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OPINIÓN: Llegó la hora de que Estados Unidos y Cuba hagan las paces

La visita de los artistas Beyonce y Jay Z a La Habana desató críticas y molestia en políticos del Partido Republicano en EU
mar 09 abril 2013 10:56 AM
beyonce cuba jay z la habana
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Nota del editor: Simon Tisdall es editor asistente y columnista de asuntos exteriores del diario The Guardian. Anteriormente fue editor de asuntos internacionales de The Guardian y The Observer y se desempeñó como corresponsal de la Casa Blanca y editor de noticias nacionales en Washington D.C.

(CNN) — Una vez más, los republicanos del ala conservadora están indignados en Estados Unidos a causa de Cuba. La aparente causa de su preocupación es la visita que Beyoncé y Jay-Z hicieron a la isla la semana pasada : fueron fotografiados en La Habana, donde al parecer celebraban su aniversario de bodas.

Estos conservadores de miras estrechas necesitan tomarse las cosas con menos seriedad. Es absurdo que Estados Unidos y Cuba lleven 60 años de enfrentamiento. Es contraproducente y perjudicial para ambos países. Es hora de poner fin a este anacronismo de la Guerra Fría, de hacer las paces.

El enojo porque Beyoncé supuestamente incumplió las reglas del embargo estadounidense que restringe los viajes a los ciudadanos estadounidenses a Cuba es el símbolo de un miedo más profundo entre la gente de derecha. Dos factores clave han cambiado desde los días —no tan lejanos— en que Washington parecía amenazar regularmente al gobierno de Castro con un derrocamiento 'estilo Iraq'.

El primero es que George W. Bush fue sustituido por un demócrata. Mientras Barack Obama entra en su segundo y último mandato, inmune a los imperativos electorales, los conservadores se preocupan de que pueda utilizar su libertad de acción para llevar a cabo un acercamiento histórico con Cuba. Los liberales estadounidenses ciertamente creen que debería hacerlo.

El segundo cambio radica en la propia Cuba , en donde el gobierno que ahora dirige Raúl, el hermano de Fidel Castro, se ha embarcado en un cauteloso programa de reformas. El gobierno —al que la derecha estadounidense considera la dictadura más duradera del mundo— incluso ha fijado una fecha para su propia disolución.

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En un acto inusual para un "dictador", Raúl Castro anunció en febrero que entregará el poder en 2018 y que cualquier sucesor gobernaría por un periodo limitado. Se ha reportado que los hermanos Castro eligieron como sustituto a un comunista de carrera, el primer vicepresidente, Miguel Díaz-Canel. Pero, en realidad, una vez que haya disminuido su control del poder, cualquier cosa podría suceder.

Los dos republicanos de la Florida que han estado haciendo un alboroto por la visita de Beyoncé son Ileana Ros-Lehtinen y Mario Diaz-Balart. Son veteranos y beneficiarios de la campaña anticastrista que durante mucho tiempo se ha librado desde la Pequeña Habana, en Miami, hogar de la gran población cubana en el exilio. Como se sabe, el voto cubano ha favorecido tradicionalmente a los republicanos.

Sin embargo, el enfoque de Obama es la antítesis de la política del odio y la división. Él rompió ese molde el año pasado, cuando ganó el apoyo del electorado cubanoestadounidense. Este resultado indica que las viejas políticas polarizadas basadas en el grupo étnico pueden estar desapareciendo, dijo Julia Sweig, del Consejo de Relaciones Exteriores de Estados Unidos en un reciente artículo que publicó en la revista The National Interest.

"Después de haber ganado casi la mitad del voto cubano de Florida en 2012 —lo que representa un aumento de 15 puntos porcentuales con respecto a 2008—, Obama puede actuar rápidamente respecto a Cuba. Si lo hiciera, encontraría en Raúl Castro un socio prudente, pero dispuesto, que necesita un acercamiento con Washington para que su propia agenda de reformas progrese", dijo Sweig.

No es de extrañar que los republicanos, como Ros-Lehtinen, estén preocupados. Si las cosas siguen así, podrían perder una pieza importante de su razón de ser política.

Hay otras razones para creer que es el momento adecuado para que Obama ponga fin al estancamiento de las relaciones con Cuba. La reciente muerte de Hugo Chávez, el influyente presidente de Venezuela, ha privado a La Habana de un firme partidario, tanto político como financiero.

Chávez no estaba interesado en un acercamiento con Estados Unidos, ya fuera de Cuba o de Venezuela. Sus creencias revolucionarias no le permitían llegar a un acuerdo con los "imperialistas" estadounidenses. Sus sucesores no pueden tomar una línea tan agresiva, sobre todo si tenemos en cuenta que Venezuela mantiene una firme relación comercial con Estados Unidos, un privilegio del que Cuba está privada.

La llamada "marea rosa" que en la última década ha llevado a varios líderes de izquierda al poder en América Latina no se encuentra exactamente en su punto más bajo , aunque ha disminuido la hostilidad que los países como Brasil, Ecuador y Bolivia sentían contra el gobierno de Bush. De hecho, según el artículo de Sweig, los negocios de Estados Unidos con América Latina en general están en auge: aumentaron un 20% en 2011. Estados Unidos importa más petróleo procedente de Venezuela y de México que del Golfo Pérsico, incluido Arabia Saudita. Estados Unidos hace tres veces más negocios con América Latina que con China.

El desacuerdo sobre Cuba es un obstáculo para promover los intereses de Estados Unidos y los negocios en los países de América Latina y viceversa. La continuación del embargo ha dejado a Estados Unidos casi totalmente aislado en las Naciones Unidas y en franco conflicto con sus principales aliados, entre ellos Gran Bretaña y la Unión Europea.

Pero más importante aún es que el continuo ostracismo del pueblo de Cuba—ya que los grandes perdedores son ellos y no el gobierno en La Habana— es injusto, cruel e innecesario. Si Estados Unidos quiere una democracia plena en Cuba, entonces se debe abrir completamente a los cubanos, debe derribar las barreras artificiales que separan a los pueblos de ambos países y, como dijo una vez Mao Zedong, dejar que florezcan cien flores.

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Simon Tisdall.

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