Se lo llevan al campo", dice Becerril Rivera.

"Jugar al golf para mí es más una moda, pareciera que es lo que caracteriza a un buen empresario: si no juegas golf, no eres empresario", advierte la especialista de la UNAM. "El ambiente puede facilitar los acuerdos fuera de la oficina, en un ambiente más relajado, con otro tipo de lenguaje, pero también se podría dar en otro deporte".

Man Reich advierte que incluso si un empresario juega golf, no significa que lo haga bien. "Hay que practicar y aprender a golpear la pelota. No habla bien salir al campo y ser un desastre", dice.

Más allá del swing o de la técnica para golpear la pelota y el marcador del jugador o handicap de cada quien, la filosofía detrás de este deporte nacido en Escocia es el principal atractivo para los empresarios, explica Pizá.

"El golf no es como el futbol, donde lo primero que le enseñan a los niños es a engañar al árbitro para que marque un penal -dice-. De hecho, en el golf no hay árbitros. Hay jueces, sólo por si hay alguna duda".

Con información de José Luis Tapia y Eréndira Hernández Cruz.