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Una granja de mariposas ayuda a reducir la tala de bosques en Tanzania

La cría de estos insectos proporciona un ingreso para los habitantes de la costa este de África, que anteriormente dependían de la madera
mar 17 enero 2012 03:37 PM

Los granjeros de Tanzania, en la costa este del África central, están ayudando a conservar bosques amenazados con un cultivo poco convencional: las mariposas.

El Proyecto de la Mariposa Amani es uno de los esquemas que emplea la cría de estos insectos para ayudar a los habitantes locales a complementar sus ingresos y proteger el medio ambiente al mismo tiempo.

Esta creación del biólogo estadounidense Theron Morgan Brown, tiene su sede en las montañas Usambara, al este de Tanzania, una región conocida por su amplia biodiversidad. Sin embargo, la región también es conocida por la deforestación para producir carbón y áreas para la ganadería.

“El objetivo principal era encontrar un ingreso alterno para la comunidad que habita en las aldeas y bosques, para aliviar la presión sobre el bosque”, dice el administrador del proyecto, Amiri Saidi.

El proceso de crianza de mariposas empieza con la captura de especies hembra del insecto para luego transportarlas a un recinto donde puedan colocar sus huevecillos en las plantas.

Los granjeros entonces toman los huevecillos y cuando las larvas comienzan a salir, son colocadas en nuevas plantas que deben ser cambiadas regularmente para satisfacer su voraz apetito. Las larvas seguirán alimentándose hasta que hagan su capullo, lo que indica que están listas para ser transportadas.

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El proyecto de Amani ha vendido los capullos a exhibiciones de mariposas vivas en Estados Unidos y Europa, a un costo de entre uno y 2.5 dólares cada una. De las ganacias que recibe, el 65% va directamente a los granjeros, mientras que un 7% se destina a un fondo de desarrollo comunitario que contribuye a proyectos como la construcción de escuelas y hospitales.

Debido a que las mariposas tropicales tienen una vida corta, las exhibiciones regularmente piden nuevos capullos cada dos o tres semanas.

Los granjeros regularmente conservan algunos capullos de cada generación, por lo que no necesitan siempre estar cazando hembras, aunque lo hacen de vez en cuando para mantener la diversidad genética en sus cultivos.

El proyecto ahora emplea a unos 250 granjeros, y más de la mitad son mujeres, explica Saidi.

De acuerdo con los estudios realizados por el proyecto, los trabajadores necesitan de los bosques cercanos a sus pueblos para tener plantas en las cuales colocar las larvas, por lo que muchos ahora apoyan la protección de los bosques.

“Los criadores de mariposas reciben beneficios tangibles de las mariposas, al obtener ingresos, cuidan el área”, dice Saidi. “Ellos tienen su propia área resguardada y usan el dinero que obtienen para reforestar y otras actividades”.

Así como entrenó a sus propios granjeros, el proyecto de Amani ha ayudado a entrenar a otras personas para la cría de mariposas en el archipiélago Zanzibar, en Tanzania.

El Centro de Mariposas de Zanzibar es un jardín tropical rodeado por una red, que sirve de hogar para miles de mariposas, todas criadas por habitantes locales. Fue creado como una atracción turística, y subsiste por el cobro de las entradas. La misión de este centro es también la preservación del medio ambiente.  

“Una gran cantidad de bosque está siendo destruido en Zanzibar”, explica la administradora del proyecto, Rosa Santilli.

“Los habitantes de la región buscan la manera para fabricar carbón que venden o usan ellos mismos, debido a que no pueden costear el gas o la luz eléctrica.

“El centro fue creado para evitar la deforestación y para proveer una alternativa de ingresos para los habitantes de la región”, añadió.

Santilli detalla que el centro ha entrenado a 17 granjeros para que críen las larvas que abastecen de mariposas al centro.

No es una solución definitiva a la deforestación, pero es una ayuda, dice Santilli. “Los criadores de mariposas ya no se dedican a la producción de carbón, así que hemos detenido a un pequeño sector de la comunidad que talaba los árboles”, dijo.

Así como con el proyecto Amani, los fondos del centro Zanzibar van dirigidos a una asociación de desarrollo que busca mejorar el suministro de agua potable. También tiene proyectos para la producción de artesanías y miel para que sean vendidas como material de promoción en el centro. 

Sin embargo, también hay obstáculos en el horizonte. Los esquemas de Amani y Zanzibar dependen de servicios de mensajería para transportar los capullos, y recientemente la empresa DHL les anunció su decisión de dejar de transportarlos.

Saidi dice que Amani ha sido golpeado severamente. Ahora tienen que usar el transporte aéreo, lo que eleva dramáticamente el precio final.

Asegura que hasta el 2010 el proyecto Amani vendía un total de 50,000 capullos al año a 13 clientes, pero ahora ha solo queda un comprador. Pero DHL dice que discutirá opciones de transporte para ambos proyectos y espera encontrar pronto una solución que permita seguir con la distribución de capullos.

El centro Zanzibar ven en la exportación de estos insectos la llave para alentar a más habitantes a convertirse en experimentados criadores de mariposas.

“Esperamos que más personas se interesen en ser granjeros. Necesitamos las mariposas para nuestro centro y para exportar. Si logramos que Europa comience a realizar pedidos, entonces el cielo es el límite”, dijo Santilli.

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