México-Chávez, una relación de altibajos comerciales y diplomáticos
El presidente Hugo Chávez preparaba una visita oficial a México durante el último año del gobierno del presidente Felipe Calderón, pero el cáncer se lo impidió.
De haberse realizado, atrás habrían quedado años de fricción entre los últimos dos gobiernos mexicanos y el de Hugo Chávez, con visos de una mejora en el intercambio comercial, que en la última década tuvo altibajos.
Los dos países integrantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEC, por sus siglas en inglés) tuvieron un intercambio comercial de 2,254.8 millones de dólares en 2010, mucho menor a los 2,979 millones de dólares de 2008, pero superior a los 1,906 millones de dólares registrado en 2009, según datos de la Cámara Venezolana Mexicana de Comercio (Cavemex).
Dichas cifras indican que la relación comercial entre ambos países es simbólica, si se toma en cuenta que, el valor del comercio bilateral entre México y su principal socio comercial, Estados Unidos, en 2010 ascendió a casi 400,000 millones de dólares, según cifras de la Secretaría de Economía.
La colaboración entre ambos gobiernos había sido en años recientes más política: a propuesta de Venezuela, el presidente Felipe Calderón viajó a Venezuela a finales de 2011, y en Caracas apoyó la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), organismo que no integra ni a Estados Unidos ni a Canadá, y que rivaliza con la Organización de Estados Americanos (OEA), con sede en Washington.
Hugo Chávez ya había visitado México durante la segunda cumbre de América Latina y el Caribe, realizada en Cancún en 2010. Con ello, Calderón y Chávez habían dado por zanjada la crisis que vivieron México y Venezuela a principios de la década pasada.
Un México de derecha y una Venezuela de izquierda
Los venezolanos eligieron en 1999 a un líder de izquierda mientras que en el año 2000, los votantes mexicanos eligieron a un gobernante de derecha, algo que irremediablemente llevó a la relación bilateral al punto de la ruptura.
En 2004, el presidente venezolano visitó la Basílica de Guadalupe, donde rezó a los pies de la llamada “emperatriz de las Américas”. Pero para ese entonces, la relación del gobierno del presidente Vicente Fox con gobiernos de izquierda, como el cubano, ya no era buena.
En 2002, Vicente Fox viajó a la isla donde se reunió con disidentes cubanos. Ese mismo año, Fidel Castro reveló una conversación telefónica que sostuvo con Fox, quien quería que el líder socialista acortara una visita a una cumbre en Monterrey, para que no incomodara al presidente estadounidense George W. Bush.
Aunque Chávez declinó comentar en 2004 sobre los diferendos entre México y Cuba, su gran aliado, para ese entonces ya había lanzado una campaña internacional en contra de un tratado de libre comercio continental apoyado por Estados Unidos, y por el propio Fox, y en la Cumbre de Mar del Plata, Argentina, en 2005, finalmente se dio el distanciamiento.
Ante la insistencia de Fox de apoyar el tratado comercial, ambos líderes se enfrentaron. Chávez llamó a Fox "cachorro del imperio", en referencia a Estados Unidos, mientras que Fox ya antes había acusado de populista a Chávez.
La confrontación llegó a tal punto que las relaciones se rompieron a finales de 2005, cuando México decidió retirar a su embajador en Caracas. Testigos de ese episodio aseguran que fueron varias las razones que llevaron a México a tomar esa decisión. “Chávez quería ampliar el campo de su hegemonía”, afirma Rubén Aguilar, portavoz del gobierno de Fox, que asegura que el embajador venezolano en México estaba “claramente apoyando ciertas posiciones, metiéndose en la política interna de México”.
Fue un intento de aislar a Chávez
El profesor Heinz Dieterich, quien conoció muy bien a Hugo Chávez, cree que fueron las circunstancias y no la personalidad de Chávez las que motivaron esos conflictos.
“Había intereses internacionales en esto que se manifestaron claramente en el golpe militar de 2002 y que trataran de aislar a Chávez internacionalmente”, afirma Dieterich. Pero otros creen que es muy difícil juzgar la actuación política de Chávez, aislándolo de los rasgos de su personalidad.
El líder venezolano fue “un golpista, que se vuelve democrático y luego víctima de un golpe, y que manipula sin romper abiertamente ni la constitución, ni las leyes y las manipula para poderse perpetuar en el poder”, afirma el analista político Gabriel Guerra.
La mejora en las relaciones
En 2007, un año después de la salida de Fox, y la llegada de Felipe Calderón, ambos países volvieron a nombrar embajadores. Actuaron al unísono, retirando a sus embajadores de Tegucigalpa tras el golpe de Estado en Honduras en 2009, que sacó del poder a Manuel Zelaya.
Calderón y Chávez acordaron en diciembre del año pasado realizar visitas de Estado recíprocas en 2012, lo que no se cumplió tras conocerse el cáncer que padecía el mandatario venezolano.
En septiembre de 2011, la canciller mexicana Patricia Espinosa llegó a considerar al vicepresidente venezolano Nicolás Maduro como “un gran aliado”, lo que indica la mejora de las relaciones entre ambos países.
Perspectivas con Enrique Peña Nieto
Aunque Venezuela no formó parte de la gira por Latinoamérica que realizó Enrique Peña Nieto como presidente electo, el nuevo mandatario había afirmó que buscaría profundizar las relaciones con Venezuela.
Peña Nieto visitó Guatemala, Colombia, Brasil, Chile y Argentina antes de asumir la presidencia, países donde habló sobre intercambio comercial y lucha contra el narcotráfico.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) de Peña Nieto tuvo relaciones cercanas con Cuba y otros gobiernos izquierdistas en las décadas de los setenta y ochenta, pero ni Cuba ni Venezuela fueron incluidas en el primer viaje del presidente electo.
Tras el triunfo de Peña Nieto en julio pasado, Chávez había expresado su deseo de profundizar la relación y avanzar en la construcción de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), un proyecto apoyado por el nuevo mandatario mexicano.