Caminar puede reducir el deterioro cerebral, la artritis y la obesidad
Tres estudios presentados en diciembre pasado en la reunión anual de la Sociedad de Radiología de Norteamérica (RSNA) emplean técnicas de imagenología para mostrar cómo el ejercicio puede afectar nuestro cuerpo y cerebro.
Caminar puede reducir el deterioro cerebral en los adultos con problemas cognitivos y Alzheimer, y es benéfico para el cerebro de los adultos sanos.
En un estudio que se realiza desde hace 20 años, los participantes son monitoreados por la distancia que caminaban semanalmente, y su volumen cerebral se mide empleando resonancias electromagnéticas y pruebas de función mental, además de breves exámenes de 30 preguntas para calificar la condición mental, donde se mide el deterioro cognitivo.
Los investigadores estudian a 426 personas: 299 adultos sanos y 127 adultos con impedimentos cognitivos, incluyendo a 83 con impedimentos cognitivos ligeros y 44 con Alzheimer .
“El volumen es una señal vital para el cerebro”, según el autor líder del estudio, el Dr. Cyrus Raji, de la Universidad de Pittsburgh en Pensilvania. “Cuando decae, significa que las células cerebrales se están muriendo, pero cuando se mantiene alto, se conserva la salud mental”.
Los participantes caminaron entre cero y 300 cuadras al día. Los investigadores dicen que la mayor cantidad de caminatas está asociada con un mayor volumen cerebral, sobre todo en áreas clave del cerebro para la memoria y aprendizaje.
La gente con impedimentos cognitivos necesita caminar al menos 8 kilómetros (58 cuadras de ciudad) a la semana para reducir la decadencia cognitiva y mantener el volumen cerebral. Los adultos sanos necesitan caminar 9.6 kilómetros a la semana (al menos 72 cuadras de ciudad) para mantener el volumen cerebral y reducir el riesgo del deterioro cerebral.
“El Alzheimer es una enfermedad devastadora, e infortunadamente, caminar no es la cura”, dijo Raji en el comunicado de prensa del RSNA, “ pero caminar puede mejorar la resistencia cerebral a la enfermedad y reducir la pérdida de memoria con el tiempo”. El Alzheimer afecta a entre 2.4 y 5.1 millones de estadounidenses, según el Instituto Nacional del Envejecimiento.
La mejor forma de prevenir la osteoartritis, el tipo de artritis más común que causa dolor, inflamación, movilidad reducida en las articulaciones y atrofia en el cartílago de las articulaciones, es el ejercicio ligero. Se deben evitar las actividades de flexión de las rodillas, porque es una medida para que la gente en riesgo de desarrollar osteoartritis no la padezca.
Investigadores de la Universidad de California, en San Francisco (UCSF), reclutaron a 132 participantes del estudio que corrían riesgo de padecer osteoartritis en las rodillas, pero no padecían síntomas. También reclutaron a 33 sujetos controlados en el estudio.
Los participantes fueron separados en grupos con base en su respuesta a un cuestionario sobre su actividad física y su entrenamiento de fortaleza . Los niveles de ejercicio incluían ejercicios sedentarios, ligeros y de moderados a enérgicos. Los grupos de ejercicio de fortalecimiento incluían niveles nulos, mínimos y frecuentes. Los participantes también fueron interrogados sobre las actividades de flexión de rodillas que realizaban como subir escaleras, levantar objetos de más de 11 kilos, hacer sentadillas, hincarse o doblar las rodillas.
Con resonancias electromagnéticas, los investigadores descubrieron que aquellos que hacían ejercicio ligero tenían el cartílago de la rodilla más sano de todos los grupos de ejercicio, y la gente con un entrenamiento de fortaleza mínimo tenía cartílago más sano que aquellos que no realizaban ejercicio de fortaleza o ejercicio de fortalecimiento frecuente.
El ejercicio de alto impacto, como correr por más de una hora al día, varios días a la semana, fue asociado a un riesgo mayor de desarrollar osteoartritis, según el autor líder del estudio, el Dr. Thomas M. Link, de la UCSF. Mantener un peso sano y evitar actividades de alto impacto también reduce el daño en las rodillas, según Link.
Participar en una carrera de larga distancia de dos meses quizás no sea lo más conveniente para ti, según mostraron los participantes de una carrera a investigadores alemanes. Evidenciaron que algunos efectos físicos producidos al correr pueden ser aplicados para corredores de maratón e incluso para corredores recreativos.
Al reclutar a 44 corredores que participaron en la carrera TransEurope-FootRace de casi 4,500 kilómetros en 2009, los investigadores pasaron dos meses analizando resonancias electromagnéticas, pruebas de orina, de sangre y pruebas biométricas.
Un hallazgo clave fue que el tejido adiposo fue el primer tejido afectado por correr y por los cambios en la grasa visceral, el tipo de grasa más peligroso ligado a las enfermedades cardíacas . Este suceso ocurría en una etapa previa a la antes esperada en el proceso de correr. Lo que esto significa para los corredores principiantes es que cuando comienzas a correr, los efectos de reducción de grasa son más pronunciados que en los atletas que llevan corriendo toda su vida, según el Dr. Uwe Schutz del Hospital Universitario en Ulm, Alemania.
Otro hallazgo fue que algunas lesiones en las piernas te permiten seguir corriendo sin detenerte, como la inflamación intermuscular en la pantorrilla y muslo. Las lesiones como la inflamación de las articulaciones corren un riesgo mayor de empeorar. Schutz dijo que la regla de dejar de correr cuando hay dolor, no siempre es lo más adecuado.