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El turismo, un damnificado de la crisis

La crisis económica y el brote de influenza terminaron por meter al sector en terapia intensiva; las medicinas del Gobierno son apenas paliativos y el tratamiento tendrá que ser más agresivo.
mié 27 mayo 2009 06:03 AM
El número de vistantes y su gasto se reduce por la crisis. (Foto: Archivo)
hoteles - turismo - playa (Foto: Archivo)

El Gobierno de México anunció el lunes pasado una campaña para revitalizar el turismo afectado por la epidemia de influenza humana que mantuvo al país un mes en emergencia sanitaria.

El brote del virus AH1N1 se presentó en la peor de las coyunturas económicas el país , pues ha tenido un impacto negativo en varios sectores. El mismo Banco de México estimó que sería de medio punto porcentual "atribuible al tema de la influenza".

Por supuesto, esto se suma a la de por sí crítica situación de algunos sectores que ya manifestaban las consecuencia de la crisis financiera y económica mundial. El Gobernador del Banco Central estableció que los más afectados serían el sector servicios, el turismo, restaurantes, esparcimiento y compras al menudeo.

El turismo, es sin duda, una de las actividades que se consideran estratégicas para el desarrollo del país. El potencial del sector tiene que ver con la riqueza de nuestra situación geográfica e histórica: bellezas naturales, variedad de paisajes, climas, oferta de destinos de playa con litorales marinos de extraordinaria hermosura, destinos de montaña entre otros encantamientos lacustres, de selvas o desierto, la diversidad de los ecosistemas del país, y la densidad cultural de ciudades con la arquitectura colonial más imponente de América Latina (designadas por la UNESCO"Patrimonio de la Humanidad"), además de la excepcional arqueología prehispánica, sitios de un valor incalculable sobre las civilizaciones mesoamericanas; museos notables, como el de Antropología e Historia, sin olvidar la riqueza pluriétnica y pluricultural que se traduce en una rica gastronomía, danza y música regional excepcionales. Todo esto hace que nuestro país se convierta en un espacio privilegiado para el turismo nacional e internacional, fundamentalmente con nuestros vecinos del norte.

Sin embargo, en fechas recientes, el impacto de influenza humana en el sector turístico propició una drástica caída en el número de visitantes en los principales destinos de playa, como Cancún, Quintana Roo; Los Cabos, Baja California Sur, y Mazatlán, Sinaloa, que en promedio estuvieron a 45% de su capacidad hotelera en el pasado puente del 1 al 5 de mayo.

En el mismo periodo, las aerolíneas sufrieron una histórica disminución de pasaje que motivó la cancelación de cientos de vuelos y reservaciones. Tan sólo la red de 21 terminales de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) registró 120 vuelos cancelados desde el pasado 23 de abril, por lo que la afectación, en cifras preliminares, alcanzó una caída de 40% en el factor de ocupación, de acuerdo con la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero).

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El desplome de visitantes provocó el cierre de varios hoteles y algunas cadenas concentraron, en un solo establecimiento, a sus clientes para ahorrar costos de operación. La situación, calificada por prestadores de servicios turísticos como "sumamente grave", alcanzó niveles de desplome total en lugares como San Luis Potosí, de los más afectados por el brote epidémico, en donde la ocupación apenas alcanzó el 6%.

Estos mismos empresarios, para enfrentar esta dificultad económica y mantener la planta laboral de sus negocios, han tomado algunas medidas como las vacaciones anticipadas, días de descansos sin goce de sueldo y días solidarios, que afectan el ingreso de miles de familias mexicanas.

Pero el sector turístico ya resentía los efectos de la crisis económica. Es por decirlo así, uno de los primeros "damnificados" de esta crisis. Durante el primer trimestre del añose había observado una disminución en ventas cercanas a 10% respecto al inicio de 2008

En el norte del país y la zona fronteriza con Estados Unidos la afectación alcanzó 15%de los ingresos, y no sólo por el efecto de la crisis mundial y la contingencia sanitaria, sino también por el aumento de la inseguridad en esta región.

Habrá que recordar que un reporte del Foro Económico Mundial señaló a la inseguridad como la principal desventaja del país en el Ranking de Competitividad de Turismo . En dicho reporte, México ocupa el lugar 51 de 133 en donde Suiza obtuvo el primer lugar.

El lunes pasado, el Gobierno mexicano, por conducto de la Secretaria de Turismo anunció un programa de 10 puntos, que incluyen acciones anunciadas por la Secretaría de Hacienda. Estas acciones van desde la orientación derecursos y apoyos fiscales hasta campañas de promoción que inician en el mercado nacional y continúan en Estados Unidos y Canadá.

A pesar de este esfuerzo, el plan parece no ser suficiente en la percepción tanto de empresarios del sector como de diversos analistas económicos y financieros. Esto último, debido a que se trata de apoyos de corto plazo y dirigidos principalmente, a reducir el riesgo de cartera vencida en el sistema financiero.

En el programa no se incluye por ejemplo, de que forma se apoyará al sector por el impacto de una depreciación de casi 30% de la moneda nacional. Por supuesto que esta depreciación del peso, hace en primera instancia, que nuestro sector turístico se vuelva competitivo.

Sin embargo, no debemos olvidar que muchos de los insumos que el propio sector utiliza son importados, al igual que los insumos utilizados por varios de los sectores directamente vinculados a la actividad turística.

El deterioro en el nivel de vida de la población, se ha visto seriamente afectado, pues muchos mexicanos viven del sector turístico, ahora afectado por la insuficiente demanda internacional y por las dificultades económicas que atraviesa el turista nacional.

En nuestra opinión, son necesarias medidas de apoyo más agresivas e inmediatas para restablecerlo.

El Estado mexicano, deberá pensar más que en un programa de corto plazo, en una política integral de fomento al turismo, que articule las medidas necesarias en materia de transporte aéreo y terrestre; infraestructura; financiamiento, estímulos fiscales, y coordinación pertinente entre actividades institucionales, iniciativa privada y los tres órdenes de gobierno: federal, estatal y municipal.

Sin duda, una adecuada política de desarrollo turístico deberá considerar los diversos aspectos que repercuten en la actividad turística como son: la calidad de la infraestructura para arribar a los destinos, la frecuencia y costo del transporte, la calidad de los servicios, las condiciones sanitarias, el financiamiento accesible a hoteleros y servicios conexos a la hotelería, la oferta cultural, la calidez y eficiencia en la atención, el dominio de estándares de buen nivel, la promoción local y nacional, y una serie infinita de detalles que exigen eficaz coordinación y comprensión de la complejidad y concatenación de hechos que repercutan en la reactivación de esta "industria". Sin embargo, este programa se verá enriquecido y fortalecido, en la medida en que las autoridades y todos los actores involucrados participen en el diseño de un programa integral, de mediano ylargo plazo, que contribuya al desarrollo nacional.

*El Dr. Miguel Ángel Corro Manrique es director del Depar tamento de Administración y Finanzas de la División de Negocios del Campus Santa Fe del Tecnológico de Monterrey y director del Centro de Estudios Interdisciplinarios y Prospectiva del mismo Campus.

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