Australia recibe a la llama olímpica
La antorcha olímpica arribó el miércoles a la capital de Australia, Canberra, tras aterrizar sobre una base aérea bajo estrictas medidas de seguridad que usualmente son proporcionadas para los líderes mundiales que visitan el país.
Cientos de policías extras fueron solicitados para proteger la llama, que será trasladada el jueves a través de una Canberra llena de barricadas en sus calles, con las autoridades decididas a evitar el caos que interrumpió los relevos en Europa y Estados Unidos.
China esperaba que el paso de la antorcha funcionara como un símbolo de unidad de cara a los Juegos de Pekín, pero el evento se vio envuelto en protestas contra el accionar del país organizador respecto a los derechos humanos y a la represión en el Tíbet, como también en manifestaciones en su defensa.
En su llegada al aeropuerto de la capital australiana, no hubo señales de protestas.
De todos modos, miles de activistas tibetanos prometieron realizar una reunión pacífica el jueves durante el relevo de la llama, como también se espera que miles de estudiantes chinos se reúnan en Canberra, incitados por su embajada, en Canberra para apoyar a su país y a los Juegos.
Manifestantes que abogan por el Tíbet ya boicotearon en marzo la ceremonia de encendido de la antorcha en Grecia y también interrumpieron los relevos en Londres, París y San Francisco, generando el aumento de la seguridad y cambiando los planes de los organizadores de los eventos.
Los responsables australianos cambiaron el recorrido de la llama para evitar las calles angostas del centro de Canberra, seleccionando las avenidas más anchas para mantener alejado al público.
Además, cancelaron los planes que implicaban que la antorcha pasaría por la embajada de China, ubicada cerca del parlamento de Australia, debido a las preocupaciones de que ese lugar sea un foco de protestas.
