Los gobiernos de coalición, una "opción de transparencia" para México
Un gobierno de coalición haría más transparentes las acciones políticas, los pactos parlamentarios fomentarían la pluralidad y evitarían que un solo partido tome las decisiones, coincidieron analistas y diputados del PAN y del PRD en el programa México Opina.
Un modelo así sería un avance para transparentar los acuerdos entre los partidos, aseguró el diputado del Partido Acción Nacional (PAN), Javier Corral. “Actualmente, las negociaciones en el Congreso le cuestan mucho al país”.
Armando Ríos Piter, coordinador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la Cámara de Diputados, dijo que está a favor de este tipo de gobiernos porque es "evidente" que los acuerdos entre los poderes Ejecutivo y el Legislativo no caminan.
“La idea de gobiernos de coalición nos permitiría —a través de un acuerdo frente a la sociedad y que esté proyectado ante la ciudadanía— construir las grandes reformas pendientes”, expresó el también líder de la Junta de Coordinación Política.
“Los acuerdos entre partidos muchas veces son poco transparentes, la verdad en la mayoría de los casos son bastante oscuros y costosos”, recordó.
El analista Javier Aparicio dijo que en la actualidad no existe “nada” que impida al presidente negociar las reformas que necesita el Estado con los distintos partidos políticos.
“No están prohibidas (las negociaciones), pero no ocurren por falta de asesores, o porque a los actores no les ha interesado negociar (…) las coaliciones son parte natural de la política”, sostuvo.
La propuesta de dar respaldo jurídico a la figura de un gobierno de coalición cobró importancia cuando el pasado 10 de octubre un grupo de escritores, investigadores, legisladores, gobernadores y figuras de los tres principales partidos políticos, firmaron un desplegado donde pedían aprobar una reforma que permitiera conformar gobiernos de coalición en México.
La investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económica, María Amparo Casar, una de las firmantes del desplegado, dijo en la mesa de análisis que un gobierno de coalición ayudaría a preservar la pluralidad, ante quienes están a favor de obtener una mayoría en el Congreso, y así “garantizar” acuerdos entre el Legislativo y el Ejecutivo.
Este proyecto se podría realizar bajo dos premisas, explicó Casar: el pacto de una agenda legislativa común (entre dos o más partidos) que respalde el programa de gobierno, y el acuerdo sobre el equipo encargado de implementarlo.
Ambos, añadió, deberían ser sometidos para la aprobación del Congreso.
“No significa que los partidos se fusionen en uno solo, ni que dejen de lado a sus ideologías”, explicó Javier Corral. “Lo que hacen es priorizar en términos de una agenda común cuáles son las medidas que el gobierno y el Congreso deben impulsar como fundamentales para el crecimiento del país”.
Sin embargo, Casar expresó su desacuerdo con la necesidad de alcanzar una mayoría indispensable para aprobar iniciativas y reformas de ley
“Durante 70 años tuvimos las grandes mayorías del PRI, y pues no pasaron ninguna de las grandes reformas estructurales, y hoy (…) en la Cámara de Diputados hay una mayoría del PRI con el Partido Verde que tiene más de 251 diputados, y para lo único que ha servido esa mayoría es para obstruir”, recordó.
Para el analista Aparicio, la parálisis en el Congreso no se debe a la falta de un gobierno de coalición, sino a la ausencia de incentivos a los legisladores. “Hay que fortalecer al Congreso, y esto no se logra si no tienes reelección legislativa”, dijo el analista del portal CNNMéxico.com.
Las diferencias entre los partidos han impedido la aprobación en el Congreso de diversas reformas presentadas por el Ejecutivo, como la Política, la Laboral, la de Seguridad, e incluso el nombramiento de los tres nuevos consejeros del árbitro electoral, el Instituto Federal Electoral (IFE).
Las propuestas del presidente Felipe Calderón, como la reelección legislativa —parte de la reforma política— han sido desechadas por la oposición en la Cámara, que cuenta con la mayoría de los priistas.
Desde 1997, cuando el PRI perdió la mayoría absoluta que ostentó por 68 años, en el Congreso, los partidos tienen que negociar para aprobar leyes.