El conductor del tráiler mortal afirma que ignoraba que traía inmigrantes
Atestados dentro del camión de semirremolque, tomaban turnos para respirar por un agujero. Algunos se desmayaban y otros golpeaban la pared para llamar la atención del conductor, pero él seguía adelante, relató a las autoridades federales un hombre que sobrevivió al fatal viaje.
El conductor, James Matthew Bradley Jr., dijo a los investigadores federales que no tenía ni idea de que inmigrantes indocumentados estaban dentro del vehículo que conducía.
Autoridades estadounidenses presentaron cargos contra el hombre, de 60 años y originario de Florida.
Bradley puede enfrentar cadena perpetua o la pena de muerte por conducir el vehículo en el que se hallaron 39 inmigrantes apilados, 10 de ellos murieron.
Ocho fallecieron en el camión y el resto fue llevado a hospitales. Dos murieron en el hospital, uno el domingo y otro el lunes, de acuerdo con AFP.
Por lo menos 17 de los afectados, incluyendo dos niños en edad escolar, se encontraban en condiciones críticas debido al excesivo calor y la deshidratación, según las autoridades de Estados Unidos.
La Secretaría de Relaciones Exteriores detalló este miércoles que 34 de las 39 personas son mexicanas, y que de esas 34, 27 están hospitalizadas y siete murieron.
"Se han iniciado acciones para facilitar la visita de los familiares a los hospitales y los trámites para la repatriación de restos", informó la cancillería en un comunicado.
El canciller de Guatemala, Carlos Raúl Morales, confirmó el lunes el deceso de un guatemalteco entre los 10 fallecidos.
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El ayudante del defensor federal público que representa a Bradley no pudo ser localizado para hacer comentarios sobre la acusación en su contra.
El camión fue encontrado estacionado en un Walmart en San Antonio el domingo por la mañana, después de que un empleado de la tienda llamara a la Policía. Las autoridades encontraron a los inmigrantes adentro.
Ocho personas ya estaban muertas, y otras dos murieron después de ser hospitalizadas. Decenas más resultaron gravemente heridas, y muchas sufrirán de "daño cerebral irreversible", dijo el jefe de bomberos de la ciudad.
Una denuncia federal arroja luz sobre el caso. Un hombre de México, que cruzó la frontera a través de Laredo, Texas, dijo que él y su hermano viajaron un día antes de subir al remolque. Otro hombre dijo que pasó casi 11 días en una "casa escondite" de Laredo con más de dos decenas de migrantes antes de emprender su viaje en el camión.
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Las autoridades federales están clasificando el incidente como un caso de tráfico de personas.
"Estaban en el suelo como si fueran carne"
Cuando la Policía llegó a investigar el tráiler, un oficial encontró "varias personas de pie o recostadas en la parte trasera del remolque", de acuerdo con la denuncia contra Bradley.
Fue entonces cuando empezaron a hablar con el conductor. Bradley declaró al oficial que el remolque que transportaba había sido vendido y que lo llevaba de Schaller, Iowa, a Brownsville, Texas, "en la frontera con México", según la denuncia federal.
El conductor dijo que entregaría el camión a su nuevo propietario en Brownsville a petición de su jefe, pero que no tenía ni plazo ni dirección de entrega.
Más tarde, Bradley dijo a las autoridades que viajaba a San Antonio desde Laredo, Texas, y que después de lavar la unidad en la parada de camiones de Laredo se dirigió a la "parada de camiones viejos", a unos 10 kilómetros de distancia para pulir el remolque.
Pat Sullivan, portavoz de Blue Beacon Truck Wash, dijo a CNN que el camión fue lavado en las instalaciones de la compañía en Beltway Parkway en Laredo a las 11:58 de la mañana del sábado.
Esta persona agregó que los conductores normalmente pagan dentro de la instalación y luego los trabajadores lavan el transporte, lo que toma unos 20 minutos.
nullSegún Sullivan, los empleados que lavaron el camión no escucharon ruidos ni notaron algo extraño sobre el transporte. La compañía investiga y coopera con las autoridades, afirmó.
"Bradley dijo que no estaba al tanto del contenido y/o carga", apuntó la denuncia, hasta que estacionó el remolque en el Walmart y salió a orinar. Ahí fue cuando oyó movimientos.
Abrió las puertas, vio a los inmigrantes y cayó al suelo. Se percató luego que cuerpos estaban en el suelo "como si fueran carne". Sabía que el sistema de refrigeración del remolque no funcionaba y que los cuatro orificios de ventilación probablemente estaban obstruidos.
Pero no llamó al 911, dijeron las autoridades. En su lugar, volvió al camión y llamó a su esposa.
Un viaje horrible
Agentes de Investigaciones de Seguridad Nacional entrevistaron a inmigrantes hospitalizados.
Uno de ellos salió de Aguascalientes y esperó con otras 28 personas en Nuevo Laredo para atravesar el río hacia Estados Unidos, rumbo a San Antonio.
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Pagó unos 12,500 pesos (707 dólares) por protección y un paseo en balsa por una parte profunda del Río Grande. Después de cruzar por la noche, "caminaron hasta el día siguiente", según un documento judicial.
A las 9 de la mañana del día siguiente, su grupo fue recogido por una camioneta plateada Chevrolet Silverado y subido al remolque, que ya tenía unas 70 personas en el interior.
"Le dijeron que entrara y lo llevarían más tarde esa noche. Los contrabandistas cerraron la puerta y el interior del remolque se volvió negro y ya estaba caliente por dentro", según las primeras investigaciones.
Sin comida ni agua, los migrantes intentaron hacer ruido y llamar la atención del conductor, "pero nadie llegó".
Doce horas más tarde, fueron trasladados a otro remolque. Algunas personas tenían problemas para respirar y se desmayaron.
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Cuando el remolque finalmente frenó más fuerte para detenerse, algunas personas se cayeron porque estaban muy débiles. Cuando la puerta se abrió, había seis camionetas negras esperando para recoger a la gente, pero rápidamente se llenaron y se fueron.
El hombre dijo que una vez que llegó a San Antonio, se suponía que debía pagar a sus contrabandistas 5,500 dólares. Pero en lugar de eso lo llevaron a un hospital, gravemente herido del viaje.
"Estas personas estaban indefensas en manos de los contrabandistas. Todos fueron víctimas de crueles traficantes de personas indiferentes al bienestar de su frágil carga", dijo Richard L. Durbin Jr., abogado del Distrito Oeste de Texas.