Trump pone presión al gasto militar y la lucha antiterrorista de la OTAN
La OTAN, que durante décadas representó el manto de seguridad de Europa por el incondicional compromiso de Estados Unidos, se ve actualmente obligada a rendir cuentas a Donald Trump, que quiere más esfuerzos en gasto militar y lucha antiterrorista.
¿Qué reprocha Trump a la OTAN?
El mandatario estadounidense afirmó que la OTAN "cuesta mucho dinero" a unos Estados Unidos que pagan una parte "desproporcionada", tradicional reproche de Washington que busca desde hace una década un mejor "reparto de la carga" con Europa.
El Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos representa 46% de las riquezas nacionales acumuladas de los países de la OTAN, pero sus gastos militares (679,000 millones de dólares en 2016) alcanzan 68% del total de los presupuestos de defensa de los 28 países miembros.
En 2014, los aliados, entre ellos 24 miembros de la Unión Europea y otros dos europeos más, se comprometieron a remediarlo, aumentando sus inversiones para "aproximarse" antes de 2024 a un gasto militar de 2% del PIB nacional.
Trump llegó incluso a calificar a la OTAN de "obsoleta" y pedir mayor implicación en la lucha antiterrorista. "Entonces", la organización de defensa colectiva, puesta en marcha en 1949 para frenar la expansión de la URSS, era "excelente", pero "actualmente debe modificarse (...) para incluir el terrorismo", aseguró.
¿Porqué un mayor gasto militar?
El desequilibrio con Estados Unidos es una consecuencia directa de la caída del muro de Berlín, cuando Europa quiso recolectar los "dividendos de la paz".
En los años 1990, los presupuestos militares en Europa cayeron drásticamente, una tendencia que se frenó solamente a partir de 2015 en plena crisis ucraniana y un contexto de tensión creciente con la Rusia de Vladimir Putin.
Actualmente, solo cinco países de la Alianza cumplen con el objetivo de 2%: Estados Unidos, Reino Unido, Grecia, Estonia y Polonia, pero otros empiezan a corregir su retraso.
El ejemplo de Alemania ejemplifica, no obstante, la complejidad de la cuestión. La primera potencia económica de la zona euro siempre se ha mostrado reticente, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, a desarrollar su ejército.
El gasto en defensa representa a día de hoy 1.2% del PIB alemán. Tras recibir a la canciller alemana Angela Merkel en la Casa Blanca, Trump acusó a Berlín de deber "enormes sumas de dinero" a la Alianza y a Washington. Alemania respondió que "no existía una cuenta donde registrar las deudas en el seno de la OTAN".
Si Alemania cumpliese con el objetivo del 2%, el gasto para su ejército alcanzaría los 60,000 millones de euros y sería sinónimo de "supremacia militar en Europa", advirtió su ministro de Relaciones Exteriores, Sigmar Gabriel. "No creo que a nuestros vecinos les guste eso", añadió Gabriel en referencia a Rusia.
Los países de la OTAN pondrán en marcha el jueves "informes anuales" en los que detallarán como piensan cumplir con el objetivo de 2%.
¿Qué puede hacer la OTAN contra el terrorismo?
Estados Unidos querría que la OTAN se convierta como organización en miembro de la coalición internacional que lucha contra el grupo Estado Islámico (EI) en Siria e Iraq.
Aunque todos los aliados participan a modo individual, países como Italia o Francia se oponen a la participación de la Alianza como tal, para no desgastar una imagen ya tocada por los bombardeos en Libia en 2011 que dejaron un mal recuerdo en los países árabes.
La OTAN aportó hasta el momento un apoyo secundario a la coalición y los aliados deberán pronunciarse el jueves sobre si intensificar las misiones de sus aviones de reconocimiento Awacs en cielo turco o reforzar también sus actividades de formación a oficiales iraquíes.
Washington vería con buenos ojos la puesta en marcha de una misión de formación y de consejo al ejército iraquí, cuando ISIS haya sido derrotado, pero el presidente del comité militar de la Alianza, Petr Pavel, descartó una operación de gran envergadura como la desplegada en Afganistán (13,500 soldados actualmente).
¿Y respecto a la amenaza rusa?
Tras la anexión en marzo de 2014 de la entonces península ucraniana de Crimea y el inicio de la ofensiva separatista prorruso poco después en el este del país, la OTAN lanzó una serie de trabajos para consolidar su defensa colectiva.
En julio de 2016, sus dirigentes decidieron reforzar sus presencia militar en el este de Europa, desplegando cuatro batallones en Estonia, Letonia, Lituania y Polonia.
Las rotaciones de estas tropas internacionales busca tranquilizar a estos países de la exórbita soviética, preocupados por la amenaza rusa, al garantizar refuerzos rápidos de los aliados en caso de ataque.
A pesar de las aparentes simpatías de Trump con Vladimir Putin, Estados Unidos asumió, como estaba previsto, el mando del batallón despleado en Polonia en la primavera boreal.
Los expertos señalan de hecho que, en el fondo, la actual diplomacia estadounidense no se ha alejado de la firmeza ante Moscú profesada por la administración del presidente Barack Obama.