¿Quieres tomar refresco? Estas etiquetas podrían hacerte cambiar de idea
Para inicios de 2015, más de 20 cadenas de restaurantes estarán exhibiendo las calorías que tienen cada uno de sus productos en el menú.
Sin embargo, esa información quizás no sea suficiente para cambiar el hábito de consumo de los clientes, dijeron investigadores.
De acuerdo a un nuevo reporte publicado en el American Journal of Public Health, el número de calorías de una porción de comida o una bebida no representa mucho para las personas.
Pero si al cliente se le muestra cuánta actividad física tendría que hacer para quemar esas calorías, tal vez sería suficiente para convencerlos de enterrar hábitos poco saludables.
Los investigadores publicaron diferentes tipos de etiquetas alrededor de productos en seis tiendas en Baltimore. Un tipo de estas etiquetas mostraba el número de calorías que tenía una botella regular de refresco. Otro tipo de etiqueta mostró la cantidad de azúcar en la misma botella. Un tercer tipo exhibió ya sea el número de minutos que alguien tendría que correr o el número de kilómetros que tendrían que caminar para quemar esas 250 calorías extras.
Los científicos grabaron todas las compras que realizó un grupo de la población seleccionada para este ejercicio -adolescentes negros de entre 12 a 18 años. Además, los investigadores les preguntaron a los adolescentes que opinaban de las etiquetas, al momento en que salían de las tiendas.
El autor del estudio encontró que proveer cualquier información sobre las calorías alentó a más adolescentes a comprar agua o refrescos de dieta en lugar de la bebida azucarada. Pero las etiquetas que exhibían la información sobre la actividad física necesaria para quemar las calorías, tuvieron un efecto más fuerte que cualquier otro tipo de señales.
“Notamos un fuerte vínculo científico entre el consumo de bebidas endulzadas y la obesidad”, mencionó en un comunicado la autora del estudio Sara Bleich del Departamento de Salud Pública y Políticas de Sanidad de la Escuela Johns Hopkins de Bloomberg.
“Usar etiquetas fáciles de entender y de instalar pudiera ayudar a promover la prevención de la obesidad”, puntualizó Bleich.