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¿Gratis y con libertad? Un hombre experimenta vivir sin dinero

Desde hace 3 años, Mark Boyle olvidó lo que son los préstamos o las tarjetas de crédito para vivir sólo con los servicios de otros
lun 24 mayo 2010 01:07 PM
mark boyle vive sin dinero
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Muchos tienen la idea de que el dinero mueve al mundo.

Pero no para Mark Boyle, quien hizo un cambio radical en su vida y ahora vive sin dinero, sin tarjetas de crédito, sin pedir préstamos o cualquier otra forma de financiamiento.

Este economista británico se inspiró en uno de los fundamentos de Gandhi: “debes convertirte en el cambio que deseas ver en el mundo”, para hacer su experimento.

Después de trabajar seis años como director de una compañía de comida orgánica en Bristol, Reino Unido, él decidió emprender el camino en una nueva dirección.

“Una noche en 2007 estaba con un amigo discutiendo algunos problemas del mundo y qué podíamos hacer para resolverlos”, contó Boyle a CNN.

“Fue un golpe duro descubrir que la raíz de todo el problema es el dinero, que crea una desconexión entre uno y sus acciones, ya sea por talleres clandestinos, la agricultura industrial o la guerra, y decidí ver si era posible vivir sin él”.

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Mark vendió su casa flotante y comenzó a prepararse para su nueva vida. Puso un anuncio en Freecycle pidiendo una tienda de acampar, un yurt (una casa primitiva), una caravana o cualquier otro tipo de estructura en la que pudiera alojarse. La respuesta fue inmediata y quedó sorprendido por la generosidad de otros.

“Pregunté en broma por una caravana, y jamás imaginé que alguien me diera una”, aseguró.

“Pero una mujer tenía una vieja caravana y ya no la utilizaba, le costaba dinero mantenerla y entonces decidió dármela”.

Al menos ya tenía un techo encima. La caravana le fue entregada en la granja orgánica donde él era voluntario tres veces a la semana, en retribución por el espacio para vivir y cosechar sus propios vegetales.

Luego un amigo le hizo un fogón con una vieja lata de gasolina para calentar la caravana y con otras adquisiciones, como unos paneles solares y un remolque para su bicicleta: estaba listo para viajar.

Cocinó sus alimentos en una estufa de propulsión, hecha con dos latas de estaño, y para bañarse usó una regadera solar elaborada con una bolsa de plástico llena de agua, que colgaba de la rama de un árbol y que era calentada por la luz del sol.

El inodoro era un hoyo en la tierra protegido por una modesta valla de madera, especialmente para no herir la susceptibilidad de los caminantes que pasaban cerca de un sendero.

Ya con sus bolsillos vacíos —ni siquiera cargaba las llaves de la caravana porque decidió confiar en el mundo un poco más—, Mark ahora sí estaba listo para partir.

Todo estaba a punto de cambiar.

Hasta el desayuno sería diferente el primer día, pues el café de la mañana ya no sería una opción. La bebida matutina sería elaborada con ingredientes que él encontrara cerca de su nueva casa.

“Bebí ortigas, algunas veces con limón fresco que encontraba”, aseguró Boyle.

“Todo era bueno para tu organismo: hierro, calcio, antioxidantes. Algunas veces tomé té de plátano para mi heno, estaba en todas partes, incluso en las grietas del camino”.

Aunque muchas veces no fue fácil, y hubo muchos sacrificios y desafíos, 18 meses después, Mark aún vive de esta forma, la cual ama y le ha dado muchas alegrías, aseguró a CNN.

“Los primeros meses fueron difíciles, en lo que me acostumbraba”, admitió. “Si uno piensa en qué tan perjudicial es cuando uno se muda de casa o cambia de trabajo, imagina cuando uno cambia todo de una sola vez. Pero después de un par de meses todo se volvió fácil, ya tenía todas mis rutinas hechas”.

El memorable viaje de Mark es relatado en un libro, The Moneyless Man (El hombre sin dinero) que detalla los problemas prácticos en el sinuoso camino hacia un nuevo mundo.

Además, explica la filosofía que lo introdujo a creer en una sociedad humana más justa, más feliz y más segura, cuando las relaciones no están mediadas por el dinero.

Todas las ganancias del libro serán invertidas en la compra de tierras para crear la 'Freeconomy community' (comunidad libre de comercio), donde la gente puede experimentar la convivencia sin dinero.

El interés público en su proyecto tiene distintas opiniones. Mientras que un gran número de personas lo apoyan, otro lo han criticado duramente, sobre todo en los foros de Internet.

"Es gracioso, si no tienes un televisor de plasma en estos días la gente cree que eres un extremista", dijo.

"La gente tiende a ser muy positiva acerca de lo que estoy haciendo o muy negativa, creo que es alrededor de 70% sobre 30%. Pero trato de no pensar mucho en eso; son los primeros días y vivimos en un mundo donde el dinero rige todo".

Por supuesto que no todo el mundo puede o está dispuesto a vivir como Mark, algo que él admite gustosamente. Pero sí cree que la gente puede vivir más como él, y además ser felices.

"No hay una solución única para todos y cada uno tiene necesidades diferentes", contó Mark.

"Se trata de reducir los consumos conforme a lo que necesites, hay un montón de cosas pequeñas que la gente puede hacer y que serían benéficos para ellos y para el medioambiente, como el uso compartido del coche".

Con esto en mente, el dinero de la venta de su casa flotante fue donado para crear la red social justfortheloveofit.org , que pretende ayudar a reconectar a la gente en sus comunidades locales mediante el simple acto de compartir.

Esencialmente, los usuarios se registran y ofrecen sus destrezas, sus espacios y sus herramientas a los demás, de forma gratuita. Si alguien necesita algo, sólo hay que pedirlo. Es un círculo virtuoso.

Hasta el momento el sitio cuenta con 17,882 miembros en 131 países que comparten 315,757 habilidades, 62,033 herramientas y 287 espacios.

"El propósito de Just for The Love Of It (Sólo por el gusto de hacerlo) es que parece muy real", dijo Em Butler -quien ha participado con el sitio- a CNN.

"Con otros proyectos similares como Freegle y Freecycle, uno sabe que hay gente que está preparada para estafarlo, que tomarán lo que ofreces y lo venderán. Pero con esto es difícil pensar qué puede pasar cuando te das cuenta que realmente lo hacen por gusto”.

Hasta ahora la aventura de Mark sin dinero le ha enseñado mucho, y ha inspirado a muchos otros, pero él no se lo cree tanto.

"Me levanto cada mañana y me digo que si sucede, sucederá”.

"Sólo estoy tratando de tomar la vida como viene y disfrutar de ella en el camino", concluyó Boyle.

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