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Texas resiente la llegada de ‘Ike’

Un almacén se incendió en la Isla de Galveston; los bomberos no llegaron por las calles inundad el huracán, tan grande como el estado de Texas, avaza con vientos de unos 169 kph.
vie 12 septiembre 2008 07:00 PM
Cerca de un millón de personas fueron instruidas para dejar

El huracán “Ike”, una poderosa tormenta casi tan grande como el mismo estado de Texas, empezó a golpear el viernes la costa, amenazando con destruir poblados costeros y con propinar a rascacielos, refinerías y puertos en la cuarta ciudad más grande del país el peor impacto de las últimas décadas.

Un almacén donde se reparaban yates y lanchas fue consumido por el fuego en la Isla de Galveston, porque las calles aledañas estaban inundadas y los bomberos no pudieron llegar al inmueble, dijo Michael Varela, jefe de bomberos de Galveston. Al parecer, nadie resultó herido.

Conforme se acercaba la tormenta, dejó atrapadas a 60 personas que iban a ser rescatadas de las inundaciones mediante un helicóptero, enviando potentes oleajes sobre el dique de Galveston, de más de cinco metros de alto (17 pies), rebasando las represas en el área rural de Luisiana y vapuleando un buque de carga de 178 metros (584 pies) de eslora, que se averió en el Golfo de México.

Cerca de un millón de personas en la costa fueron instruidas para dejar la zona antes de la tormenta. Pero las autoridades en tres condados dijeron que alrededor de 90,000 de ellas se negaron a salir, a pesar de las advertencias de los meteorólogos en el sentido de que quienes se quedaran en Galveston enfrentarían una ''muerte segura''.

''Creo en el hombre que está allá arriba, Dios'', dijo William Steally, jubilado de 75 años, quien planeaba enfrentar la tormenta en Galveston, sin su esposa o cuñada. ''Creo que él me va a cuidar''.

De alrededor de 965 kilómetros de ancho (600 millas), el huracán es uno de los más grandes en tiempos recientes, cubriendo casi toda la parte norte del Golfo de México.

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A las 21:00 GMT, “Ike” se encontraba a 217,25 kilómetros (135 millas) al sureste de Galveston, avanzando a más de 19 kilómetros por hora (12 millas por hora). Es una tormenta de categoría 2, con vientos de unos 169 kph (105 mph), esperándose que se fortalezca y se convierta en uno de categoría 3, con vientos de unos 179 kph (111 mph), para cuando toque tierra.

Los meteorólogos esperan que ello ocurra en las inmediaciones de Galveston la noche del viernes o la madrugada del sábado, pasando directamente sobre Houston.

Los meteorólogos advirtieron que debido al tamaño de “Ike” y la escasa profundidad de las aguas costeras de Texas, podría ocasionar una mareas de 6 metros (20 pies) de altura y olas quizá de 15 metros (50 pies). Además, podría ocasionar 25 centímetros (10 pulgadas) de lluvias o más.

Para evitar congestionamientos en las carreteras, las autoridades instruyeron a la mayor parte de los dos millones de pobladores de Houston a enfrentar la tormenta.

Sin embargo, las autoridades advirtieron que la tormenta podría recorrer la bahía de Galveston y enviar un fuerte oleaje por el canal de buques de Houston, hacia el puerto de la ciudad, el segundo más activo del país, formado por un complejo de atracaderos, ductos, depósitos y bodegas que reciben automóviles, productos de consumo, equipo industrial y carga de todo el mundo, embarcando también grandes cantidades de petroquímicos y productos agrícolas.

La industria petrolera y del gas también está muy atenta a Ike porque avanza directamente hacia el principal complejo de refinerías del país. Los precios de la gasolina subieron a 4,85 dólares por galón ante el temor de que haya desabasto.

La tormenta también podría desbordar siete pantanos en el área de Houston, inundando barrios que suelen inundarse durante lluvias normales.

Ike sería el huracán más potente en golpear un área metropolitana estadounidense desde que Katrina devastó Nueva Orleáns hace tres años. En el caso de Houston, sería el primer huracán de importancia en caer sobre la zona desde que lo hiciera Alicia en 1983, concretamente sobre la isla de Galveston, donde dejó 21 muertos y daños por unos 2,000 millones de dólares.

En Cuba las autoridades informaron que siete personas habían muerto al paso del ciclón, que azotó a la isla de oriente a occidente durante dos días con daños estimados extraoficialmente en unos 3,000 millones de dólares.

''En rigor la pérdida de las siete vidas...no fueron sólo consecuencia directa de los efectos de ‘Ike’, sino de la falta de observancia estricta de las medidas orientadas por el sistema de la Defensa Civil'', expresó una nota oficial sobre los decesos.

La mayoría de los fallecimientos -salvo dos hombres que se subieron a desmontar una antena de televisión y esta se ''pegó'' a la electricidad- fueron ocasionados por derrumbes de viviendas de personas evacuadas que regresaron a sus hogares antes de que se autorizara, se negaron a refugiarse o desoyeron el llamado a no cruzar ríos.

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