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Hablar de seguridad nos hace inseguros

Para muchas empresas de manufactura este tema no es más que una carga extra en su escala de costos, por lo mismo, la inversión en México no se ha detenido.
lun 29 noviembre 2010 02:54 PM
David Luna es editor general de la revista Manufactura. (Foto: Archivo Manufactura)
david_columna (Foto: Archivo Manufactura)

Hace algunos meses, durante una conversación con Jaime Parada, actual director del Parque de Investigación e Innovación Tecnológica (PIIT) de Monterrey y ex director del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), me comentaba su descontento por el hecho de que México se decidió por la guerra como bandera. Desde el inicio de su mandato, en 2006, Felipe Calderón Hinojosa anunció de manera abierta su lucha contra el narcotráfico, pero marcó -casi de manera definitiva- un tema central: la seguridad social.

Para las empresas de manufactura en México no se trataba de un tema nuevo, pero tomó un tono más intenso y obligó a que las empresas reforzaran sus medidas de seguridad, sobre todo en aspectos de movimiento de mercancías, tanto de materia prima como de producto terminado.

Algunas firmas del sector maquilador, sobre todo en estados como Tamaulipas y Chihuahua, han tenido que ‘bajar la cortina' debido a amenazas y chantajes del crimen organizado. No obstante, esto sigue estando muy lejos del apocalipsis de la manufactura. Un alto directivo de una empresa de semiconductores me comentó en una charla privada que si bien esto implica asegurar mejor sus embarques, sobre todo para aquéllos que manufacturan productos de consumo (al ser los más codiciados en el mercado negro),  no ha dejado de ser más que una carga extra en su escala de costos y, aún así, se han mantenido competitivos frente a otras plantas de su propio corporativo. "De hecho, a mí no me conviene que se hable mucho del tema, pues puede influir en una decisión para jalar una línea de producción a mi planta en México".

El tema volvió a surgir hace unos días durante una conversación privada con altos funcionarios representantes de la embajada alemana. "Cuando voy a mi país —mencionaba uno de ellos— siempre me preguntan por el tema de la seguridad en México y yo les respondo que es como en otros lugares del mundo".

Incluso, se les nota irritación cuando se les insinúa si han retirado inversión en nuestro país a causa de la crisis reciente y del tema de la violencia, y su respuesta es tajante "Alemania jamás ha dejado de invertir en México". Sólo en Volkswagen se han invertido 25,000 mdd en la planta de Puebla y abrirán pronto una nueva fábrica de motores en Silao, Gto. Existen 1,200 empresas alemanas que emplean a aproximadamente 170,000 personas en suelo nacional. "Brasil se vende mejor en el mundo y no significa que no haya violencia allá", advierte uno de los funcionarios alemanes.

La pregunta aquí ya suena obligada: ¿Debemos replantear nuestra estrategia de imagen en el mundo? La respuesta es que sí. No es que no se deba enfrentar el crimen organizado, sino que ante el mundo el estandarte debería ser otro. Pensemos en el desarrollo, la innovación y la productividad.

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La forma de contrarrestar muchos de los fenómenos sociales que hoy afectan al país es creando riqueza mediante la incorporación de empresas pequeñas a las cadenas de valor, la generación de capital intelectual, la construcción de un mercado interno grande y sólido, así como el despliegue de mecanismos que generen un alto grado de vinculación con la academia, entre otros.

Al final, la mejor arma contra la inseguridad no serán las AK 47, ni las balas de gran calibre, sino la educación y el bienestar social. Y esto no va a cambiar si no se modifica el enfoque de los mensajes enviados a la sociedad. Es una tarea de largo plazo.

Los visitantes de Alemania señalan que en México, existen otros cárteles que hacen mucho daño al desarrollo de nuestra economía, y éstos no son los de las drogas, sino algunos grupos que conforman la infraestructura empresarial mexicana y que forman enormes barreras de entrada. Ésos son los cárteles a vencer; pero eso será tema de otros espacios editoriales.

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