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Alitalia, vivir en el infierno

Los trabajadores de la sexta línea aéreas más grande de Europa sienten que trabajan demasiado; mientras los usuarios se quejan, el gobierno ha cancelado el proceso de privatización de la lín
sáb 04 agosto 2007 09:07 AM
Los empleados de la aerolínea italiana no están nada content

Trabajar para una aerolínea defectuosa que a muchos italianos les encanta odiar nunca es fácil, pero abrumados funcionarios de Alitalia dicen que una privatización inútil ha empujado sus vidas laborales a un nuevo nivel.

Además de las duras declaraciones del Gobierno sobre permitir que la empresa estatal quiebre, los empleados de Alitalia se quejan de que les exigen demasiado y son el blanco de la ira de los pasajeros.

Los funcionarios de Alitalia también se sienten frustrados de trabajar en una compañía que está entrampada en trámites, administrados más como una agencia gubernamental que como una empresa comercial.

“Trabajar estos días ha sido un verdadero infierno”, dijo una de las azafatas en el uniforme de chaqueta verde de Alitalia mientras iba apurada por Linate, el segundo aeropuerto de Milán, para tomar un vuelo.

Italia canceló su remate de Alitalia, la sexta mayor empresa de transporte aéreo de Europa según su valor de mercado, cuando los interesados se retiraron hace algunas semanas. Fue otro golpe para una compañía que alguna vez representó el orgullo nacional.

El gobierno de centroizquierda se enfrenta cada vez con menos opciones para Alitalia, que está perdiendo más de un millón de euros por día y está dividida por huelgas entre su planta laboral de 20,000 empleados.

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Sin un comprador, Alitalia podría ser liquidada, ya que la Unión Europea le ha prohibido al Gobierno italiano inyectar más dinero en la aerolínea.

La baja moral y la burla de algunos italianos, que dicen que Alitalia significa “Always Late In Takeoff Always Late In Arrival” (Siempre tarde en salir, siempre tarde en llegar), están muy lejos de los días de gloria de antaño.

Alitalia, creada después de la Segunda Guerra Mundial, fue una vez una compañía en la que muchos aspiraban trabajar.

Elegantes pilotos se paseaban con su uniforme con trenzas doradas por los aeropuertos de todo el mundo, confiando en que sus emblemas de Alitalia los identificaban como la “creme de la creme”.

Pese al diseño de los uniformes, la tripulación ve poco estilo en las largas jornadas de trabajo y en decirle a los pasajeros que “se ajusten sus cinturones”.

“Trabajamos demasiado, más de 11 horas al día, algunas de las cuales transcurren en tierra. Pero sólo nos pagan por las horas de vuelo”, dijo la aeromoza con rumbo a Linate.

Otros miembros del personal dicen que los funcionarios que supervisan el embarque a menudo corren de una puerta a otra a una velocidad que pone en riesgo la seguridad.

Los medios locales han sido rápidos en ridiculizar la extravagancia de la aerolínea. Alitalia ofrece un servicio de taxis para algunos empleados que trabajan en su base de Roma y los lleva a diario por aire a trabajar en la segunda base de la aerolínea en Milán.

Pero los miembros del personal de primera línea sienten que son un blanco fácil.

“La prensa compara nuestros salarios con lo que la gente gana trabajando para aerolíneas de bajo costo, pero ellos no consideran los servicios que nosotros, junto a otras empresas nacionales, ofrecemos”, dijo una azafata.

La Unión Nacional de Consumidores ha dicho que los empleados de Alitalia con frecuencia entran en huelga sin razón y que la compañía “sólo se come el dinero de los contribuyentes”.

El ministro de Infraestructura italiano, Antonio di Pietro, ha sido más categórico.

“Cuando algo está enfermo, necesitas amputarlo”, dijo Di Pietro, después de que el remate no dio resultado, agregando que la empresa nacional debería ser vendida por un euro simbólico.

El personal de Alitalia ya se ha quejado de que la aerolínea ha estado recurriendo a contratos a corto plazo para recudir los costos. El resultado es una incertidumbre laboral generalizada.

Diego Onza, asistente de vuelo de 34 años, dijo que obtuvo su primer empleo permanente el mes pasado después de 16 contratos temporales en ocho años.

Los analistas creen que los problemas laborales de Alitalia y la reticencia del Gobierno de permitir que un comprador tenga la libertad de reducir el número de puestos de trabajo, han sido esenciales para la ausencia de grandes participantes del remate, como Air France y Lufthansa.

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