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El tenor que quiso ser futbolista

Pavarotti solía soñar con ser una estrella del fútbol.
jue 06 septiembre 2007 07:15 AM

Al igual que la mayoría de los niños italianos, Luciano Pavarotti solía soñar con ser una estrella del fútbol. En cambio, se convirtió en una estrella de la ópera y llenó los estadios con audiencias que buscaban oírlo cantar en lugar de verlo jugar con una pelota.

Pavarotti murió la madrugada del jueves, a los 71 años.

El voluminoso y barbudo tenor, considerado por muchos como el mejor de su generación, saltó a la fama tras una aparición como suplente en el Covent Garden de Londres en 1963 y rápidamente obtuvo críticas efusivas hacia su poderosa voz.

Quizás su mayor regalo al mundo de la música fue cuando se reunió con las estrellas españolas Plácido Domingo y José Carreras en la Copa del Mundo de 1990 en Italia, e introdujo los clásicos de la ópera a una audiencia estimada de 800 millones de personas a lo largo del planeta.

Las ventas de discos de ópera se dispararon tras el concierto de gala en los Baños de Caracalla, en Roma, y desde entonces el aria de Puccini "Nessum Dorma" (Que nadie duerma), de su ópera "Turandot", ha sido fuertemente asociada con Pavarotti y con el fútbol.

Durante su juventud, los padres de Pavarotti querían que él tuviera un trabajo estable y por un tiempo se desempeñó como vendedor de seguros y profesor.

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Sin embargo, comenzó a cantar en el circuito de la ópera y su gran salto vino gracias a otra figura central de la ópera italiana, Giuseppe di Stefano, quien abandonó una presentación de "La Boheme" en Londres en 1963.

El Covent Garden había reclutado a "este inmenso joven" como un posible sustituto y así nació una estrella.

Décadas después, Pavarotti era aún uno de los cantantes clásicos mejor pagados, aunque sus apariciones públicas eran menores y más espaciadas entre sí.

Gira de despedida

Los problemas de salud aquejaron al "Gran Luciano" en los últimos años de su carrera, obligándolo a cancelar varias fechas de su maratónica gira mundial de despedida.

En julio de 2006, Pavarotti se sometió a una cirugía en Nueva York por un cáncer de páncreas y se retiró a su villa en la ciudad italiana de Módena. El tenor dijo que esperaba reanudar su gira pronto, pero debió cancelar su primera reaparición pública pocos meses después.

"He tenido todo en la vida, verdaderamente todo. Y si me quitan todo, con Dios estamos a mano", sostuvo en una de sus últimas entrevistas.

En las pocas ocasiones que Pavarotti cantó en la última década, el tenor fue criticado por su falta de movilidad y porque en algunas oportunidades permanecía en el centro del escenario para interpretar las arias.

También fue criticado por cancelar óperas en el último minuto, al estilo de las divas, debido a que no alcanzaba todas las notas, lo que llevó a algunos expertos a decir que su voz ya no tenía la fuerza para interpretar más que unas pocas obras seguidas.

En 1992, Pavarotti reconoció que realizó mímica con una pista de audio grabada en lo que se suponía era un concierto en vivo, debido a que no se había preparado. El tenor ofreció pagar a la BBC el costo completo de la transmisión.

Sin embargo, sus seguidores nunca dejaron de alabarlo.

"Pavarotti es la última figura con gran carisma de nuestro tiempo. Los amantes del 'bel canto' sienten una especie de admiración infinita por él", sostuvo el cantante Andrea Bocelli en julio del 2007.

En el 2003, Pavarotti se casó con Nicoletta Mantovani, una asistente de 34 años, menor que sus tres hijas, luego de un amargo divorcio de su esposa, con quien compartió 37 años.

Durante su embarazo de mellizos, Nicoletta tuvo complicaciones y su hijo Riccardo nació muerto.

La tragedia de perder a su único hijo llevó a Pavarotti dedicar todo su amor a su nueva hija Alice y grabó su primer disco como solista en 15 años para ella, un álbum de pop suave en lugar de ópera, el que tituló "Ti Adoro".

Pavarotti se negaba a cantar en casa, "ni siquiera en la ducha" y afirmaba que no soportaba oír grabaciones de su voz porque debido a su naturaleza perfeccionista notaba todas las notas erróneas.

"Mi idea de una pesadilla es ser invitado a una cena y que alguien ponga una de mis grabaciones. Eso me quitaría el apetito", declaró en una entrevista.

Pavarotti era conocido cariñosamente como el "Gordo Lucy", pero su lucha contra el sobrepeso era una batalla que perdía constantemente. Sus 175 kilogramos lo obligaron a someterse a operaciones a las rodillas y la cadera y pusieron problemas a su voz.

A eso se suman sus problemas financieros, que llamaron la atención de los agentes de impuestos. En el 2000, accedió a un acuerdo que puso fin a una disputa de cuatro años y pagó más de 12 millones de dólares en impuestos atrasados en Italia.

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