El Congreso de México iniciará esta semana un periodo extraordinario de sesiones en el que dejó fuera un polémico proyecto de reforma energética con el que el gobierno busca dar nueva vida al sector energético, clave para las finanzas públicas.
El gobierno y el Partido Acción Nacional (PAN), que tiene menos asientos que la oposición en el Congreso, quieren que los legisladores voten la iniciativa, que busca impulsar la producción de crudo del décimo mayor exportador del mundo, en momentos en que su principal yacimiento, Cantarell, va en declive.
Pero el proyecto que el presidente Felipe Calderón envió en abril, ha encontrado el rechazo de la izquierda, la segunda fuerza nacional, que considera el plan oficialista como un intento por privatizar a la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex).
Las Cámaras de Diputados y de Senadores, que comenzarán las sesiones extraordinarias el jueves sin un tiempo definido para concluir, enfocarán sus debates en parte al nombramiento de tres nuevos consejeros electorales con miras a las elecciones para renovar la cámara baja el año próximo.
También votarán una reforma para cambiar el formato del informe presidencial a partir del próximo 1 de septiembre, fecha de su presentación.
En los últimos dos años, las sesiones del informe de Gobierno han estado llenas de tensión debido a que los partidos de izquierda han bloqueado la ceremonia en protesta por un supuesto fraude electoral contra su candidato presidencial en las elecciones del 2006.
Se busca que el mandatario envíe a los legisladores el texto de su informe anual y no tenga la obligación de asistir a pronunciar un discurso para posteriormente ser llamado a comparecer si el Congreso así lo decide.
Otro tema por tratar es que el presidente no tenga la obligación de pedir permiso al Congreso para realizar viajes al extranjero de siete o menos días de duración. Actualmente, el Congreso debe aprobar todos los viajes al exterior del mandatario.
El Senado tiene agendada la ratificación de un acuerdo entre México y China por el que se eliminarán paulatinamente hasta diciembre del 2011 las elevadas cuotas compensatorias que China paga por introducir productos sensibles para la industria mexicana.