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Más es más: la obsesión estadounidense por la riqueza

Todos quieren un mejor cuerpo, mejor ropa, mejor auto, una casa más grande, una piscina y vivir en una comunidad cerrada en California, Las Vegas y Florida.
jue 29 junio 2017 04:00 PM
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'Generation Wealth' Lauren Greenfield documentó el sueño americano durante 25 años, fascinado por el dinero, la fama y cómo la gente trata de imitar la forma en que viven los ricos. (Foto: Cortesía Lauren Greenfield/Institute)

Era una fiesta del 4 de julio de 1993. Vemos en la foto a una joven de 18 años, absorta en sus pensamientos, está sentada junto a una piscina en algún lugar cerca de Los Ángeles. Un vendaje quirúrgico blanco le cubre toda la nariz, desde la ceja al labio superior. Se llama Lindsey.

"Quería hacerme la rinoplastia desde que tenía 12 años", cuenta. La mayoría de sus amigas de la escuela ya se habían hecho cirugía plástica, senos reducidos o aumentados, extracciones de grasa, operaciones de nariz. Podemos ver en la fotografía que Lindsey finalmente consiguió su deseo. Tres días después de la cirugía, ¿está feliz? Es difícil saber.

Testimonio
"Yo quería hacerme la nariz desde que tenía doce años", dijo Lindsey a Lauren Greenfield.

La fotoperiodista californiana Lauren Greenfield, que capturó esta imagen, ha estado documentando el sueño americano en todas sus permutaciones durante los últimos 25 años. Con la obsesión de una adicta al trabajo, Greenfield tiene fascinación por la riqueza y la fama y por lo que ella llama "el influjo de la opulencia", esto es, cómo la gente trata de imitar la forma en que viven los ricos.

Su producción ha sido enorme: unos 300 ensayos fotográficos para revistas y periódicos abarcando todos los extremos de la cultura de consumo: "ostentación (bling), fama y narcisismo".

Su archivo de más de medio millón de fotografías ha quedado condensando en 600 imágenes incluidas en "Generation Wealth", un libro que pesa poco más de tres kilos encuadernado seductoramente en seda y que se vende en 75 dólares.

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Su publicación no puede ser más oportuna. Como Greenfield observa irónicamente en su introducción, "Ahora vivimos en una sociedad donde nuestro servidor público de mayor rango es un promotor inmobiliario y una estrella de la televisión que vive en un penthouse en el sexagésimo sexto piso blasonado con su nombre y decorado al estilo Luis XIV, con techos pintados en oro de 24 quilates, paredes de mármol y columnas corintias".

"De fiesta en la cubierta del Titanic"

El libro es, francamente, casi demasiado pesado para sostenerlo. Greenfield lo deja sobre una mesa mientras mira sus 500 páginas, señalando las fotos.

Eden Wood, una participante de concursos de belleza de 6 años de edad, es una visión rosada y diminuta de una vedette en 2011. Sus vestidos cuestan más de 3,500 dólares. Greenfield fotografió a Eden justo cuando estaba a punto de retirarse de las competencias (200 títulos ganados) para concentrarse en desarrollar una muñeca inspirada en ella y un reality show llamado "Eden's World".

Reconocimiento
Kailia Deliz, de 5 años, recibe su premio en efectivo por haber ganado un concurso de belleza en el 2011.

En varias páginas, la socialité canadiense, filántropa y esposa de multimillonario Suzanne Rogers, de 40 años, muestra su colección de zapatos y bolsos Hermes, fotografiada en su casa en Toronto en 2010, de pie y radiante en su vestidor “de temporada”.

Cada caja de zapatos viene con una foto del zapato para identificarlos rápido. El icono de Suzanne en el tema de estilo (en 2010 por lo menos) era el personaje Truly Scrumptious de "Chitty Chitty Bang Bang." (¿Y quién soy yo para burlarme? ¿Cuántos hombres han fantaseado con ser James Bond, otra creación de Ian Fleming?)

Los hombres también hacen alarde de su riqueza. En una ceremonia de premios de la industria musical celebrada en Los Ángeles en 2004, el rapero y productor Lil Jon descubre sus dientes, envueltos en una funda de diamantes y platino que supuestamente vale 50,000 dólares.

En St. Barts, Brett Ratner, de 29 años, director de la franquicia "Rush Hour", parece que acaba de ganar la lotería, su sonrisa es tan amplia como la tarjeta Amex platinum pegada a su frente. Un amigo suyo presume un fajo de billetes de 100 justo frente a la lente de Greenfield.

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Greenfield dice que no fue hasta la crisis financiera de 2008 que entendió el tema subyacente de su trabajo. "Habíamos perdido nuestra brújula moral y estábamos de fiesta en la cubierta del Titanic", dice.

Ella cree que ha estado documentando un cambio fundamental en la sociedad estadounidense. En el pasado, los estadounidenses solían compararse con sus vecinos y aspiraban a ser como el vecino que tenía un poco más. Pero la telerrealidad ha cambiado todo eso. "Ahora a los personajes de la televisión los conocemos mejor que a nuestros vecinos y aspiramos a lo que tienen".

(Inevitablemente, no hay forma de escapar de los Kardashians. Al revisar su archivo, Greenfield se sorprendió al descubrir que en 1992 había tomado una foto de Kim Kardashian, de 12 años, y su hermana de 13 años, Kourtney, en una escuela de danza de Bel Air, Los Ángeles. Según la revista Forbes, el programa "Keeping up With the Kardashians" le ingresó a la familia 122 millones de dólares tan solo el año pasado.)

La realidad de los ricos

Todos quieren un mejor cuerpo, mejor ropa, mejor auto, una casa más grande, una piscina y vivir en una comunidad cerrada en California, Las Vegas y Florida.

Un informe de 2017 de la Sociedad Estadounidense de Cirujanos Plásticos reveló que los estadounidenses gastaron 16,400 millones de dólares (mdd) en cirugía plástica cosmética en 2016, frente a los 9,400 mdd de 2005.

Vestuario
Suzanne Rogers en su armario "estacional" en 2010.

Según la Oficina del Censo, en el espacio de 30 años -de 1983 a 2013 - la vivienda estadounidense promedio se ha expandido de 1,725 pies cuadrados a 2,598 pies cuadrados, con una deuda hipotecaria nacional de 8.63 billones de dólares al 31 de marzo de 2017, de acuerdo con la Reserva Federal .

Greenfield compara la crisis inmobiliaria con "visitar ruinas arqueológicas". En una imagen fascinante, tres chicos universitarios descansan junto a una alberca en el Valle de San Joaquín en California, en 2012. Uno de ellos posa con las manos en los vaqueros. No hay agua en la alberca. Él y sus amigos están alquilando una propiedad recuperada: una mansión de 4,200 pies cuadrados y siete dormitorios, con jacuzzi.

Aunque Greenfield está más interesada en aquellos que ambicionan ser ricos, a lo largo del libro nos topamos con celebridades inevitables - Donatella Versace, Karl Lagerfeld, Elton John, Imelda Marcos. En un estudio de televisión de Nueva York en 2005, a la comediante (y reina de la cirugía plástica) Joan Rivers le retocan el maquillaje mientras espera ser entrevistada por la gurú de estilo de vida Martha Stewart.

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"Generation Wealth" también está llena de objetos de deseo: un auto deportivo Chrysler Crossfire cubierto de polvo abandonado en el aeropuerto de Dubái; una bolsa de edición limitada incrustada con cristales Swarovski en forma de una caja llena de papas fritas de McDonald's; un inodoro de oro sólido en una joyería en Hong Kong. La gente hace fila para ver este retrete, e incluso paga para usarlo. Les gusta sentarse en este “trono” y tomarse selfies.

Terminé nuestra entrevista preguntándole a Greenfield qué tan generalizada se ha vuelto esta cultura que aspira a la riqueza. "La realidad está justo delante de nosotros", fue la contundente respuesta.

" Generation Wealth " de Lauren Greenfield, publicado por Phaidon, ya está a la venta.

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