OPINIÓN: Las lecciones que nos dejó el referendum de Escocia
Nota del editor: Arturo Espinosa es abogado especializado en temas electorales, con experiencia en derechos humanos, procesal y constitucional, actualmente.
(CNNMéxico)- En días pasados se llevó a cabo un referéndum en Escocia sobre su permanencia en el Reino Unido o su independencia. El fondo de la consulta realizada a los ciudadanos escoceses era una cuestión de identidad: ¿querían seguir formando parte del Reino Unido y con ello mantener el status quo o independizarse y tomar sus propias decisiones en todos los aspectos de su vida como nación?
El ejercicio no es desconocido a nivel internacional, sabemos que Quebec en Canadá ya ha pasado por un proceso similar, y Cataluña en España está buscando llevar a cabo su propia consulta sobre su independencia. Ya que en México la consulta popular es un tema novedoso, y que al parecer los partidos políticos la han agarrado de bandera proselitista, vale la pena destacar algunas lecciones que nos deja el referéndum escoces, de las cuales sin duda será necesario tomar nota:
1. Un proceso democrático. El tema sometido a consulta fue algo inédito para esta generación de escoceses, no existen precedentes sobre un referéndum similar, el último realizado fue en 1979, la consulta versó sobre el restablecimiento de la Asamblea Legislativa. El tema objeto de referéndum era trascendental para los ciudadanos escoces, e impactaba también en Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte; la participación fue muy elevada, el debate y las campañas intensas. El voto de cada uno de los ciudadanos escoces tuvo la posibilidad de marcar un antes y un después en la vida de ese país.
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Considerando que la consulta popular es una novedad dentro de la legislación mexicana, y de cara a las consultas que se plantearán a los ciudadanos el primer domingo de junio de 2015, mismo día en que celebrarán elecciones de diputados federales, así como de diversos cargos locales en 17 entidades federativas, será importante que autoridades, actores políticos y ciudadanos tomemos en cuenta algunos de estos puntos, de manera que más allá de la respuesta que se dé a la pregunta planteada, la consulta sea un verdadero ejercicio ciudadano en el que el electorado involucre a fondo en cada uno de los temas, se genere un debate serio y de fondo, y la participación sea amplia.
Ello solo ocurrirá si los temas que se proponen son lo realmente atractivos y trascendentes para la ciudadanía, de manera que su voto pueda marcar realmente una diferencia. Eso lo veremos al tiempo.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Arturo Espinosa