OPINIÓN: Marcas de todo el mundo ruegan por ser atacadas por Trump
Nota del editor: Mark Borkowski es publicista, escritor y director de una agencia. Ha promovido espectáculos como el Cirque du Soleil, Prince, Michael Jackson, Iron Maiden y Led Zeppelin, además de que ha sido asesor de marcas como Vodafone, Selfridges y Mercedes-Benz. Síguelo en Twitter como @markborkowski . Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.
(CNN) — Aunque Donald Trump tenga apenas tres semanas en la presidencia de Estados Unidos, ya comenzó a hacer su magia empresarial.
Como recurrió a Twitter para atacar a Nordstrom por haber retirado la línea de ropa de su hija Ivanka, desató una oleada de amor de parte de los consumidores. Las acciones de la tienda terminaron el día con un incremento del 4%.
La actuación de Meryl Streep en Florence Foster Jenkins no es la mejor, pero es probable que una rencilla de alto perfil con el presidente de Estados Unidos le haya ayudado a asegurar su nominación al Óscar número 20 .
Sin embargo, es probable que los más beneficiados con la bilis de Trump sean su enemigo más odiado: los principales medios de comunicación.
A pesar de que lo tildaran de "noticias falsas", la cantidad de suscriptores del "injusto" y "fallido" diario estadounidense The New York Times ha crecido más de diez veces desde las elecciones.
Tan benéfico es el toque de Midas de Trump que es muy probable que cada vez más marcas clamen por participar de sus críticas.
OPINIÓN: Donald Trump, por favor atácame en Twitter
A través de su ego inflado, parece que Trump no se da cuenta de que cuando tuitea sus reproches, da a sus antagonistas una plataforma fantástica.
Si tratamos de discernir algo entre todo el bullicio, la indignación es la que suele sobresalir. En el mundo editorial se ha creído desde hace mucho que es más probable que a los libros de escritores primerizos que reciben críticas negativas les vaya mejor que aquellos que reciben halagos. Parafraseando a Joseph Conrad, la abominación causa fascinación.
Provocar a la bestia es uno de los trucos más viejos del libro de las relaciones públicas. Si eres un promotor y tienes un espectáculo novedoso qué vender, lo mejor que te puede pasar es que lo ataquen los iracundos y los de mentalidad cerrada.
OPINIÓN: El tuit más escalofriante de Donald Trump
Los grandes maestros de la controversia fueron los Sex Pistols y su agente, Malcolm McLaren, quienes concibieron la idea del punk como una bofetada al sistema.
En una época en la que si te vetaban en la BBC usualmente significaba un suicidio profesional, el estreno de God Save the Queen (en el jubileo de plata de la reina, nada más y nada menos) fue una labor de disrupción genial que le valió al grupo el segundo lugar de las listas de popularidad de Reino Unido.
Sin embargo, antes de que cualquier estratega de marca y ejecutivo de relaciones públicas de Estados Unidos empiece a trabajar en su plan de cuatro años para atacar a Trump, tienen que tomar en cuenta dos puntos cruciales.
El primero es que Trump no necesita un gran anzuelo. En el caso de Arnold Schwarzenegger bastó con no ser Donald Trump. Las ganancias serán menores conforme aumente la cantidad de personalidades y marcas que no cumplan este estándar imposible de alcanzar.
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En segundo lugar hay que pensar en quiénes son tus clientes. Mientras una tienda como Nordstrom tiene su núcleo en los estadounidenses urbanos anti-Trump, la situación de las marcas más grandes es un poco más complicada.
Podría decirse que una marca como Amazon tiene más necesidad de llegar a clientes rurales o que no vivan en grandes ciudades; es probable que muchos de ellos se sientan repelidos por los pavoneos liberales. Jeff Bezos, director ejecutivo de la tienda minorista en línea, criticó abiertamente a Trump durante la campaña electoral, pero ahora está "súper emocionado" con la nueva administración, según un reportaje de la revista Business Insider. Ya con esto podemos estar seguros de que siempre habrá existencias abundantes de las copias de libros clásicos como El arte de la negociación y Piensa como multimillonario.
nullEn todo caso, si los índices de aprobación de Trump siguen siendo tan bajos como ahora (o si bajan aún más), muchas de las personas que trabajan en el sector de las relaciones públicas anhelarán en privado sacar provecho de ser enemigo del enemigo máximo.
Estoy seguro de que en más de un dormitorio de Estados Unidos, los ejecutivos de relaciones públicas están de rodillas, rezando por primera vez en varios años: "Querido Dios: Por favor deja que Trump ataque a uno de mis clientes".
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