Cómo administrar la cadena de suministro
Una cadena de suministro es una serie de organizaciones que interactúan entre sí con la finalidad de llevar los productos (bienes o servicios) hasta el consumidor final. Típicamente una cadena incluye etapas de cliente o consumidor, detallista o minorista, comerciantes o distribuidores, fabricantes o ma-nufactureros y proveedores, entre otros.
Uno de los principales propósitos de administrar las cadenas de suministro es la coordinación y mejora de los procesos interorganizacionales. Las mejores definiciones reconocidas a nivel mundial provienen del Council of Supply Chain Management Professional que anteriormente se llamaba Council of Logistics Management.
Antes de los 90, las empresas estaban orientadas a administrar sus procesos internos, pero al surgir el enfoque hacia la administración de la cadena de suministro, el énfasis cambió a gestionar los procesos interorganizacionales, que van más allá de las fronteras de la propia institución.
En un enfoque integral de cadena de suministro, las organizaciones se dan cuenta de que necesitan incluir no sólo a sus proveedores y clientes, sino también intermediarios y empresas de servicios logísticos (third party service providers) para identificar y mejorar sus procesos críticos, de tal manera que se pueda ganar colaborativamente mediante sinergias. Lo anterior, con la finalidad de cumplir los requerimientos del cliente a un menor costo, con mayor calidad y rapidez.
La “cadena de suministro” es un término que surgió en la década de los 80, pero es hasta principios de los 90 cuando las organizaciones empiezan a considerar que, administrar exitosamente sus cadenas de suministro es determinante para incrementar su competitividad.
Aun cuando el término es utilizado a nivel mundial, no está bien definido, ya que realmente no es cadena, ni es de suministro, aunque estas palabras se siguen utilizando. La palabra “cadena” implica una serie de organizaciones lineales, pero en la práctica las organizaciones están involucradas en una “red”, por lo cual este término debería ser utilizado en lugar de cadena.
Por otro lado, el término “suministro” implica el flujo y relaciones en una sola dirección y sentido, pero realmente las empresas tienen flu-jos y relaciones cliente-proveedor, es decir, en ambos sentidos, por lo que el término “relaciones clientes-proveedor” o “relaciones entre miembros logísticos” debería ser utilizado en lugar de suministro.
Asimismo, existe confusión entre el término cadena de suministro y logística, éste último es un proceso de la cadena de suministro que administra los diferentes flujos de las organizaciones desde sus orígenes, incluyendo no sólo proveedores primarios sino también proveedores de proveedores, hasta su destino o consumo final.
En la actualidad, la logística ya no termina nada más con el consumo, ya que existen también flujos que van de regreso —del mercado hacia las organizaciones— como en el caso del reciclaje, o el famoso recall, que es recuperar algo que no funcionó bien en el mercado, como usualmente lo hacen las empresas automotrices.
La logística se encarga de la madre tierra a la madre tierra, es decir, desde que nace la materia prima hasta que muere el producto incluyendo su deshecho (de la cuna a la tumba).
CRITERIOS BÁSICOS DE COMPETITIVIDAD
Administrar efectivamente las cadenas de suministro es vital tanto para las organizaciones como para los países, ya que afecta los criterios básicos de competitividad, que son el costo, la calidad y el tiempo de entrega del producto requerido por el cliente.
Anteriormente del enfoque hacia las cadenas de suministro se decía que una organización podía satisfacer dos de los tres criterios básicos de competitividad, es decir, si el cliente lo quiere rápido y con calidad el costo es alto, si lo quiere a bajo costo y con calidad, lleva mucho tiempo elaborarlo, y si lo quiere rápido y a bajo costo no se garantiza la calidad. La integración de la cadena de suministro permite cumplir no sólo con estos tres criterios básicos sino con otros como la innovación, seguridad, flexibilidad, precisión, accesibilidad, visibilidad y confiabilidad, siendo estos factores claves de la competitividad internacional.
ESTRATEGIA DE NEGOCIOS
En la actualidad la competencia no es entre organizaciones, sino entre cadenas de suministro, sin importar la dimensión o el poder que cada empresa pueda tener. La cadena de suministro es una parte esencial para poder competir. En otras palabras, cualquier organización necesita tener una buena relación con los diferentes miembros de sus cadenas con la finalidad de poder penetrar mercados y extenderse internacionalmente. Hay enfoques o estrategias de negocios esenciales que forman parte de estas redes de suministro para facilitar su adecuado funcionamiento, algunos de los más destacados son:
Desarrollo de proveedores: es un esquema en el cual una empresa apoya e invierte en sus proveedores para formar alianzas a largo plazo con el objetivo de obtener un mejor producto, dando lugar a una relación ganar-ganar. En México hay escasez de proveedores confiables; en algunos sectores de alta tecnología menos de 10% de los proveedores son nacionales. Es necesario desarrollar proveedores nacionales para asegurar la permanencia de firmas internacionales y la atracción de nuevas, logrando con esto no sólo la generación de empleos sino el incremento de la competitividad del país.
Subcontratación (outsourcing): representa una de las decisiones estratégicas de negocios para cualquier firma, ya que le permite enfocar sus actividades y esfuerzos en el negocio fundamental (core business) y subcontratar aquellos procesos que son necesarios para la operación, pero que no son esenciales para la estrategia del negocio, asegurando sustentabilidad a largo plazo.
Inventario Administrado por el Proveedor (Vendor Managed Inventory): bajo este esque-ma, el inventario de una compañía es administrado por el proveedor que se ocupará de mantener el nivel necesario, tenerlo en orden y asumir la responsabilidad de tener el abasto suficiente. El proveedor debe contar con lo que se llama "llave abierta", lo que significa que tiene acceso a los almacenes e información de su cliente para mantener el nivel óptimo de inventarios; esta relación se basa en una confianza mutua que se gana a través del tiempo. Bajo este enfoque la rotación de inventarios se mejora drásticamente, al mismo tiempo que el nivel de servicio al cliente, de esta manera se logra una reducción en los costos de operación y ambos, cliente y proveedor, se benefician, mejorando la competitividad de ambas organizaciones.
Para impactar en las cadenas de suministro, estas estrategias de negocio requieren de una transformación fundamental que puede ser complementada por el modelo de las 4Cs.
MODELO 4C's
Este modelo está conformado por los conceptos de confianza, compromiso, comunicación y colaboración. La confianza debe existir entre los miembros de la cadena y se gana con las acciones a través del tiempo. Debe haber conciencia de lo que significa que se pierda esa confianza y el impacto que puede tener en la relación. Por ejemplo, en la cultura latinoamericana en ocasiones no se le da el valor adecuado, ya que las organizaciones cambian de proveedor en busca de un menor costo, lo cual genera detrimento en las alianzas a largo plazo.
El compromiso se genera cuando un proveedor dentro de una cadena se responsabiliza a cumplir con los factores básicos de competitividad como son entregar un producto de cierta calidad, en determinado tiempo, y a un costo preestablecido. Es imperativo cumplir el compromiso o de lo contrario la productividad y la competitividad de la cadena se ven afectadas negativamente.
La comunicación es fundamental para que cada eslabón de la cadena tenga conocimiento de lo que sucede a través de ella, evitando así el “efecto látigo". Dado que la demanda del consumidor pocas veces es estable, las organizaciones deben pronosticar la demanda para desplegar adecuadamente los inventarios y otros recursos a través de la cadena.
Debido a fallas en la comunicación de las cadenas, sus miembros tienden a sobreestimar los inventarios para evitar faltantes causando así el “efecto látigo” y reduciendo la competitividad global de la cadena.
La colaboración es necesaria para facilitar el proceso de comunicación, incrementar la con-fianza y llevar a cabo los compromisos de cada uno de los actores de la cadena de suministro. La colaboración facilita la alineación de los objetivos individuales a los objetivos globales de la cadena, así como la toma de decisiones efectiva, logrando acuerdos y beneficios para todos los miembros de la misma no sólo en cuestiones monetarias, sino en términos de posición competitiva.
TRANSFORMACIÓN DE LA CADENA
Aunado al modelo de las 4Cs, y para lograr el éxito en la integración de las cadenas, en México se requieren elementos base como la administración, el capital humano y el tecnológico.
Para establecer efectivamente los elementos administrativos se debe realizar un cambio en las organizaciones de un enfoque de funciones hacia uno orientado a procesos, esto requiere una transformación cultural dentro de las organizaciones, lo cual es fundamental para la competitividad de las cadenas. Una cadena de suministro administrada con un enfoque basado en procesos permite a todos los miembros concentrarse en otorgar valor al cliente y exceder sus expectativas.
Es vital para la competitividad de las cadenas el elemento de capital humano, cuya administración debe centrarse en mejorar la contribución productiva del individuo y, simultáneamente, alinear los intereses personales con los de las organizaciones, logrando incrementar la calidad de vida y el bienestar social.
Bajo un entorno de competitividad internacional, la gestión eficiente de la cadena de suministro requiere de los elementos tecnológicos que facilitan la comunicación y la administración logística de todos los flujos (materiales, información, financieros y de ideas), además de la integración de todas las funciones, procesos y organizaciones involucradas.
Aunque existe evidencia a través de estudios formales que indica que entre 90 y 95% de los di-rectivos encuestados menciona la importancia de la transformación de las cadenas de suministro como vital para su organización, cuando se evalúan los procesos de sus empresas, el porcentaje de organizaciones que están considerando la cadena de suministro dentro de su estrategia de negocio es únicamente de 30% o menos.
Cada vez es mayor la necesidad de contar con programas de educación formal en esta área del conocimiento, ya que en las organizaciones hay ejecutivos de las áreas de logística y de cadena de suministro que se desarrollaron empíricamente y además las universidades no han tomado un rol activo en la profesionalización de estas áreas.
La competitividad de las organizaciones es un concepto que hace referencia a la capacidad de las mismas de diseñar, elaborar y comercializar productos en forma eficiente, haciendo que éstos sean atractivos, tanto dentro como fuera del país. Para ello, es necesario lograr niveles elevados de integración de las cadenas de suministro que permitan lograr la sustentabilidad a largo plazo de sus miembros.
El aumento de la competitividad internacional requiere de la integración y operación adecuada de cadenas de suministro, y en México y en los países latinoamericanos debe constituir un tema central en el diseño de las políticas nacionales de desarrollo socioeconómico.
*Este artículo fue elaborado por Elisa Cobas-Flores, directora del Programa de Desarrollo de Negocios Base Tecnológica del Tecnológico de Monterrey, y por Fernando Mata, profesor titular y director asociado de Programas Internacionales de la EGADE.