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BP, vulnerable ante una oferta de compra

Gazprom o Petrochina podrían lanzar ofertas por la firma que se ha visto afectada por el derrame; sin embargo, estas empresas enfrentarían trabas políticas por parte de GB y EU.
mar 15 junio 2010 11:52 AM
BP dijo que el  15 julio que petróleo dejo de esparcirse en Golfo de México por primera vez desde finales de abril. (Foto: AP)
bp derrame fuga (Foto: AP)

La idea de que BP podría ser comprada hubiera sonado descabellada antes del desastre del Golfo de México. Pero ahora es común sugerir que la petrolera británica caería incluso en manos de empresas como la rusa Gazprom o la gigante Petrochina.

La escala del desastre y el mal manejo de BP de la situación la dejaron vulnerable, pero no indefensa. Casi todas las combinaciones concebibles enfrentarían obstáculos políticos.

Los gobiernos del Reino Unido han sido tradicionalmente fuertes defensores de la apertura de los mercados. Pero la reciente adquisición de Cadbury por Kraft Foods ha elevado la sensibilidad ante depredadores extranjeros, y esa fue sólo una compañía de chocolate.

La idea de que una compañía de energía de importancia estratégica caiga en manos extranjeras provocaría una protesta, aún si Vince Cable, secretario de negocios de la nueva coalición de Gobierno, está convencido de no ponerse en el camino, de acuerdo al diario The Times.

Evaluemos cuatro diferentes escenarios. Primero, una toma de Gazprom. La mera sugerencia de que el grupo de gas ruso podría ofertar por Centrica, la empresa de servicios del Reino Unido, disparó una violenta reacción política hace cuatro años atrás.

Rusia ha mostrado disposición a usar sus inmensas reservas de energía como herramienta para presionar a sus vecinos. ¿Realmente querría el Reino Unido permitir que fortalezca más su posición en la industria?

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Segundo: una oferta de una compañía de Oriente Medio.

Países como Arabia Saudita y Abu Dabi pueden ser aliados de largo plazo del Reino Unido. Pero ambos integran la OPEP, que ha pedido rescate a Occidente en el pasado y está en una región políticamente inestable del mundo. Otra vez, hay potenciales asuntos de seguridad de energía en una adquisición de BP.

Tercero: una adquisición de Petrochina.

China no es un gran productor de petróleo, pero es un ávido consumidor. Podría haber preocupaciones de que Pekín de algún modo desvíe los escasos suministros de petróleo para satisfacer sus necesidades más que las de Occidente.

Cuarto: algún movimiento de un grupo estadounidense sobre los activos de BP en Estados Unidos, que representan cerca de la mitad de su valor. Dado que el nombre de BP es ahora lodo en Estados Unidos, podría tener algún valor cambiar la propiedad a una Exxon o una Chevron.

Pero esto podría provocar acusaciones de una componenda política, con la visión de que la Casa Blanca habría aplastado deliberadamente el valor de BP para permitir que un ofertante estadounidense aproveche sus activos en Estados Unidos a un precio menor.

Lo que es más, estas consideraciones sólo se ocupan de la potencial reacción política del Reino Unido.

El presidente Barack Obama seguramente obstaculizaría que la compañía caiga bajo control de alguien que no es aliado de Estados Unidos. El grupo petrolero chino CNOOC abandonó su oferta de 19,000 millones de dólares por Unocal en 2005 después de enfrentar varios obstáculos regulatorios estadounidenses.

Por supuesto, el balance de poder entre China y Estados Unidos ha cambiado en los últimos cinco años. Y Beijing no habrá olvidado cómo la gestión de Bush trató de interesarla en rescatar bancos estadounidenses, notablemente Morgan Stanley, en octubre del 2008.

Aún así, Unocal fue un pez pequeño al lado de BP.

Hay, sin embargo, otras opciones que no enfrentan riesgos políticos.

La más obvia es la tradicional rival de BP, la angloholandesa Shell. Pero sería improbable que se mueva teniendo en cuenta la magnitud de los costos de limpieza y también porque algunos cambios de la regulación son aún inciertos. Pero una vez que todo esté claro, BP probablemente no sería tan vulnerable de todos modos.

Finalmente, podría haber un allanamiento sorpresa. Aún si Gazprom o Petrochina enfrentaran dificultades en tomar el control de BP, habría problemas políticos en comprar una participación de, digamos, un 20%.

El problema es que no obtendrían, necesariamente, mucho por su dinero. Una participación del 20% no garantiza representación en la junta directiva o voz sobre la estrategia.

Los comentarios sobre una adquisición probablemente giren en torno a BP al menos hasta que haya sellado su pozo en el Golfo de México y hallado un nuevo presidente y un nuevo presidente ejecutivo.

Y, en una situación tan volátil como esta, uno nunca puede decir nunca. Pero las posibilidades son que emerja con su independencia intacta.

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