Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

OPINION: La reingeniería de la OEA y los retos para Luis Almagro

La 45ª Asamblea General inicia en Washington este lunes, donde se discute el futuro de la organización en una región cada vez más dividida
lun 15 junio 2015 03:44 PM

Nota del editor: Rina Mussali es analista, internacionalista y conductora de Vértice Internacional y de la serie 2015: Elecciones en el Mundo, en el Canal del Congreso. Síguela en su cuenta de Twitter:  @RinaMussali

(CNNMéxico) — La cita para aceitar la maquinaria de la Organización de Estados Americanos (OEA) está cumpliendo su plazo. Este 15 y 16 de junio se celebra la 45ª Asamblea General en Washington, a propósito de discutir el presente y futuro del organismo hemisférico que camina cojo debido a la polarización ideológica que ha dividido profundamente al continente.  

La OEA enfrenta un proceso de agotamiento y una madeja de críticas en cuanto a su vigencia y funcionamiento; el nuevo sentido de existencia que tendrá que ser confeccionado por el recién estrenado Luis Almagro, el nuevo Secretario General de la organización.

La OEA atraviesa un momento complejo y delicado debido a la proliferación de organismos regionales y subregionales que están teniendo lugar en la arquitectura institucional interamericana. La CELAC -Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños- y la UNASUR –Unión de Naciones Suramericanas-, ambas puestas en funcionamiento en 2011, junto con otras alianzas de carácter geopolítico como los países que integran la Alianza Bolivariana han minado el espacio privilegiado que consiguió la OEA por más de medio siglo.

La divisa de la unidad latinoamericana también se ve amenazada por las sendas dispares y heterogéneas por las que caminan nuestros países en materia de integración regional. El sueño de Simón Bolívar ha encontrado respuesta parca, incompleta y de carácter subregional con el Mercosur y la Alianza del Pacífico, los dos bloques económicos y políticos que están comandados por fuerzas antagónicas y anclados a nodos geopolíticos distintos: China y Estados Unidos.

Los retos del uruguayo, Luis Almagro también pasan por la necesidad de ajustar las relaciones de la OEA con Estados Unidos y diversificar sus cuotas de financiamiento que amenazan con postrar al organismo a la irrelevancia. Aumentar las cuotas además de reorientar las aportaciones con menor peso de Estados Unidos y Canadá para escalar la talla de Brasil y México, -las dos economías más grandes de América Latina-, se antoja urgente.

Publicidad

El cambio de piezas en la maquinaria

Washington será testigo del proceso de cambio de la organización regional más antigua del hemisferio occidental. Cuatro miembros de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y otros cuatro jueces de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) moldearán la nueva cara del Sistema Interamericano de Derechos Humanos.

La batalla por la composición de la CorteIDH ha llamado la atención. Por un lado, destaca el cabildeo político que practica la cancillería de Ecuador -aprovechando su presidencia de la CELAC- para favorecer la candidatura de Patricio Pazmiño, el actual presidente de la Corte Constitucional de Ecuador.

En esta contienda, sobresale la figura de Elizabeth Odio Benito, una reconocida jurista costarricense que busca apuntar la cuota de género para una Corte que no está integrada actualmente por ninguna mujer.  

En total habrá ocho puestos vacantes para más de una decena de candidaturas hemisféricas. Un proceso que ha estado aparejado por la falta de transparencia y visibilidad política de los contendientes que ha obligado a varias organizaciones de la sociedad civil a proponer la creación de un Panel Independiente de Expertos para evaluar cada una de las candidaturas.

Este tema no es menor para los ciudadanos que caminan desamparados y descobijados de sus sistemas de justicia. Hay que recordar que en muchos países del continente, la justicia no siempre es encontrada en casa, una situación que nos obliga a apelar a la institucionalidad regional y hemisférica.

En este contexto, vale la pena recordar que el sistema de derechos humanos hemisféricos ha sido embestido por una campaña de desprestigio y hostigamiento por parte de los países del ALBA. Naciones como Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua han querido colapsar el sistema de protección regional de derechos humanos en aras de negar la participación de Estados Unidos y Canadá.

Los focos rojos

Fuertes divisores hemisféricos se presentan para Luis Almagro. El regreso de Cuba a la OEA no se antoja tarea fácil pese al apretón de manos entre Barack Obama y Raúl Castro en la Cumbre de las Américas en Panamá. Raúl Castro no asistirá a Washington aún cuando se espera la pronta apertura de embajadas entre Estados Unidos y Cuba, luego de que La Habana haya sido retirada de la lista de patrocinadores del terrorismo internacional.

Venezuela sigue oscureciendo las preocupaciones del organismo hemisférico y podría ser la puntilla que marque  la gestión de Luis Almagro.  Caracas sigue demostrando al mundo que no se encuentra del lado del pueblo ni dando seguimiento a la hora democrática.

El fin de la diplomacia del oro negro practicada por el chavismo se ha visto acompañada de mayores tropelías a los derechos humanos  y de una miopía de Nicolás Maduro para manejar la situación de los opositores políticos.

La huelga de hambre de  Leopoldo López y Daniel Ceballos  hasta que se cumplan una serie de peticiones, entre ellas la convocatoria a elecciones parlamentarias propias de este año, adquirió realce por la negativa del ejecutivo venezolano de recibir al expresidente español Felipe González, quien no pudo visitar a los líderes encarcelados.

Por otro lado, la estela de corrupción en América Latina sigue dejando boquiabierto al mundo. México, Guatemala, Honduras, Chile y Brasil han sido países cuestionados por algún reclamo relacionado con los conflictos de intereses,  escándalos de sobornos, tráfico de influencias  y un descontento generalizado de la opinión pública; un malestar sistémico que ha derivado en una desafección ciudadana con la política y pérdida de confianza en las instituciones. Tan sólo miremos el Índice de Percepción de la Corrupción del 2014 en donde la apreciación negativa de la región puja para arriba.

El futuro de la OEA se tambalea y Luis Almagro deberá oxigenar las piezas torcidas de la organización hemisférica. Ojalá y que la Asamblea General en Washington sea el aceite que vigorice el organismo hemisférico y no el ácido que lo paralice. 

Las opiniones de este texto pertenecen exclusivamente a Rina Mussali.

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad