El rescate automotriz, en puntos finales
El Congreso y la Casa Blanca presionaron el martes para eliminar los obstáculos finales a un plan de rescate por 15,000 millones de dólares para la industria automotriz, buscando que se alcance un consenso al final del día y una rápida aprobación.
Entre las cuestiones sin resolver están la extensión de la autoridad a otorgarse a un supervisor especial designado por el presidente George W. Bush, que fungiría como "zar automovilístico", según dijeron asesores de congresistas.
Aún así, está claro que las compañías serían forzadas a devolver al gobierno la ayuda financiera si se demuestra que no usan el dinero para mantenerse a flote a largo plazo.
El representante demócrata Barney Frank, presidente del Comité de Servicios Financieros, se reunió de forma privada con congresistas demócratas de la cámara baja y dijo a los periodistas que esperaba cerrar el acuerdo de ayuda financiera al final del día.
"Los asistentes a la reunión mostraron su apoyo" al proyecto de ley que se está desarrollando, señaló Frank.
Harry Reid, líder de la mayoría en la cámara alta, dijo que espera se lleve a cabo una votación a más tardar el miércoles, pero que mantendría al Senado en sesión durante el fin de semana de ser necesario para completar el diseño del plan de rescate.
Los demócratas y la Casa Blanca intercambiaron propuestas a puerta cerrada, acercándose cada vez más a un acuerdo.
El plan de rescate ofrecería ayuda financiera de emergencia a dos de las principales firmas automovilísticas de Detroit —pues Ford Motor Co. ha dicho que de momento no necesita dinero en efectivo— y crearía el puesto del supervisor especial, el cual ya ha sido descrito como un "zar automovilístico".
El supervisor podría obligar a las compañías a declararse en quiebra si no hacen lo suficiente para reducir los costos laborales, reestructurar su deuda y reducirse para mantenerse a flote.
La situación se desenvuelve en un panorama de inestabilidad económica general, el Congreso y la presidencia en transición, un panorama bursátil inquieto y la Reserva Federal, el Tesoro y otras agencias esforzándose al máximo para equilibrar al sector financiero.
Aunque un acuerdo parece cercano, aún existen diferencias entre los que diseñan el proyecto de ley.
La Casa Blanca y congresistas republicanos piden mayores consecuencias para las compañías automotrices que no demuestren ser viables, incluyendo una orden que las obligue a prescindir de la ayuda federal.
Los republicanos también pidieron que se elimine un requerimiento que obliga a las empresas automotrices que aceptan préstamos del gobierno a renunciar a sus demandas legales contra estados que imponen normas más duras para reducir las emisiones de gases.